En los oscuros y peligrosos bajos fondos de Moscú, Park Jimin, el despiadado líder de la temida bratva, gobierna con mano de hierro. Su fama de ser cruel, inhumano y letal con sus enemigos y traidores es bien conocida. Nadie se atreve a desafiarlo...
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El sol comenzaba a asomar en el horizonte, trayendo consigo una luz suave que inundaba la mansión. Era un día particularmente esperado para Yoongi y Jimin. El médico de confianza, el Dr. Dongming, había sido convocado para hacer un chequeo tanto a Taemin como al bebé de Yoongi. La llegada de Dongming era un alivio para todos, ya que su experiencia y profesionalismo ofrecían tranquilidad en momentos tan importantes.
Jimin, aún con el ánimo elevado por la compañía de Yoongi y los preparativos que habían estado haciendo, se levantó temprano para recibir al médico. Se aseguró de que todo estuviera listo en la habitación y preparó una selección de bebidas y bocadillos ligeros para que Dongming tuviera todo lo que necesitara.
La llegada del Dongming fue puntual. Con su maletín y una sonrisa profesional, se dirigió al área de la mansión destinada para las consultas médicas. Yoongi, que se encontraba sentado en el sofá de la sala de estar, esperaba ansioso, su mano apoyada en su vientre ligeramente abultado. A su lado, Jimin estaba atento a cada movimiento, sus ojos brillando con una mezcla de nerviosismo y emoción.
—Buenos días, Yoongi, Jimin —saludó Dongming con una sonrisa cálida al entrar en la sala—. ¿Listos para los chequeos de hoy?
—Buenos días, Dongming —respondió Jimin, abrazando a Yoongi con una mano mientras extendía la otra para saludar al médico—. Estamos listos. Yoongi está un poco nervioso, pero yo estoy emocionado.
Yoongi sonrió débilmente, pero la preocupación era evidente en sus ojos. Dongming le hizo una señal para que se acomodara en la camilla mientras preparaba sus instrumentos y equipo. Jimin, mientras tanto, se sentó en una silla cerca de la camilla, tomando la mano de Yoongi en la suya y dándole una sonrisa reconfortante.
Dongming comenzó el chequeo con precisión y cuidado, haciendo preguntas sobre cómo se sentía Yoongi y si había tenido algún problema. Yoongi respondió de manera tranquila. Dongming procedió a realizar una ecografía para observar al bebé. La pantalla mostró una imagen borrosa pero reconfortante del feto, y Dongming se inclinó para enfocarse en los detalles.
—Todo está bien hasta ahora —dijo Dongming con un tono profesional pero amable—. Vamos a ver qué podemos encontrar hoy.
Jimin se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en la pantalla de la ecografía, mientras Dongming movía el dispositivo con destreza. La atmósfera en la habitación se llenó de una mezcla de expectativa y calma. Después de unos momentos, Dongming se detuvo y ajustó los controles de la máquina.
—Parece que tenemos una revelación interesante hoy —comentó Dongming, con una sonrisa que insinuaba la buena noticia que estaba a punto de compartir.
Jimin apretó la mano de Yoongi con más fuerza, su corazón latiendo con emoción. —¿Qué es? ¿Qué es nuestro bebé?
Dongming miró a Jimin y Yoongi con una expresión de alegría en su rostro. —Bueno, después de revisar con cuidado, puedo decirles que van a tener una niña.
El rostro de Jimin se iluminó con una expresión de pura felicidad. No pudo evitar dejar escapar una sonrisa radiante mientras se inclinaba hacia Yoongi, besándolo con ternura en los labios. Yoongi, contagiado por la emoción de Jimin, rió felizmente, sus ojos brillando con lágrimas de alegría.
—¿Una niña? —preguntó Yoongi con una sonrisa temblorosa—. ¡Eso es maravilloso!
—Sí, lo es —dijo Jimin entre besos, abrazando a Yoongi con fuerza—. ¡Vamos a tener una pequeña!
El ambiente en la habitación se llenó de una energía vibrante y positiva. Jimin siguió llenando a Yoongi de besos, mientras el médico observaba con una sonrisa satisfecha. La alegría que emanaba de ellos era emocionante, una luz en medio de la incertidumbre que aún rodeaba su vida.
Dongming terminó el chequeo y se dirigió a los dos con una expresión tranquila. —Todo parece estar en orden. Asegúrense de seguir las indicaciones y de realizar los controles rutinarios. Estoy aquí para cualquier pregunta que puedan tener.
Jimin asintió y se puso de pie, agradeciendo al médico. —Muchas gracias, Dongming. Apreciamos mucho todo lo que haces.
Con Dongming ya encaminado hacia la salida, Jimin y Yoongi se quedaron solos, disfrutando de un momento de calma antes de lo que sabían sería una serie de nuevos desafíos. Jimin se acercó a Yoongi y, sosteniéndolo en un abrazo cálido, susurró
—Eramos solo tú y yo y ahora, tenemos una hermosa niña en camino. Lo lograremos, lo prometo.
Yoongi asintió, su mano acariciando el vientre en el que crecía su hija. —Lo sé, Jimin. No hay nada que desee más que estar a tu lado.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad que les ofrecía la revelación. Sabían que el mundo seguía siendo incierto, pero en ese instante, en medio de su amor y la alegría de su futura familia, encontraron un breve respiro de paz.
