2. Cuatro

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El entrenamiento con Kyungsoo estaba en pleno apogeo

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El entrenamiento con Kyungsoo estaba en pleno apogeo. La sesión había comenzado temprano, y Kyungsoo se mostró inflexible en su objetivo de mejorar la agilidad de Yoongi. El entrenamiento era intenso y exigente, con Kyungsoo atacando a Yoongi de manera inesperada para simular situaciones en las que necesitaría reaccionar rápidamente.

Kyungsoo, con su agilidad característica, había logrado derribar a Yoongi varias veces, cada caída un recordatorio de la necesidad de mejorar en la lucha. El sudor caía por la frente de ambos mientras se movían con rapidez, cada uno más enfocado en el rendimiento del otro que en sí mismo.

—Recuerda, Yoongi —dijo Kyungsoo mientras se preparaba para otro ataque—, la sorpresa es una de las armas más poderosas. Si no te preparas para lo inesperado, podrías estar en una situación comprometida en cualquier momento.

Justo cuando Kyungsoo se lanzó nuevamente para atacar a Yoongi, un ruido en la puerta interrumpió la sesión. Jimin, que había llegado para recoger a Yoongi después del entrenamiento, entró en la sala y se encontró con una escena que no esperaba. Kyungsoo estaba encima de Yoongi, sus cuerpos entrelazados en una posición claramente comprometida.

El rostro de Jimin se enrojeció de sorpresa y furia, pero su expresión se suavizó al ver la sonrisa juguetona en el rostro de Yoongi. Jimin avanzó con determinación, sus pasos resonando en la sala silenciosa.

—Kyungsoo —dijo Jimin con voz grave, su tono dejando claro que no estaba en el mejor humor—. Te sugiero que te muevas de encima de Yoongi si no quieres que te haga pasar un muy mal rato.

Kyungsoo, reconociendo la seriedad en la voz de Jimin, se levantó rápidamente, su rostro mostrando una mezcla de sorpresa y disculpas mientras se apartaba de Yoongi. Jimin se acercó a Yoongi, quien seguía sonriendo, sus ojos brillando con diversión ante la reacción de su pareja.

—Lo siento, Jimin —dijo Kyungsoo, su tono sincero—. No esperaba que llegaras en un momento tan... inoportuno.

Jimin no respondió inmediatamente. Su mirada se centró en Yoongi, que se estaba levantando lentamente, con una expresión que mezclaba cansancio y diversión. Jimin le extendió una mano para ayudarlo a levantarse, sus ojos no dejaban de buscar los de Yoongi.

—No te preocupes, Kyungsoo —dijo Jimin finalmente, su voz aún cargada de una tensión palpable—. Solo asegúrate de que la próxima vez la interrupción no sea tan... visual.

Kyungsoo asintió, claramente aliviado de que Jimin no hubiera tomado una actitud más agresiva. Jimin entonces dirigió su atención a Yoongi, su preocupación y cariño evidentes en su mirada.

—¿Estás bien? —preguntó Jimin, acariciando el rostro de Yoongi con ternura.

—Sí, estoy bien —respondió Yoongi, su sonrisa no desapareciendo—. Solo fue una caída más, pero estoy acostumbrado.

Jimin lo miró con una mezcla de preocupación y cariño, antes de volver su atención a Kyungsoo.

—Gracias por el entrenamiento, Kyungsoo —dijo Jimin con un tono más amable—. Apreciamos todo lo que estás haciendo por Yoongi.

—De nada, Jimin —respondió Kyungsoo—. Solo asegúrate de que Yoongi no se lastime en el proceso.

Con la situación aparentemente solucionada, Jimin tomó a Yoongi de la mano, guiándolo fuera de la sala de entrenamiento. Mientras salían, Jimin se inclinó para susurrar en el oído de Yoongi, una sonrisa traviesa en sus labios.

—La próxima vez, no me dejes esperando tanto para una demostración privada.

Yoongi se rió, sus ojos brillando con complicidad mientras se dejaba guiar por Jimin, contento de tener el apoyo y la comprensión de su pareja, incluso en los momentos más inesperados.

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Jimin y Yoongi salieron del gimnasio, con Jimin todavía cargando una expresión divertida. Mientras se dirigían a la salida, Jimin miró a Yoongi con una sonrisa juguetona en su rostro.

—La próxima vez, el que estará encima de ti seré yo —dijo Jimin, bromeando mientras le daba un ligero codazo a Yoongi.

Yoongi levantó una ceja, sus ojos brillando con sorpresa y diversión.

—¿De verdad? —preguntó Yoongi con una sonrisa traviesa—. Tendré que prepararme para eso entonces.

Jimin rió, su risa llena de calidez y complicidad.

—Definitivamente —confirmó Jimin—. Pero antes de eso, necesitamos asegurarnos de que tengas un buen entrenamiento para no solo ser un experto en luchar contra el entrenamiento, sino también en aguantar a tu esposo.

Yoongi se rió y le dio un ligero beso en la mejilla a Jimin, disfrutando del momento relajado y divertido entre ambos.

—Voy a necesitar mucho entrenamiento entonces —bromeó Yoongi, sonriendo ampliamente—. Pero me parece un buen reto.

Juntos, continuaron su camino hacia el resto del día, con el ánimo elevado y un sentido renovado de complicidad.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora