1.Dieciséis

82 25 0
                                    

Las horas se alargaban como si fueran días interminables para Jimin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las horas se alargaban como si fueran días interminables para Jimin. El tiempo parecía detenerse en la mansión, y cada minuto sin noticias sobre Yoongi incrementaba su desesperación. Tras quince horas de incesante búsqueda y caos, Jimin estaba al borde del colapso. La mansión, normalmente un santuario de lujo, se había transformado en un campo de batalla de desolación.

El dolor y la frustración se manifestaban en cada acción de Jimin. En un arrebato de angustia, comenzó a destrozar las decoraciones de la sala principal. Los jarrones se estrellaron contra el suelo, los cuadros fueron arrastrados de las paredes, y las alfombras fueron arrojadas por el aire. La furia de Jimin era intensa; cada objeto que destruía parecía ser una pequeña manifestación de su impotencia frente a la situación. La imagen de Yoongi, temeroso y solo, con su bebé en su vientre, se repetía en su mente y no podía soportar la idea de que estaba en peligro.

Nayeon, con su actitud que hasta entonces había sido casi indiferente, se acercó a Jimin con una mezcla de preocupación y cinismo. Colocó sus manos en los hombros de Jimin, tratando de masajearlo y calmarlo. Sin embargo, su toque no era únicamente para consolar; había una intención subyacente en su cercanía. Jimin, notando la intrusión y sintiendo una oleada de desconfianza, se apartó bruscamente.

En ese momento, Jonghyun, uno de los hombres de confianza de Minho, entró en la sala. Su expresión grave atrajo la atención de todos. Jonghyun, con un tono grave, informó que el ataque no había sido llevado a cabo por la mafia Italiana, como se había supuesto, sino por la mafia irlandesa. Según sus informantes, la mafia irlandesa había abandonado el país. Las palabras de Jonghyun golpearon a Jimin como un martillo; la mafia irlandesa, y no la Italiana, había secuestrado a Yoongi.

El corazón de Jimin se detuvo por un instante. La realidad de la situación se hundió en su mente con un peso abrumador. Habían llevado a Yoongi, y él, el líder temido de la Bratva, estaba completamente impotente para salvar a la persona que más amaba en el mundo.

La desesperación finalmente quebró la fachada de dureza de Jimin. Se dejó caer al suelo, arrastrándose hasta un rincón y hundiendo su rostro entre sus piernas. Su cuerpo temblaba con sollozos reprimidos mientras se jalaba el cabello, tratando de ocultar su dolor. La fortaleza que siempre había mantenido se desmoronó en una tormenta de angustia y derrota.

Nayeon, al ver la oportunidad, intentó acercarse nuevamente, pero Jimin, entre sollozos y con una voz quebrada, gritó: —¡Llévense a esta perra! ¡Ella sabe algo, me estuvo distrayendo! —Señaló a Nayeon con un gesto tembloroso, lleno de furia y desesperación. La acusación sorprendió a Nayeon, quien, asustada, comenzó a gritar mientras los hombres de Jimin la arrastraban fuera de la sala.

Nayeon gritaba y suplicaba, tratando de defenderse mientras era llevada a un lugar donde podría ser interrogada. La desesperación de Jimin había alcanzado un punto en el que ya no podía distinguir entre aliados y traidores; cualquier cosa que pudiera ayudarle a encontrar a Yoongi era una opción válida.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora