2. Nueve

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Cuando el agua comenzó a enfriarse, Yoongi decidió que era momento de salir de la bañera. Con movimientos cuidadosos, se levantó, el agua escurriéndose de su cuerpo mientras se dirigía hacia el colgador donde había dejado una bata. Se la colocó y, sin dudarlo, extendió su mano hacia Jimin, invitándolo a salir también.

—Ven, cariño, es hora de salir esta enfriando el agua—dijo Yoongi con una sonrisa.

Jimin tomó la mano de Yoongi, saliendo de la bañera con elegancia. El aire frío de la habitación hizo que se estremeciera ligeramente, pero pronto sintió la calidez de la bata que Yoongi le colocó con cuidado. Sus ojos se encontraron, y Yoongi no pudo resistir la tentación de darle un suave besito en los labios, un gesto cargado de cariño. Jimin respondió con una sonrisa cálida, y cuando Yoongi se dio la vuelta para caminar hacia la cama, Jimin lo abrazó por la cintura, manteniéndolo cerca mientras avanzaban juntos.

—¿Te he dicho lo mucho que te amo hoy? —susurró Jimin al oído de Yoongi, sus brazos firmemente alrededor de él.

—Un par de veces, pero nunca es suficiente —respondió Yoongi con una risa suave, disfrutando de la cercanía.

Yoongi guió a Jimin hacia la orilla de la cama, donde lo hizo sentarse con una pequeña presión en sus hombros. Jimin lo miraba con ojos llenos de adoración mientras Yoongi se dirigía hacia el armario en busca de ropa cómoda para ambos. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de tomar algo, un suave golpe en la puerta interrumpió su acción.

—Un momento —dijo Yoongi mientras caminaba hacia la puerta.

Al abrirla, se encontró con Soyeon, Giselle y Jisoo, cada una con una bandeja de comida. Sonrieron cálidamente al verlo y Yoongi les permitió entrar.

—Gracias por traer esto —les dijo Yoongi con una sonrisa agradecida.

—Es un placer, señor —respondió Soyeon mientras dejaba la bandeja sobre la mesa.

—Que disfruten —agregó Giselle antes de salir de la habitación con las otras dos.

Yoongi cerró la puerta detrás de ellas, satisfecho con el servicio. Luego, volvió a buscar la ropa y la llevó hasta Jimin.

—Ponte esto. No tardes demasiado, no queremos que la comida se enfríe —dijo Yoongi mientras le entregaba las prendas.

—A tus órdenes, señor Park —respondió Jimin con una sonrisa juguetona mientras comenzaba a vestirse.

Yoongi, por su parte, hizo lo mismo, eligiendo una ropa cómoda para el día. Una vez ambos estuvieron listos, se dirigieron a la mesa donde la comida estaba servida. El aroma delicioso los envolvió, y Jimin no pudo evitar frotarse las manos en anticipación.

—Esto huele increíble. ¿Seguro que tú no cocinaste? —bromeó Jimin mientras se sentaba.

—No esta vez —respondió Yoongi riendo—. Aunque debería aprender de ellas, podrían enseñarme un par de trucos.

—Si cocinas así de bien, tendré que encerrarte en la cocina —replicó Jimin, tomando un bocado de la comida.

—¿Y perderme todas las cosas divertidas que hacemos? Ni hablar —respondió Yoongi con una risa.

Ambos continuaron comiendo, dejando que la conversación fluyera naturalmente. Recordaron anécdotas divertidas de cuando comenzaron a vivir juntos, de las pequeñas discusiones que tenían al principio sobre cosas tan simples como qué lado de la cama preferían.

—¿Te acuerdas de aquella vez que te enfadaste porque te robé la manta? —preguntó Jimin entre risas.

—¡Claro que sí! Era pleno invierno y tú estabas envuelto en una especie de capullo humano mientras yo me congelaba —respondió Yoongi fingiendo indignación—. Pero claro, eres tan adorable que no podía molestarte mucho tiempo.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora