2.Veinticinco

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La noche había caído, y con ella, la incertidumbre y el miedo. La mansión estaba en completo silencio, apenas roto por el suave murmullo del viento que se colaba por las ventanas. Afuera, la luna llena bañaba los jardines en una luz pálida y espectral, como si el cielo mismo supiera lo que estaba por venir.

Jimin estaba en el salón principal, ajustando su chaleco antibalas. Su mirada era fija, concentrada, pero en el fondo de sus ojos había una sombra de preocupación. Sentía el peso de la responsabilidad sobre sus hombros; no solo tenía que proteger a su familia, sino también a sus hombres, aquellos que confiaban en él.

De pronto, sintió una mano cálida tomando la suya. Se giró y vio a Yoongi a su lado, su rostro sereno, pero sus ojos reflejaban el mismo miedo que él sentía. Jimin trató de sonreírle, pero el gesto le salió débil, casi forzado.

—Estaremos bien —le susurró Yoongi, apretando su mano.

—Lo sé —respondió Jimin, inclinándose para darle un suave beso en los labios.

El beso fue interrumpido por una explosión en el jardín, seguida del estruendo de las balas. El ataque había comenzado.

Te amo —murmuraron al unísono, justo antes de separarse para prepararse para la batalla.

Namjoon, Seokjin, Hoseok, Taehyung y Jungkook se unieron a ellos en la planta superior, sus rostros reflejaban una mezcla de determinación y temor. Todos sabían lo que estaba en juego; esta no era solo otra batalla, era la última oportunidad para acabar con un enemigo que no les había dejado vivir en paz.

—No podemos permitirnos fallar hoy —dijo Namjoon, su voz firme pero baja, como si no quisiera romper el frágil equilibrio de calma que habían conseguido mantener hasta ese momento.

—No lo haremos —aseguró Jimin, mientras su mano se deslizaba instintivamente hacia el rostro de Yoongi, acariciando su mejilla con un toque que era a la vez reconfortante y desesperado.

Seokjin asintió con la cabeza, su expresión era grave. Se giró hacia Jimin y le dijo:

—Es hora.

Con un último beso en la frente de Yoongi, Jimin se despidió y, junto a Seokjin y Namjoon, corrió por uno de los pasillos, desapareciendo en la oscuridad.

Yoongi, acompañado por Jungkook, Taehyung y Hoseok, se dirigió en dirección opuesta, pero no habían avanzado mucho cuando fueron interceptados por un grupo de cinco hombres armados. Sin pensarlo dos veces, Yoongi sacó sus navajas y se lanzó al ataque. Se movía con una agilidad letal, degollando a dos de los atacantes en cuestión de segundos. Sus movimientos eran precisos y rápidos, casi como si estuviera bailando entre ellos. Pero la situación se complicó cuando vio que uno de los hombres estaba estrangulando a Taehyung.

—¡Taehyung! —gritó Yoongi, lanzándose hacia su amigo.

Con un giro rápido, logró cortar la garganta del atacante, liberando a Taehyung que cayó al suelo, jadeando por aire.

—¿Estás bien? —preguntó Yoongi, ayudándolo a ponerse de pie.

—Sí… gracias —respondió Taehyung, tosiendo mientras trataba de recuperar el aliento.

Sin embargo, antes de que pudieran avanzar más, otro grupo de hombres apareció de la nada, rodeándolos. Yoongi maldijo por lo bajo cuando vio que varios de ellos se dirigían hacia Hoseok, Jungkook y Taehyung, apartándolos de él.

—¡Mierda! —gritó Yoongi, sabiendo que no podía quedarse quieto.

Con un último vistazo a sus amigos, decidió correr hacia las escaleras, esperando encontrar una manera de ayudar desde una posición más ventajosa. Cuando llegó a la parte superior de las escaleras, su corazón se detuvo por un momento al ver la escena que se desplegaba ante él. El vestíbulo principal era un campo de batalla, cuerpos yacían en el suelo, algunos ya sin vida, mientras otros luchaban desesperadamente por mantenerse con vida.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora