1.Veinte

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Jimin regresó al hospital a altas horas de la noche, con el peso de la venganza ardiendo en su pecho y el dolor como un martillo constante en su mente

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Jimin regresó al hospital a altas horas de la noche, con el peso de la venganza ardiendo en su pecho y el dolor como un martillo constante en su mente. La tensión en su cuerpo lo había mantenido en pie, pero en cuanto cruzó las puertas de la unidad de cuidados intensivos, todo el aire se le escapó en un suspiro tembloroso. No había nada que lo preparara para lo que estaba a punto de enfrentar.

El doctor lo esperaba en el pasillo, con una expresión de preocupación y un aura de gravedad que sólo añadía más sombras al ya oscuro estado mental de Jimin.

—Señor Park —dijo el médico en un tono bajo, casi vacilante—, necesito hablar con usted sobre algo que no mencioné antes.

Jimin sintió que un mal presentimiento le recorría la columna vertebral. Ya había pasado por suficiente, pero los ojos del médico le decían que todavía no había terminado de sufrir.

—¿Qué sucede? —preguntó, su voz apenas contenida. No estaba seguro si tenía la fuerza para escuchar más malas noticias.

El médico tomó una respiración profunda antes de responder.

—Durante la operación para estabilizar a Yoongi, tuvimos que realizar una extracción de emergencia… —Jimin sintió como el mundo comenzaba a cerrarse alrededor de él, sus sentidos entumeciéndose mientras trataba de comprender lo que el doctor estaba diciendo—. La bebé… ya no había nada que pudiéramos hacer por ella. Debimos extraerla para evitar complicaciones adicionales.

Las palabras cayeron sobre Jimin como una losa de cemento, fría y pesada, aplastando cualquier atisbo de esperanza que aún pudiera haber albergado. Había estado tan enfocado en encontrar y salvar a Yoongi que, aunque sabía que habían perdido a la bebé, no había procesado completamente la realidad de lo que eso significaba. Pero ahora, escuchando al médico, la verdad se le clavó en el alma.

—¿Cómo desea proceder con el… pequeño cuerpo? —preguntó el médico con delicadeza, tratando de preparar a Jimin para lo inevitable.

Jimin sintió que algo dentro de él se rompía de manera irrevocable. Habían perdido a su hija, y ahora él tenía que decidir qué hacer con lo único que quedaba de ella. El dolor lo golpeó con una fuerza tal que le robó el aliento, haciéndolo tambalearse como si hubiera recibido un golpe físico. Apoyó una mano en la pared para no caer, y su mente se llenó de imágenes de la vida que nunca vivirían con ella, de las risas que nunca escucharían, de los primeros pasos que nunca verían.

Unas lágrimas amargas comenzaron a rodar por sus mejillas, calientes y saladas, mientras se daba cuenta de que esta era la parte final de su hija en este mundo. La idea de tener que enterrar a su bebé, de tener que decirle adiós a una vida que apenas había comenzado, lo destrozó.

Con la voz rota, apenas un susurro, Jimin preguntó:

—¿Dónde… está ahora?

El médico, compasivo pero profesional, asintió.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora