1.Veintidos

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Habían pasado tres días desde que Yoongi se había encerrado en la habitación

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Habían pasado tres días desde que Yoongi se había encerrado en la habitación. Las sombras en su interior parecían haberse vuelto más oscuras, más densas, y cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad de sufrimiento. La casa, una vez llena de risas y vida, ahora estaba sumida en un silencio inquietante, interrumpido solo por los murmullos apagados que venían del pasillo.

Todos estaban preocupados, susurrando entre ellos mientras intentaban respetar el espacio de Yoongi, pero también conscientes de la fragilidad en la que se encontraba. Aun así, no sabían qué hacer, cómo acercarse sin lastimarlo más. Jimin había intentado hablar con él, había pasado horas sentado frente a la puerta cerrada, suplicando a Yoongi que le dejara entrar, que no se aislara, pero siempre había sido recibido con el mismo silencio desgarrador.

Ese día, el ambiente en la casa era aún más tenso. Los murmullos se intensificaron cuando corrió la noticia de que Taemin había entrado en labor de parto. La noticia había llegado como un rayo en medio de la tormenta, un recordatorio cruel de lo que Yoongi había perdido. El dolor que ya lo había consumido comenzó a desbordarse, apretando su pecho hasta que le costaba respirar.

El sonido de los pasos apresurados de los demás, los susurros emocionados mezclados con la ansiedad, se filtraban a través de las paredes, y cada uno de ellos era una daga en su corazón. Imaginaba a Taemin,  en medio de la alegría y el dolor de traer una nueva vida al mundo, mientras él, Yoongi, estaba atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar.

El pensamiento de que otro bebé nacería, mientras el suyo nunca tuvo la oportunidad, le resultaba insoportable. No podía evitar imaginar cómo habría sido sostener a su hija en brazos, escuchar su llanto por primera vez, verla crecer. Ahora, esos sueños se habían convertido en un tormento constante, algo que nunca podría ser.

Con el corazón roto y la mente llena de desesperación, Yoongi se levantó lentamente de la cama y se acercó a la puerta. Cerró el seguro, un movimiento que parecía definitivo, como si estuviera cerrando las puertas de su alma a todo y a todos. Luego regresó a la cama, dejándose caer sobre ella con un agotamiento que iba más allá de lo físico. Se recostó, deseando solo una cosa: dormir y no despertar jamás.

El cansancio era abrumador, y cada músculo de su cuerpo dolía con un peso insoportable. Pero el dolor emocional era aún peor. Sentía como si el aire fuera demasiado denso para respirar, como si su corazón latiera solo para recordarle que aún estaba vivo, cuando todo lo que quería era que dejara de hacerlo. Cerró los ojos, esperando que el sueño lo reclamara, que lo llevara lejos de la realidad que lo atormentaba.

Pero aunque cerró los ojos, el sueño no llegaba. En su lugar, su mente se llenó de recuerdos y visiones que lo atormentaban, imágenes de su bebé que nunca vería, de la vida que había perdido. Los llantos de Taemin, el sonido del nacimiento de un nuevo ser, resonaban en su mente como un eco lejano, un eco que le recordaba que la vida seguía adelante sin él.

Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad. Intentó calmarse, concentrarse en su respiración, pero era como si su cuerpo y su mente estuvieran en una batalla constante, un tira y afloja que no lo dejaba descansar. Y entonces, como si estuviera al borde de un precipicio, sintió que comenzaba a deslizarse hacia la oscuridad.

Sus pensamientos se volvieron más oscuros, más peligrosos. *¿Por qué seguir luchando?* Se preguntó. *¿Para qué seguir viviendo en este mundo donde el dolor era lo único que lo acompañaba?* La idea de dejarse ir, de entregarse a la oscuridad, se volvió más tentadora. No quería seguir adelante, no quería enfrentar otro día en este infierno.

Pero en el último momento, cuando estaba a punto de rendirse por completo, algo dentro de él se resistió. Era una chispa pequeña, apenas perceptible, pero estaba ahí, luchando por mantenerlo a flote. "No puedo hacerle esto a Jimin," pensó. "No puedo dejarlo solo en este dolor." Era un pensamiento débil, casi ahogado por la oscuridad que lo rodeaba, pero era suficiente para mantenerlo aferrado a la vida, al menos por un mmento más.

Mientras la noche caía y el mundo a su alrededor se sumía en el silencio, Yoongi permaneció acostado en la cama, su cuerpo y su mente luchando por encontrar un respiro,  por ahora, lo único que podía hacer era seguir respirando, seguir luchando, aunque fuera solo un poco más.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora