El traslado del pequeño cuerpo de la bebé a casa fue un proceso cargado de tristeza, y Jimin, aunque intentaba mantenerse fuerte, se sentía completamente devastado. La casa, que alguna vez había sido un lugar de alegría y anticipación, ahora se había convertido en un espacio frío y sombrío, marcado por la ausencia de su hija. Jungkook se encargaría de todo lo relacionado con el entierro, dejando a Jimin con el dolor y el peso de esperar noticias de Yoongi.
Jimin permanecía en el hospital, sumido en un estado de inquietud y desesperación. Había pasado el tiempo más lentamente de lo que nunca había imaginado, y cada minuto que pasaba sin saber de Yoongi parecía un golpe más a su ya fracturado corazón. Finalmente, el médico le informó que Yoongi había despertado, pero que no parecía estar respondiendo de manera coherente.
Al entrar en la habitación, Jimin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. La habitación estaba en penumbra, con solo la luz tenue de la lámpara de la mesita de noche iluminando la figura de Yoongi. Su esposo yacía en la cama, sus ojos abiertos pero sin vida, mirando al vacío. Cada respiración de Yoongi parecía un esfuerzo, y su cuerpo estaba cubierto de vendajes y cicatrices que contaban la historia de su sufrimiento.
Jimin se acercó con cautela, sus pasos eran casi inaudibles mientras se acercaba a la cama. Tomó la mano de Yoongi con suavidad, esperando que el contacto pudiera darle algún tipo de consuelo. Sin embargo, Yoongi rápidamente apartó su mano, su movimiento fue débil pero lleno de una tristeza que Jimin no podía soportar.
—Yoongi... —murmuró Jimin, tratando de mantener la calma a pesar de las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos.
Yoongi giró su cabeza lentamente, enfocando su único ojo abierto en Jimin. Había una mezcla de desolación y furia en su mirada que atravesó el corazón de Jimin.
—Te odio... —dijo Yoongi, su voz era un susurro quebrado pero lleno de dolor.
Las palabras golpearon a Jimin como un puñetazo en el estómago. No podía creer lo que estaba escuchando, y el dolor en sus ojos se convirtió en una tormenta de lágrimas.
—No digas eso... Por favor... —imploró Jimin, su voz temblando—. No digas eso, Yoongi.
Yoongi desvió la mirada, como si la sola presencia de Jimin le causara un dolor adicional. Con un esfuerzo visible, volvió a enfocar su vista en él, su expresión una mezcla de tristeza y enojo.
—Lárgate... —dijo Yoongi, su voz era un susurro lleno de resentimiento—. Solo... lárgate.
Jimin se tambaleó un paso atrás, sus lágrimas caían libremente mientras trataba de encontrar las palabras correctas. Sabía que Yoongi estaba herido y enojado, pero no podía permitir que se alejara sin intentar alcanzar a su corazón herido.
—No... No me voy a ir —dijo Jimin, su voz firme a pesar de su dolor—. No voy a dejarte solo en esto. Estamos juntos en esto, mi amor.
Yoongi cerró los ojos por un momento, como si las palabras de Jimin le causaran más angustia. Luego, los volvió a abrir y su mirada se clavó en él, llena de una tristeza profunda.
— Es tu culpa —dijo Yoongi con una determinación fría—. Todo esto... todo es tu culpa. Nunca podré perdonarte por lo que pasó.
El peso de sus palabras cayó sobre Jimin como una losa de granito. Sentía que su corazón se rompía en pedazos mientras escuchaba a Yoongi expresar el dolor que él mismo había causado, aunque nunca lo había querido. Cada palabra parecía una herida más, una acusación que no sabía cómo enfrentar.
—Yoongi, yo... —Jimin intentó hablar, pero sus palabras se ahogaron en un sollozo—. No sé cómo arreglar esto, pero estoy aquí. Haré lo que sea necesario haré que te sientas mejor, para que puedas perdonarme algún día.
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Its definitely you - Jimsu
FanfictionEn los oscuros y peligrosos bajos fondos de Moscú, Park Jimin, el despiadado líder de la temida bratva, gobierna con mano de hierro. Su fama de ser cruel, inhumano y letal con sus enemigos y traidores es bien conocida. Nadie se atreve a desafiarlo...