1.Dos

267 44 0
                                    

El rugido del motor resonaba como un trueno en las calles vacías de Moscú, mientras Jimin y su equipo se dirigían a la mansión a una velocidad vertiginosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El rugido del motor resonaba como un trueno en las calles vacías de Moscú, mientras Jimin y su equipo se dirigían a la mansión a una velocidad vertiginosa. Dentro del coche, la tensión se sentía cargada. Jimin no había dicho una palabra desde que Namjoon le informó sobre la desaparición de Yoongi, pero el silencio que emanaba de él era más aterrador que cualquier grito. Sus ojos, oscuros como la noche que los rodeaba, estaban fijos en la carretera, pero su mente era un torbellino de pensamientos, cada uno más oscuro que el anterior.

A medida que se acercaban a la mansión, Jimin podía sentir cómo su corazón se encogía de terror. El pánico que había estado intentando mantener a raya comenzaba a filtrarse, y aunque su rostro permanecía imperturbable, internamente se debatía entre la desesperación y la rabia. No podía permitirse perder el control ahora, no cuando la vida de Yoongi y de su bebé estaba en juego.

Finalmente, el coche se detuvo bruscamente frente a la entrada de la mansión. Jimin salió rápidamente, con Namjoon y sus hombres pisándole los talones. No necesitó dar órdenes; todos sabían lo que tenían que hacer. La seguridad de la mansión se había triplicado desde que se enteraron de la desaparición, y ahora el lugar estaba rodeado por guardias armados, cada uno en máxima alerta.

Jimin se dirigió directamente al interior, su mente enfocada en un solo objetivo: encontrar a Yoongi. Las cámaras de seguridad, los guardias, todos estaban siendo movilizados para rastrear cualquier pista. Pero cuando entró en la habitación que compartía con Yoongi, lo que encontró hizo que su mundo se tambaleara.

La habitación estaba completamente desordenada, como si hubiese habido una lucha. Las sábanas estaban rasgadas, y varios muebles habían sido volcados. Pero lo que captó la atención de Jimin fue el rastro de sangre que manchaba el suelo, conduciendo hacia la ventana que daba al jardín. Se arrodilló, tocando la mancha con los dedos, sintiendo cómo la ira crecía dentro de él. No había duda de que era la sangre de Yoongi.

—¡Namjoon! —gritó, su voz retumbando en la mansión—. ¡Encuentra cualquier rastro! ¡Lo quiero aquí ahora!

Namjoon, que ya había comenzado a coordinar la búsqueda, asintió y se puso en marcha, dejando a Jimin solo en la habitación. Pero Jimin no estaba realmente solo. Las sombras que lo rodeaban eran un recordatorio constante de la oscuridad en la que se encontraba. Se levantó lentamente, su mente procesando lo que había sucedido.

Alguien había entrado en su casa. Alguien había tomado lo que más amaba, lo que más valoraba en este mundo. Y quienquiera que fuera, pagaría por ello. No importaba quién, ni cuántos hombres tuviera que eliminar, ni cuántas vidas tuviera que destruir. Los encontraría y los haría sufrir.

Se dirigió a la ventana, observando el jardín bañado por la luz de la luna. Allí, en la oscuridad, vio lo que parecía ser un trozo de tela, atrapado en una rama baja. Bajó rápidamente y lo tomó en sus manos. Era parte de la camiseta de Yoongi, empapada en sangre. Jimin cerró los ojos por un momento, sintiendo cómo su respiración se volvía pesada.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora