2. Uno

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Habían pasado seis largos meses desde que Yoongi comenzó a entrenar bajo la guía experta de Jungkook

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Habían pasado seis largos meses desde que Yoongi comenzó a entrenar bajo la guía experta de Jungkook. Para sorpresa de todos, especialmente de Jimin, Yoongi había logrado una evolución impresionante. Lo que había comenzado como un medio para canalizar su dolor y rabia se había convertido en una verdadera destreza. Su manejo de armas era impecable, pero lo que más destacaba era su habilidad con navajas y cuchillas. Se había convertido en un maestro en el uso de estas armas, precisas y letales, y cada vez que entrenaba, lo hacía con una frialdad y concentración inquebrantables.

Para Jimin, el momento favorito del día era, sin lugar a dudas, observar a Yoongi entrenar. Había algo en la manera en que se movía, en la fuerza con la que lanzaba los golpes, en la concentración que ponía en cada movimiento, que lo dejaba cautivado. Ver a su hombre en ese modo era jodidamente caliente, y aunque el dolor de la pérdida seguía presente, era en esos momentos que Jimin se sentía más cerca de él.

Yoongi no solo había perfeccionado sus habilidades con armas, sino que también había demostrado ser un experto en combate cuerpo a cuerpo. Su entrenamiento había llegado al punto en que incluso podía derribar a Jungkook, algo que no muchos podían presumir. Cada golpe, cada derribo, cada paso que daba en esa sala de entrenamiento era un intento de liberar su dolor, de transformarlo en fuerza.

Sin embargo, a pesar de todo el progreso que Yoongi había hecho en su entrenamiento, la relación entre él y Jimin no había sanado por completo. Había brechas, cicatrices emocionales, que requerirían mucho tiempo para curarse. Pero ambos lo intentaban. Jimin se había prometido a sí mismo que haría todo lo posible para hacerlo feliz, para darle lo que quisiera y cuando lo quisiera. Pero sabían que esto no era fácil. La pérdida de su bebé, que ahora tendría un mes de nacido, era un dolor que no mencionaban, pero que ambos llevaban profundamente en el alma.

Ese día, en la habitación designada para entrenar, Yoongi tenía una energía diferente. Había una chispa en sus ojos que Jimin no había visto en mucho tiempo. Con una sonrisa burlona y una seducción que solo Yoongi podía proyectar, lo retó a una pelea.

—¿Crees que puedas conmigo, Jimin? —dijo Yoongi, su voz impregnada de desafío y coquetería—. Vamos, te prometo que seré suave.

Jimin levantó una ceja, claramente divertido y un poco sorprendido por el desafío.

—¿Estás seguro de que quieres hacer esto, mi amor? —respondió Jimin, dando un paso al frente, su tono cargado de afecto pero también de precaución. Sabía que Yoongi estaba bromeando, pero también sabía que no importaba lo que sucediera, nunca haría nada que pudiera lastimarlo.

—¿Tienes miedo de perder? —contestó Yoongi, acercándose aún más, su sonrisa aún más amplia—. Porque puedo asegurarte que lo harás.

Jimin rió suavemente, disfrutando del juego que Yoongi estaba proponiendo. Había extrañado esta parte de su relación, la ligereza y el coqueteo.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora