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Al día siguiente, Yoongi despertó con una sensación de agotamiento en su cuerpo, pero su corazón estaba ligero y pleno. Era la primera vez en mucho tiempo que se sentía tan en paz después de una noche junto a Jimin. Desde que se enteraron del embarazo, seguido de la pérdida de su bebita y todo lo que había sucedido después, la intimidad había sido un lujo que ambos no se habían permitido.
Mientras sus ojos se acostumbraban a la luz suave que se filtraba por las cortinas, Yoongi se dio cuenta de que estaba limpio, vestido solo con ropa interior y una camisa de Jimin, lo que le hizo sonreír. Miró a su lado y vio a Jimin durmiendo, su torso desnudo expuesto mientras respiraba suavemente, sumido en un sueño profundo. Yoongi sentía una calidez especial en su pecho al verlo así, tan tranquilo, tan vulnerable.
Sin embargo, mientras observaba a Jimin, una sensación de tristeza comenzó a infiltrarse en sus pensamientos. Sabía que, sin Jimin, nunca habría salido del oscuro abismo en el que se había sumergido tras la pérdida de su bebé. Jimin había sido su pilar, su fuerza cuando él mismo no tenía ninguna. Pero ahora, al mirarlo, Yoongi no podía evitar sentir una punzada de culpa.
Jimin había soportado tanto, se había guardado su propio dolor, había reprimido sus propias lágrimas para ser fuerte por él. Yoongi lo sabía. Sabía que Jimin había llorado en silencio la pérdida de su bebita, que había soportado el rechazo y la frialdad de Yoongi cuando él no quería ver ni hablar con nadie. Y, sobre todo, Yoongi sabía que esas crueles palabras que le dijo en un momento de desesperación, "te odio", aún resonaban en la mente de Jimin, aunque nunca lo mencionara.
Yoongi se sintió egoísta por no haberse dado cuenta antes. Siempre había sido él el que necesitaba consuelo, el que buscaba la fortaleza de Jimin. Pero ahora veía con claridad que Jimin también había sufrido, quizá incluso más, porque mientras cargaba con su propio dolor, había cargado con el de Yoongi también.
Se movió con cuidado, inclinándose para dejar un suave beso en la frente de Jimin, quien hizo un pequeño ruido en respuesta pero no despertó. Yoongi lo observó durante unos minutos más, permitiendo que sus pensamientos se asentaran, buscando la manera de aliviar la carga que sabía que Jimin llevaba en su interior.
Tomó una decisión en ese instante. No podía cambiar el pasado ni borrar las heridas que habían causado, pero sí podía asegurarse de que Jimin nunca más tuviera que enfrentar su dolor solo. Jimin merecía recibir tanto apoyo y amor como el que había dado, y Yoongi se propuso ser quien le brindara eso.
Se acurrucó más cerca de Jimin, apoyando la cabeza en su pecho, escuchando los latidos de su corazón mientras pensaba en las palabras que le diría cuando despertara. Sabía que necesitaban hablar, que necesitaban sanar juntos, porque solo así podrían construir un futuro sin los fantasmas del pasado acechando a cada paso.
Y mientras se sumergía en esos pensamientos, Yoongi dejó que el calor del cuerpo de Jimin lo envolviera, dándole la paz que necesitaba para finalmente dejarse llevar por el sueño de nuevo, con la promesa de que, a partir de ese día, las cosas serían diferentes. Por ambos, y por el amor que compartían, haría todo lo posible por ser el hombre que Jimin necesitaba, así como Jimin siempre había sido el hombre que él necesitaba.
Más tarde y con cuidado, Yoongi comenzó a levantarse, determinado a darle a Jimin un día libre de preocupaciones. Hoy, Jimin no sería el temido líder de la bratva; hoy solo sería Park Jimin, su esposo, y Yoongi estaba decidido a consentirlo de la mejor manera posible.
Se movió con sigilo, asegurándose de no hacer ruido mientras se levantaba de la cama. Para su sorpresa y satisfacción, logró hacerlo sin despertar a Jimin, lo cual celebró internamente como una pequeña victoria. Con una sonrisa en el rostro, se puso unos pantalones y salió de la habitación, decidido a organizar el día perfecto para Jimin.
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Its definitely you - Jimsu
Fiksi PenggemarEn los oscuros y peligrosos bajos fondos de Moscú, Park Jimin, el despiadado líder de la temida bratva, gobierna con mano de hierro. Su fama de ser cruel, inhumano y letal con sus enemigos y traidores es bien conocida. Nadie se atreve a desafiarlo...