2. Cinco

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El domingo por la mañana comenzó con una tranquilidad engañosa en la mansión. Jimin estaba en una reunión en el despacho, discutiendo asuntos importantes con su equipo cuando un estruendo repentino y disparos rompieron el ambiente sereno.

El pánico se apoderó de Jimin al instante. Se levantó con intención de salir corriendo hacia el lugar del caos, pero Namjoon, con una expresión grave, lo detuvo con una mano firme en el brazo.

— Jimin, mantén la calma — le ordenó Namjoon, su voz firme y controlada. — Debes ser estratégico, no impulsivo. Tu seguridad es crucial.

Jimin, con el corazón acelerado, miró a Namjoon con una mezcla de preocupación y determinación.

— Debo ir a buscar a Yoongi — dijo Jimin, su voz cargada de urgencia.

Namjoon asintió, pero su expresión se suavizó un poco.

— Yoongi está entrenado y sabe defenderse. Confía en que puede luchar — le recordó Namjoon — Pero también tú debes estar preparado. Salgamos juntos y mantengamos el orden.

Jimin asintió, reconociendo la necesidad de mantener la cabeza fría. Salieron del despacho y se encontraron en medio de una batalla que ya se había desatado en la mansión. Los disparos resonaban por todos lados, y la tensión estaba en el aire.

Jimin y Namjoon avanzaron por los pasillos, con Jimin liderando el camino. El sonido de los disparos y las explosiones se mezclaba con los gritos y los golpes. Jimin mantenía su mirada atenta, buscando cualquier señal de Yoongi en medio del caos.

De repente, Jimin vio a Yoongi a lo lejos. Estaba en una esquina del pasillo, con una mirada fría y decidida. Yoongi estaba disparando a sangre fría, derribando a un enemigo que estaba a punto de atacar a Hoseok. Luego, sin dudarlo, Yoongi se giró y golpeó con fuerza a otro adversario, dejándolo noqueado en el suelo.

El corazón de Jimin se llenó de orgullo al ver la habilidad de Yoongi en acción. Se acercó rápidamente a él, esquivando balas y peleando a su lado. Jimin tomó la mano de Yoongi con firmeza.

— ¡Estás increíble, mi amor! — gritó Jimin sobre el ruido de la batalla, su voz llena de admiración.

Yoongi lo miró con una mezcla de cansancio y determinación. A pesar de las circunstancias, una pequeña sonrisa apareció en su rostro al ver a Jimin a su lado.

— No puedo dejar que te pase nada, lider — respondió Yoongi, su voz firme a pesar de la adrenalina y le guiña.

Ambos continuaron avanzando juntos, defendiendo su camino hacia la salida mientras atacaban a los enemigos que se les interponían. La sincronía entre ellos era evidente; estaban perfectamente coordinados, cubriéndose las espaldas y luchando con una eficacia imparable.

Jimin se movía con precisión y rapidez, su mente enfocada en proteger a Yoongi y a sus hombres. Cada disparo y cada movimiento estaba calculado, cada acción dirigida a asegurar la seguridad de su equipo.

Finalmente, lograron abrirse camino hacia la salida. La batalla seguía en otras partes de la mansión, pero Jimin y Yoongi, junto con Namjoon y el resto de sus hombres, habían conseguido asegurar una zona. El sudor y la suciedad cubrían sus rostros, pero ambos estaban seguros.

Jimin miró a Yoongi con una expresión de orgullo y alivio, y le dio un apretón en la mano.

— Lo hiciste genial — le dijo Jimin, su voz cargada de emoción.

Yoongi, aunque agotado, sonrió levemente. Ambos sabían que, a pesar del peligro constante, su unión y determinación los hacían más fuertes.

Juntos, comenzaron a coordinarse con el resto de su equipo para asegurar la mansión y enfrentar la amenaza restante. La batalla había sido dura, pero sabían que mientras estuvieran unidos, podrían superar cualquier desafío que se les presentara.

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Mientras Jimin y Yoongi estaban en la zona asegurada, un momento de calma se vio interrumpido por la aparición de un hombre armado que salió de la nada. En un acto de valentía y protección, Yoongi se lanzó hacia Jimin, rodeándolo con su propio cuerpo. La bala impactó en Yoongi en lugar de Jimin, y Yoongi, con una determinación implacable, giró y abatió al atacante con precisión.

Jimin, paralizado por el terror, vio a Yoongi caer al suelo herido. El mundo parecía desmoronarse a su alrededor mientras corría hacia Yoongi. Su corazón latía frenético mientras se inclinaba sobre él.

— ¡Yoongi! — exclamó Jimin, con la voz quebrada por el miedo.

Yoongi, a pesar del dolor, logró inclinarse hacia adelante y besar los labios de Jimin con ternura. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de dolor y amor.

— Estoy bien — dijo Yoongi con voz rasposa. —  Solo me rozó. No es grave.

Jimin lo miró con desesperación

— Nunca vuelvas a recibir una bala por mí — dijo Jimin, su voz temblando — . No quiero que te lastimen.

Yoongi le sonrió débilmente, su mano aún en la herida, pero sus ojos reflejaban una determinación feroz.

— Recibiría todas las balas por ti — respondió Yoongi, su voz cargada de amor y compromiso.

Jimin, con el corazón aún en un torbellino, ayudó a Yoongi a levantarse. Rápidamente, sus hombres comenzaron a guiarlos hacia el auto. El tiempo era crucial, y la amenaza seguía presente. Jimin arrancó el motor, mientras Yoongi se acomodaba a su lado, sus manos temblorosas aún sosteniendo la herida.

El auto se deslizó por la carretera, alejándose de la mansión bajo un cielo nublado. Jimin estaba enfocado, conduciendo con determinación mientras los hombres de su equipo se mantenían alertas, vigilando cualquier posible amenaza. El destino era el plan B, la mansión secreta, un refugio oculto y seguro.

A lo largo del trayecto, Jimin miraba a Yoongi con una preocupación palpable. La herida de Yoongi estaba tratando de ser contenida, pero la situación era aún peligrosa. El peso de lo que había sucedido se asentaba sobre ambos, pero Jimin estaba decidido a mantener a Yoongi a salvo.

Finalmente, llegaron a la mansión secreta, un lugar que estaba diseñado para ser un bastión seguro en momentos de crisis. La entrada estaba bien protegida, y tan pronto como llegaron, el personal de seguridad los recibió y condujo a Yoongi y a Jimin dentro de la mansión.

En el interior, se les condujo a una sala de tratamiento de emergencia, donde un médico comenzó a atender la herida de Yoongi. Jimin permaneció a su lado, sin apartar la vista de él, mientras el médico trabajaba con rapidez.

— Lo siento — dijo Jimin, sus palabras cargadas de angustia.—  No debería haberte dejado luchar

Yoongi, a pesar del dolor, tomó la mano de Jimin.

— No es tu culpa — dijo Yoongi suavemente. —  Lo haría una y otra vez si significa protegerte, eres mi esposo, somos un equipo

El médico finalmente terminó el tratamiento, y aunque la herida de Yoongi era seria, no era mortal. Jimin se sintió aliviado al ver que la curación había sido exitoso. Sin embargo, la preocupación aún permanecía en su mente.

Una vez que la situación se calmó y Yoongi se recuperó lo suficiente, ambos se sentaron en una de las salas privadas de la mansión secreta. La tensión de la batalla había dejado una marca en ambos, pero estaban a salvo por el momento.

Jimin miró a Yoongi, quien estaba exhausto pero aún mostrando una fortaleza increíble. La conexión entre ellos, a pesar del dolor y el miedo, era más fuerte que nunca.

— Gracias por protegerme —dijo Jimin con sinceridad. — Prometo que encontraremos una manera de acabar con esto y mantenernos a salvo.

Yoongi asintió, tomando la mano de Jimin con fuerza.

— Estamos juntos en esto — dijo Yoongi.

Ambos sabían que la batalla no había terminado y que aún había desafíos por delante, pero en ese momento, se sintieron fortalecidos por su amor y compromiso mutuo.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora