1.Ocho

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El reloj marcaba las nueve de la mañana cuando Park Jimin se dirigió al salón de reuniones, donde Namjoon y Seokjin ya lo esperaban. Las luces cálidas iluminaban la habitación, reflejándose en las paredes revestidas de madera oscura y en la gran mesa de caoba en el centro.

Jimin, vestido con su habitual traje negro impecable, entró con un porte que dejaba en claro su autoridad. Era un líder despiadado, temido por muchos, pero esa mañana, su mente estaba más cargada que de costumbre. Desde el ataque a Yoongi, una sombra de inquietud se había posado sobre él, y hoy esperaba respuestas.

Namjoon, su mano derecha, estaba de pie junto a una ventana, observando el paisaje de la propiedad. Seokjin, quien era conocido por su habilidad para detectar los más mínimos indicios de traición y engaño, se encontraba sentado, repasando algunos documentos que había traído consigo. Ambos levantaron la vista cuando Jimin entró.

—Buenos días —saludó Jimin, tomando asiento en la cabecera de la mesa.

—Buenos días, Jefe —respondió Namjoon, girándose para enfrentarlo—. Supongo que ya sabes por qué te hemos convocado.

Jimin asintió, aunque la tensión en el ambiente hacía que su corazón latiera un poco más rápido de lo habitual.

—Imagino que tiene que ver con el ataque a mi esposo —dijo, su voz fría y controlada, como siempre.

Seokjin cerró el archivo que estaba revisando y se inclinó hacia adelante, apoyando los codos sobre la mesa.

—Exactamente —dijo con tono serio—. Jimin, hemos estado revisando las grabaciones de seguridad y cruzando información sobre los movimientos en la mansión. Algo no cuadra. Todo apunta a que alguien muy cercano, alguien que conoce bien la disposición de la casa y los horarios, pudo haber facilitado el ataque.

El aire en la sala se volvió más pesado. La sola idea de un traidor en la mansión era suficiente para encender la ira de Jimin, pero sabía que debía mantenerse frío, analítico.

—¿Tienes alguna idea de quién podría ser? —preguntó Jimin, su voz peligrosa pero contenida.

Seokjin negó con la cabeza lentamente, con una expresión grave.

—No tenemos nombres aún, pero las circunstancias sugieren que la traición podría estar viniendo desde adentro. Alguien ha estado proporcionando información. Es la única explicación lógica para cómo pudieron coordinar un ataque tan preciso.

Namjoon, que hasta entonces había permanecido en silencio, tomó la palabra.

—Estamos en proceso de revisar a todo el personal de la mansión, desde los guardias hasta el servicio. Nadie está excluido. Pero, Jimin, debes saber que esto podría ser más complicado de lo que parece. Si realmente hay un traidor, es alguien que ha sido muy cuidadoso.

Jimin sintió una oleada de furia recorrer su cuerpo, pero la contuvo, apretando los puños sobre la mesa. La sola idea de que alguien pudiera estar jugando con la vida de Yoongi lo hacía desear aplastar al responsable bajo su bota sin piedad.

—Quiero que intensifiquen la vigilancia. Que revisen cada rincón de esta mansión, cada conversación, cada movimiento. No me importa cuánto tiempo tome, quiero encontrar al bastardo que está detrás de esto —dijo, su voz dura como el acero.

Seokjin asintió, comprendiendo la gravedad de la orden.

—Ya estamos en ello. Pero mientras tanto, debes mantenerte alerta. No confíes en nadie completamente, ni siquiera en aquellos que han estado contigo por años. La traición a menudo viene de donde menos lo esperamos.

Jimin se levantó de su asiento, su mirada decidida.

—Eso lo tengo claro, Seokjin. Confío en ustedes dos para manejar esto con la discreción necesaria. Y si encuentran algo, lo que sea, quiero saberlo de inmediato.

Its definitely you - Jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora