Capítulo 38

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Resumiendo. 

Cuando mencioné que estaba en el hospital durante la llamada, parece que Shin Tae-oh pensó que había venido porque estaba enfermo.

Llamó al secretario en jefe, Lee Jin-ho, para que lo llevara al hospital. Si realmente hubiera sido urgente, él mismo podría haber conducido. De todos modos, Lee Jin-ho probablemente no sabía por qué lo llamaron y debió haber pensado que surgió algún asunto importante.

Así que condujo hasta aquí y, para su sorpresa, me encontró a mí. Lo único que Lee Jin-ho pudo deducir es que hay algo entre Shin Tae-oh y yo. Quizás ya lo sospechaba, pero ahora lo tiene claro.

—"No sé por qué llegamos a esto".

SeHyeon tomó un sorbo de su café mientras miraba a su alrededor con disimulo. Salió de la habitación con Lee Jin-ho con la excusa de comprar café. Entonces se sentaron para charlar un rato, pero el café de Shin Tae-oh aún no había llegado a sus manos.

Debo darle el café antes de que se enfríe. Así podrá disfrutar de un café caliente...

—"Sigh".

—"¿Por qué suspiras de repente?".

—"Acabo de darme cuenta de que soy un secretario hasta los huesos. ¿Qué importa si se enfría un poco? Ni siquiera es horario laboral, y Shin Tae-oh vino por su cuenta, entonces, ¿por qué debería preocuparme si su café se enfría? Debería ignorarlo, pero al ver el café, no puedo evitar sentirme inquieto".

—"¿Pero está bien que estemos aquí así?".

Justo en ese momento, Lee Jin-ho hizo una pregunta oportuna.

—"Supongo que debería llevarle el café, ¿verdad?".

SeHyeon se levantó con el café en la mano. Al verlo, Lee Jin-ho asintió con la cabeza, dándose cuenta por fin de lo que era el café.

—"Ah, claro. También hay que darle el café. Yo solo preguntaba si estaba bien dejar a tus padres solos con el jefe".

Aunque Lee Jin-ho lo dijo con indiferencia, SeHyeon se tensó inmediatamente al escucharlo.

—"Sabes que el jefe no es del tipo que se queda callado".

—"¿Por qué no me lo dijiste antes?".

SeHyeon, frustrado, se apresuró a regresar a la habitación. Lee Jin-ho, ahora solo, murmuró en voz baja.

—"¿Es culpa mía?".

Su pequeña voz fue ahogada por el sonido de la puerta de la habitación abriéndose.

—"Jefe".

SeHyeon entró rápidamente y llamó a Shin Tae-oh.

—"SeHyeon, aquí no estás en una habitación privada. No deberías gritar así".

Shin Tae-oh, que estaba con sus padres, giró la cabeza con calma y respondió en un tono bajo.

No me llamo "secretario Ahn", sino "SeHyeon. Desde ese momento, supe que algo andaba mal.

¿Qué demonios está tramando este tipo otra vez...?

—"Parece que tendremos que cambiar de habitación por tu culpa, SeHyeon. No podemos molestar a los demás".

—"¿En serio?".

—"Sí, casualmente hay una habitación privada disponible. ¿Nos movemos allí?".

Shin Tae-oh tomó la mano de su madre con naturalidad y la ayudó a levantarse. Justo en ese momento, un empleado del hospital entró por la puerta que SeHyeon había dejado abierta.

Las tonterías del sub-gongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora