Capítulo 62

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Se incorporó lentamente en la cama. Sabía que me había despertado, así que ¿qué sentido tenía seguir fingiendo que dormía?

—"Te has despertado. Pensé que seguías dormido y estuve hablando solo, pero, ¿acaso no escuchaste lo que dije en tu sueño?".

Shin Tae-oh habló de manera muy torpe y rígida. No me gusta cuando alguien se me acerca con tanta astucia, pero me desagrada aún más cuando, como ahora, fingen saberlo todo y se ajustan a mí. ¿Cree acaso que porque me levanté le voy a dar una respuesta a su confesión?.

—"¿Desde cuándo estás aquí? He dormido tan profundamente que ni me di cuenta de que habías llegado".

Le sostuve la mirada, manteniendo mi actitud descarada hasta el final, y él pareció entender perfectamente de qué se trataba.

—"Ya veo. Me alegra que hayas dormido bien".

Shin Tae-oh dio un paso atrás. Desde el principio él fue quien creó esta extraña situación, así que no puede culpar a nadie más.

—"¿Tienes hambre? ¿Comemos algo?".

¿Y ahora qué estará tramando?.


***

—"Es por mi culpa, así que obviamente tengo que darte de comer y ayudarte a desvestirte".

Aunque lo diga, vaya manera de expresarlo...

—"Mis manos están perfectamente bien".

—"Y mis ojos también lo están".

—".....".

¿De verdad tenía que decirlo de esa manera, como si viera que mis manos funcionan perfectamente?.

Cuando una persona empieza a resultarte irritante, puede llegar a ser insoportablemente molesta. Con ese pensamiento, miré la comida frente a mí. Cuando mi padre estaba hospitalizado, Shin Tae-oh también había traído comida de un hotel. Así que esta vez no era diferente.

En aquella ocasión había muchas personas con quienes comer, por lo que aunque él se uniera, la cantidad era justa, pero esta vez no. Al ver la torre de cajas de comida que trajo, por un momento pensé que vendría alguien más.

—"¿Qué te parece? ¿No se ve deliciosa?".

SeHyeon vaciló un poco al ver la abundante y llamativa comida frente a ella, pero negó con la cabeza.

—"No se debe tentar a las personas con comida".

—"Pero funcionó perfectamente".

Aunque SeHyeon negó, Shin Tae-oh interpretó la situación a su manera. Debería decirle que no es así, pero... ya sentía la tentación de agarrar los palillos.

—"Aun si no es esto, tienes que comer algo. Así que, vamos, comamos. ¿O acaso vas a tirar toda esta comida?".

Shin Tae-oh levantó una porción de tteokgalbi¹ con sus palillos mientras hablaba.

—"Pedí seis porciones solo para nosotros dos, no puedo comerlo todo solo".

—"Entonces, ¿por qué pidió seis porciones?".

Sin decirme nada.

Mientras murmuraba en señal de descontento, Shin Tae-oh acercó el tteokgalbi a la boca de SeHyeon.

—"Solo así puedo convencerte, SeHyeon."

Su sonrisa torcida en un lado de los labios me resultó tan molesta que, en lugar de responderle, mordí el tteokgalbi.

—"Qué bien comes".

—"Está bueno, ¿verdad?".

Con la boca cerrada, SeHyeon asintió. La comida no tenía la culpa. El problema era la persona que la había traído.

Las tonterías del sub-gongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora