Capítulo 25

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Incluso después de haber completado todas las compras, SeHyeon seguía sin poder recuperar la compostura. Hasta ahora, todas las cosas compradas con el dinero de Shin Tae-oh habían sido rechazadas por Yoo Jin-ha y se las había quedado SeHyeon. Era como si simplemente hubiera recogido del suelo artículos caros que otros habían dejado caer.....

—"Presidente".

Shin Tae-oh, que iba adelante, se giró al escuchar la llamada de SeHyeon.

—"¿Compraste esto para mí?".

—"Pienso que lo compró para mí".

Cuanto más casualmente reaccionaba Shin Tae-oh, menos lo entendía SeHyeon. No, ahora empezaba a comprender. La confusión que sentía Yoo Jin-ha cada vez que le daba un regalo.

—"¿Le preocupa que no tenga vajillas? Pero darme esto sin decir nada...".

Shin Tae-oh ni siquiera había preguntado qué vajillas le gustaban a SeHyeon. Había elegido todo según su propio gusto y ahora resultaba que era para él.

—"Dijiste que usabas arroz instantáneo, así que no necesitabas vajillas".

—"¿Perdón? Sí, es cierto".

Por eso, SeHyeon no podía aceptar las vajillas que Shin Tae-oh le ofrecía.

—"Entonces, ¿por qué no sigues viviendo como hasta ahora?".

—"¿Qué quieres decir con eso...?".

—"Esas vajillas las compré para mi propio uso".

¿Tú?

—"Entonces, ¿por qué preguntaste sobre el envoltorio?".

—"Quería saber si preferías que las envolvieran ya que iban a estar en tu casa."

A este punto, SeHyeon no podía evitar estar asombrado.

Si van a mi casa, ¡entonces son mías! ¡Son mías!

—"Así que, ¿no me estás dando esas vajillas? Entonces, ¿por qué lo dices de una manera tan indirecta?".

—"Sí, las vajillas estarán en tu casa, pero son para mi uso".

¿En serio?

—"Entonces, ¿por qué no las envía directamente a mi casa?".

Con el deseo de ver hasta dónde llegaba esto, SeHyeon hizo una pregunta un poco desafiante. Al ver que Shin Tae-oh sonreía ligeramente mientras lo miraba, se sintió aún más desconcertado.

¿Sonríe?

—"Vi que preparabas café al lado de la cama. ¿Dónde piensas poner todas esas vajillas?".

—"Yo...".

Se quedó sin palabras.

—"Las llevaré poco a poco".

Shin Tae-oh resolvió la situación de manera impecable.





***




En la amplia cama de la suite del hotel yacía un hombre enterrado en las sábanas. Aunque su rostro no era visible, se podía notar un leve movimiento que indicaba que aún no había despertado del todo.

Alguien se acercó a la cama donde dormía el hombre y se sentó suavemente a su lado. Vestido solo con una bata, empezó a liberar sus feromonas hacia el hombre mientras extendía la mano lentamente.

—"Cariño, ¿vas a seguir durmiendo?".

Luego, con una caricia suave como una pluma, trató de despertarlo.

Las tonterías del sub-gongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora