Las tonterías del sub-gong

Capítulo 82

No tenía nada más que decir, porque Shin Tae-oh ya había dicho lo que pensaba.

—"Por ahora...".

Shin Tae-oh miró a su alrededor. Estaban en una zona industrial, sin nada en particular alrededor. Poco a poco, el silencio en la calle se fue llenando con el ruido de las máquinas que empezaban a ponerse en marcha.

—"¿Por qué no nos vamos de aquí?".

Shin Tae-oh propuso una idea muy adecuada.

SeHyeon asintió, sujetó los documentos contra su pecho y se dirigió al coche. Recordaba haber visto un terreno vacío en el camino de ida, así que pensó en guiarlo hacia allí. Abrió la puerta del asiento del copiloto y esperó a que Shin Tae-oh subiera, mientras intentaba recordar la ubicación exacta.

Shin Tae-oh se acercó con paso tranquilo, y al ver el asiento del copiloto, soltó una pequeña risa. Al escuchar la risa, SeHyeon levantó la mirada y sus ojos se cruzaron justo cuando Shin Tae-oh subía al coche.

—"Dame los documentos".

Antes de cerrar la puerta, Shin Tae-oh extendió la mano y tomó los documentos de SeHyeon. Luego los lanzó sin dudarlo al asiento trasero, y SeHyeon se apresuró a ir al asiento del conductor.

Parece que a TaeYang ya no le interesan en absoluto.

Viniendo hasta Ulsan, se había esforzado por conseguir esos documentos, pero al ver la indiferencia de Shin Tae-oh, SeHyeon previó que sería difícil convencerlo.

—"Vamos por aquí".

Justo antes de que SeHyeon cerrara la puerta del conductor, Shin Tae-oh señaló el GPS.

Parece que ya tenía un lugar en mente.

Bueno, era mejor que conducir sin un destino claro. SeHyeon pisó el acelerador, y después de un buen rato de conducir, escucharon el aviso de llegada al destino.

—"¿Dónde estamos?".

—"Lo sabrás cuando lo veas".

Shin Tae-oh bajó del coche primero, dejando a SeHyeon sin tiempo para reconocer el lugar, por lo que lo siguió con cierta torpeza, ya que normalmente era él quien guiaba el camino.

—"Si me dices dónde es, puedo ir primero...".

Intentó hablar con Shin Tae-oh, quien simplemente señaló a su lado y comenzó a caminar. Al parecer, no tenía intención de decir nada, así que SeHyeon lo siguió, resignado.

Seúl y Ulsan son diferentes. No estaba familiarizado con el paisaje, y sin el GPS, no podría saber adónde iban, ya que Ulsan le resultaba una ciudad desconocida.

Pero había algo que no cambiaba entre Seúl y Ulsan: la atención que las personas dirigían hacia Shin Tae-oh.

Las personas no podían evitar mirarlo, atraídas inconscientemente por su alta estatura y sus amplios hombros. Al ver su rostro, no podían ocultar su sorpresa. Aunque solo fuera un breve agrandamiento de ojos o un ligero levantamiento de cejas, era inevitable que lo reconocieran; después de todo, era alguien muy visible.

Aquí también las personas lo miraban, y SeHyeon recordó que debía acostumbrarse a eso. Shin Tae-oh era el típico "secundario perfecto", con todas las cualidades.

—"¿Qué haces?".

Shin Tae-oh se dio la vuelta al notar que SeHyeon había reducido el ritmo al observar las miradas de los demás.

—"Ah...".

A SeHyeon le resultaba difícil explicarlo, así que solo dejó escapar un vago suspiro.

—"Ven aquí".