Capítulo 7

7.7K 1.1K 106
                                    

No hubo respuesta alguna por parte de SeHyeon. ¿Quizás el sonido del agua impedía que escuchara su voz?

Shin Tae-oh giró la dirección del cabezal de la ducha hacia un lado. No cerró el grifo para que el agua no saliera, pensando en devolverla a la cara de su secretario si fuera necesario. Shin Tae-oh se agachó frente a SeHyeon, absorbiendo toda la información con sus sentidos.

Primero, sus ojos se posaron en el rostro de su secretario. Sus mejillas y el contorno de sus ojos estaban enrojecidos por el calor, y sus labios estaban rojos. Las gotas de agua en sus pestañas caían, revelando una mirada intensa que, por el momento, decidió ignorar.

En segundo lugar, se concentró en la respiración de SeHyeon. Su respiración entrecortada parecía estar ahogada por el sonido del agua, pero Shin Tae-oh la escuchaba claramente, o tal vez solo la imaginaba al observarlo.

Y...la suave pero densa atmósfera que rozaba su piel. Aunque invisible, la pegajosa feromona que impregnaba su cuerpo agitaba los instintos de Shin Tae-oh.

—"Secretario Anh, sabes...ah...".

Shin Tae-oh chasqueó la lengua, sin saber qué decir.

—"Sería mejor que recuperes la compostura. Ahora mismo, eres...increíblemente sexy".

Incluso al solo ver su rostro, su corazón latía tan fuerte que no se atrevía a mirar más abajo. Shin Tae-oh murmuró mientras se tapaba los ojos con una mano.

—"No preguntaré de dónde provienen esas feromonas, solo levántate".

La razón por la que de repente se había convertido en un omega cuando siempre se le había considerado un beta podría esperarla...

—"Uh, haa, ah...".

—"Secretario Ahn, respira con calma y...joder".

Al abrir los ojos para intentar calmarlo, Shin Tae-oh maldijo al ver sus pezones. La camisa mojada se pegaba a su piel, revelando la textura de sus músculos. Shin Tae-oh, notando que SeHyeon no estaba en sus cabales, dirigió el chorro de agua hacia su cabeza.

Mientras tanto, decidió sacar su teléfono móvil, pero al notar una billetera en el suelo, se detuvo. La billetera no parecía simplemente caída; estaba medio abierta, con tarjetas y dinero desordenados, como si alguien la hubiera revuelto con urgencia.

—"¿Hubo un ladrón?".

Aunque la puerta estaba entreabierta, Shin Tae-oh no mostraba ningún signo de preocupación. Con tranquilidad, recogió la billetera y la examinó. Aunque solo había echado un vistazo rápido antes al sacar sus propias tarjetas, ahora la observaba detenidamente, hasta que encontró algo inusual.

—"Supresores de ciclo".

Reconociendo el medicamento por las letras en inglés, Shin Tae-oh miró a SeHyeon y se acercó. Aunque había mantenido la compostura hasta ahora, el dulce y fuerte aroma del omega le había estado afectando desde hacía un rato.

Giró la manija del agua hacia un lado, llenando la bañera y creando vapor. Mientras el agua se acumulaba, Shin Tae-oh miró a SeHyeon a los ojos, agitó las pastillas frente a él y dijo:

"¿Necesitas esto, verdad?".

—"Por favor, dámelas".

Observando cómo SeHyeon extendía la mano para tomar las pastillas, Shin Tae-oh negó con la cabeza.

—"Con las manos temblando así, ¿cómo piensas tomarlas?".

Las manos de SeHyeon temblaban tanto que sería un milagro si no las dejaba caer. Aun así, seguía extendiendo la mano, por lo que Shin Tae-oh dejó caer las pastillas en su propia mano y las acercó a los labios de SeHyeon.

Las tonterías del sub-gongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora