Capítulo XXXII: Parte I

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-- Perspectiva de Alondra --

El mensaje de Nick llegó justo cuando terminaba de revisar  por donde estaba el paquete que esperaba. "Ya estoy cerca, a 5 minutos", decía. Alondra soltó el teléfono, sintiendo algo de alivio. Al menos algo bueno del día. Se levantó del sofá y salió de casa para esperarlo.

Cuando Nick apareció, lo vio estacionar frente a la entrada. Bajó del coche y se acercó con una sonrisa relajada. Alondra le devolvió la sonrisa y lo saludó con un abrazo.

—Gracias por venir. Sé que ha sido un trayecto largo —dijo, sintiéndose genuinamente agradecida.

—No es nada. Para ti siempre hay tiempo —respondió Nick, con ese tono amigable pero que, de alguna manera, sonaba más íntimo de lo que Alondra hubiera querido.

—¿Quieres pasar a tomar algo? Al menos un vaso de agua antes de que vuelvas. Hace calor hoy —le ofreció, señalando la puerta.

Nick asintió y la siguió adentro. Mientras caminaban hacia la cocina, Alondra se percató de un coche que venía tras él y frenó brevemente cerca de la entrada. La curiosidad la invadió.

—¿Sabes quién era el coche que venía detrás de ti? —le preguntó, tratando de disimular su inquietud.

—No, no me fijé. ¿Por qué? —respondió él, sin darle mayor importancia.

—Nada, solo me pareció raro. No suele haber mucho tráfico por aquí —respondió mientras abría la nevera para sacar una botella de agua.

Nick tomó asiento en una de las sillas de la cocina mientras bebía el agua que le ofreció. Alondra agradeció nuevamente las zapatillas, le pagó el dinero acordado y se sentó frente a él. A medida que hablaban de las zapatillas y otras cosas, Nick empezó a lanzar comentarios que, aunque disimulados, sonaban coquetos.

—Sabes, esas zapatillas no le quedarían bien a cualquiera, pero en ti seguro se ven increíbles —dijo, con un tono que intentaba ser casual, pero que llevaba un matiz diferente.

Alondra notó el coqueteo, pero decidió no darle importancia. Quería evitar la incomodidad, así que respondió con una sonrisa forzada, desviando la conversación hacia algo más neutral.

Sin embargo, Nick siguió lanzando pequeños halagos, cada vez más claros, hasta que finalmente notó que Alondra no estaba respondiendo de la manera que él esperaba. Hizo una pausa, como si se diera cuenta de que sus comentarios no estaban funcionando.

—Bueno, ya me callo —dijo él, con una risa nerviosa, intentando restarle importancia a la situación.

Alondra le devolvió una sonrisa cortés, pero en su interior sentía la incomodidad creciendo. Justo en ese momento, su teléfono vibró. Miles de llamadas perdidas de Alex llenaban la pantalla. Alondra se sobresaltó.

—Dame un segundo —dijo, levantándose rápidamente para devolverle la llamada.

Después de varios tonos, Alex respondió al otro lado de la línea.

—¿Qué pasa, Alex? —preguntó Alondra, preocupada.

—¿Cómo que qué pasa? Llevas desaparecida toda la noche y no volviste a casa —respondió Alex, sonando molesto.

—Fui a casa de mis padres. Necesitaba pensar. ¿Por qué tantas llamadas? —respondió Alondra, algo sorprendida.

—¿Estás sola? —preguntó Alex, con un tono diferente.

—Sí, estoy sola. Ahora a las 3 me voy a casa —dijo ella, confundida por la pregunta.

Hubo un silencio incómodo antes de que Alex finalmente respondiera:

—Vale, avísame cuando estés en casa.

Y entonces colgó de golpe. Alondra se quedó mirando el teléfono, desconcertada.

—Qué raro todo esto, se escuchaba mucho ruido de fondo—murmuró, antes de volver con Nick.

Nick se levantó del sofá al verla regresar.

—Bueno, creo que debería irme. Entro a trabajar a las doce y ya sabes cómo es el tráfico —dijo él, estirándose un poco antes de recoger su vaso de agua vacío.

—Sí, claro. Muchas gracias por traerme las zapatillas. Fue un detalle —respondió Alondra con una sonrisa educada.

—Encantado de verte, a ver si repetimos pronto —dijo Nick, lanzándole una última mirada antes de salir por la puerta.

Lo despedí desde la entrada, viendo cómo se alejaba en su coche, aún sintiendo esa extraña incomodidad que había quedado en el aire.

Railo : Bajo nuestro ecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora