-- Perspectiva de Rai --
Pasé la noche con Alondra, pero fue una noche de inquietud más que de descanso. Ella se despertaba casi cada hora, el alcohol no la dejaba descansar, y yo tampoco podía dormir. Me limité a observarla, preocupada, mientras las redes sociales se llenaban cada vez más de mensajes y especulaciones sobre nuestra posible relación. Mis pensamientos no paraban: ¿qué diría la gente? ¿cómo iba a reaccionar Alondra al enterarse? Sabía que no sería fácil.
Al amanecer, finalmente noté que ella comenzaba a despertar del todo. Sabía que debía decirle lo que estaba ocurriendo, mejor que se enterara por mí a que lo viera de manera inesperada en las redes.
—Oye, Alondra... —dije, intentando sonar tranquila aunque por dentro estaba llena de ansiedad—. Hay algo que tengo que decirte.
Alondra frunció el ceño, todavía algo somnolienta pero alertada por mi tono serio.
—¿Qué pasó?
Tragué saliva y tomé su mano, intentando transmitirle calma.
—Durante el directo de anoche, cuando nos besamos... se vio. La gente en redes sociales ya está hablando de eso, todo el mundo está hablando sobre nosotras.
Sus ojos se abrieron completamente, como si el sueño se hubiera desvanecido en un instante. Por un segundo, la vi intentar procesar lo que le acababa de decir. Luego, su respiración comenzó a acelerarse y me di cuenta de que estaba al borde de un ataque de ansiedad.
—Confío en ti, mi Dios... confío en ti, mi Dios... —murmuró Alondra, cerrando los ojos y respirando de manera entrecortada, su forma habitual de calmarse en estos momentos. Me senté junto a ella, le tomé la mano y acaricié suavemente su espalda, intentando ayudarla a relajarse.
Después de unos minutos, su respiración comenzó a normalizarse, aunque sus ojos aún reflejaban el impacto de la noticia.
—Alondra... no quería que te enteraras así. De verdad lo siento. Pensé que sería mejor que te lo dijera yo —le expliqué, intentando medir mis palabras.
—¿Y cómo se supone que me debo sentir, Rai? —respondió, su voz teñida de enojo y desesperación—. ¡Tú sabes lo importante que es para mí que esto no salga a la luz!
—Acho Alondra lo sé. Créeme que lo sé. Pero no fue algo que pudieramos controlar. No me di cuenta de que la cámara estaba apuntando hacia nosotras en ese momento.
—¿Y no podías haber tenido un poco de cuidado? —dijo, su voz alzándose—. ¿Sabes lo que esto significa para mí, Rai? Mi familia... mis amigos... ¿cómo crees que se van a enterar? ¿Por un rumor de internet?
Me dolía verla así, pero no podía dejar que descargara toda su frustración en mí, porque yo no había sido la culpable.
—Alondra, no fue mi culpa tu me besaste. Estábamos en la fiesta, nadie lo planeó. ¿Por qué te estás enfadando conmigo? Yo también estoy preocupada.
—Necesito pensar —me interrumpió, cruzando los brazos y mirando hacia otro lado—. Por favor, Rai, vete.
La frustración y la impotencia crecieron en mi pecho, pero asentí, entendiendo que no valía la pena alargar la discusión.
—Si necesitas estar sola, está bien... —dije, aunque sentí que mis palabras se quebraban un poco—. Pero quiero que sepas que no tengo ninguna culpa.
Me levanté de la cama y salí de la habitación, conteniendo las lágrimas de pura impotencia. Las peleas con Alondra parecían ir en aumento, y cada vez me sentía más perdida en nuestra relación. Al salir, en el pasillo, me encontré con Alex, Bri, Angie y Mica, quienes charlaban animadamente hasta que me vieron.
Inmediatamente notaron que algo andaba mal y se acercaron a mí, preocupados.
—¿Rai? ¿Qué paso? —preguntó Alex, sus ojos llenos de preocupación.
Tragué saliva, intentando ordenar mis pensamientos.
—Hemos vuelto a pelear —respondí en un susurro, sintiendo cómo se rompía mi voz.
—¿Ya le contaste? —intervino Mica, cruzando los brazos—. ¿Cómo se lo tomo? Tú no tienes la culpa de lo que pasó anoche.
Encogí los hombros, tratando de contener las lágrimas que luchaban por salir.
—No lo sé... Alondra simplemente no lo entiende. Siente que esto es como si yo hubiera hecho algo mal, y estoy tan cansada... —mi voz se quebró y, sin poder aguantar más, rompí a llorar.
—Rai, tranquila... —susurró Bri, colocando una mano en mi hombro—. Esto es mucho para las dos, pero no deberías cargar tú con toda la culpa. Tú no provocaste esto.
Asentí, pero los pensamientos se agolpaban en mi mente. Las redes sociales seguían llenas de comentarios, y la ansiedad de que nuestras familias se enteraran me ahogaba. Sabía que yo podría sobrellevarlo, pero Alondra... no estaba tan segura de que ella pudiera. La presión era demasiado para ambas, y sentía que nuestro secreto cada vez era más difícil de manejar.
—Hoy empieza el evento, ¿no? —murmuró Angie, intentando cambiar un poco el tema.
—Sí, pero la verdad es lo que menos me importa en este momento —admití, secándome las lágrimas.
Alex me miró con empatía y se acercó para darme un abrazo.
—Rai, estás haciendo lo mejor que puedes. Si Alondra no es capaz de ver eso ahora mismo, tal vez necesita tiempo... pero no dejes que te consuma a ti.
Agradecí sus palabras, pero en el fondo, no sabía si el tiempo sería suficiente para arreglar todo lo que había entre Alondra y yo. Las dudas empezaban a pesarme demasiado, y cada pelea parecía acercarnos más a un punto de no retorno.
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Railo : Bajo nuestro eco
Romantik¿Qué pasaría si alguna de las dos se animara a dar ese paso que siempre da miedo en una amistad? Su relación podría cambiar de maneras que nunca imaginaron. ¿Valdrá la pena arriesgarlo todo, o terminarán perdiendo lo que ya tienen?