-- Perspectiva de Rai --
Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue a Alondra sentada en la cama, con el celular en las manos. Me sorprendió verla despierta tan temprano. Parpadeé un par de veces, todavía medio dormida, mientras trataba de entender qué estaba pasando.
—¿Qué haces despierta tan temprano? —le pregunté, aún con la voz ronca por el sueño.
Ella levantó la mirada y sonrió suavemente, dejándome ver esa sonrisa que siempre lograba hacer que me olvidara de todo.
—Fui a hacer la compra —dijo encogiéndose de hombros—. Ya no pude dormirme cuando volví.
—¿Estás nerviosa por el stream del sábado? —le pregunté con una sonrisa juguetona.
El sábado era mi cumpleaños y habíamos planeado un stream especial. Alondra, Alex y yo íbamos a competir haciendo un pastel, y la idea de ver quién lo hacía mejor ya me tenía emocionada. Era perfecto para pasar el día entre risas y bromas, algo que siempre valoraba con ellos dos.
—Un poco —admitió Alondra, dejando su celular a un lado—. Alex tiene muchas ideas, pero ya sabes cómo es... le encanta hacer trampa.
—Lo sé —reí—. Ya lo veo trayendo algún pastel comprado y haciéndolo pasar por suyo.
Ella soltó una risa que iluminó su rostro, y no pude evitar sentir una punzada de felicidad al verla así, tan relajada. Los últimos días habían sido tranquilos, casi demasiado tranquilos. Después de todo lo que habíamos pasado, esta calma era algo que agradecía profundamente. Sin dramas, sin tensiones... solo nosotras dos, disfrutando de pequeños momentos como este.
Nos levantamos de la cama y nos fuimos a la cocina para preparar el desayuno. Alondra se encargó de hacer unas tostadas, mientras yo me ocupaba de unos batidos. Era una mañana sencilla, sin nada planeado, pero a veces esos eran los mejores días.
—Sobre mi regalo... ¿ya lo tienes? —le pregunté, mientras servía el batido en las tazas.
—Quién sabe—respondió Alondra dejándome con intriga—.
—Mejor regalo que pasar el día de mi cumpleaños con vosotros no hay —dije, encogiéndome de hombros—. Aunque si me regalas un perro salchicha no me quejo.
Ambas reímos, y la conversación se desvió, como la serie que estábamos viendo juntas y los planes que teníamos para el resto del día. La verdad es que, con mi cumpleaños tan cerca, todo me parecía especial.
Cada pequeño gesto, cada palabra compartida con Alondra me hacía sentir más afortunada de tenerla a mi lado. Después del desayuno, el día siguió fluyendo con una calma que aprecié. No teníamos grandes planes más allá del stream que íbamos a hacer esa noche. Alex no se unía esta vez, así que sería algo más relajado, solo nosotras dos. Hacía tiempo que no hacíamos un "movie night", una de nuestras categorías de stream favoritas, y me hacía mucha ilusión.
—¿Qué película veremos hoy? —pregunté mientras Alondra se recostaba en el sofá y yo me acomodaba a su lado.
—Deberíamos dejar que los viewers elijan —dijo, sonriendo mientras navegaba por las opciones en la pantalla.
Me gustaba esa idea. Nuestras "movie nights" solían ser una mezcla de improvisación y diversión. A los seguidores les encantaba cuando hacíamos retos o dinámicas entre nosotras, y hoy no sería la excepción.
A las nueve y medi encendimos la cámara y empezamos el stream, tarde como siempre. La gente se unió rápido. Alondra y yo le dimos la bienvenida a todos, riéndonos de algunos comentarios divertidos y hablando sobre lo que había pasado en la semana. No faltaron las preguntas sobre el stream especial del sábado, en el que haríamos el reto del pastel para mi cumpleaños.
—Hoy toca "movie night" —anuncié emocionada—, pero tenemos algo especial para ustedes... ¿recuerdan de las miradas? Hace mucho que no las hacemos.
El chat explotó en emojis y comentarios. A los seguidores les encantaba, todos esperaban esa química que parecía hacer estallar la pantalla.
Tras una hora de stream Alondra paró la película.
—Venga, Rai, vamos a hacerlo —dijo Alondra, inclinándose hacia mí con esa sonrisa juguetona que ya me hacía sentir la anticipación.
Pusimos algo de música suave de fondo, "After Hours" de The Weekend, perfecto para crear ese ambiente cargado de tensión. Me acomodé en el sofá, girándome hacia ella hasta quedar cara a cara. Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración, y no pude evitar sonreír.
—¿Esta vez también te vas a quitar? —bromeé, tratando de mantener la compostura.
—Quien se quita pierde —respondió Alondra, con ese tono bajo que sabía cómo afectarme, acercándose un poquito más.
El chat enloqueció. Los seguidores se revolucionaron al instante con emojis de corazones y llamas, sabiendo exactamente lo que estaban por presenciar. La idea de las miradas era sobre cómo provocarse mutuamente sin ceder, y a ellos les encantaba esa tensión.
Nos miramos fijamente, nuestras caras a solo unos centímetros de distancia. No podía apartar la vista de sus ojos, que me mantenían atrapada. Cada vez que alguno hacía un pequeño gesto, como inclinarse ligeramente hacia adelante o moverse de manera casi imperceptible, el ambiente se volvía más denso. Era como un juego en el que ambos éramos conscientes de la tensión creciente, pero ninguna iba a romperla.
—Estás alejada—susurró Alondra, sin despegar su mirada de la mía.
—Ahhh... ¿qué quieres que me pegue más? —respondí, mordiéndome ligeramente el labio, sabiendo que eso siempre conseguía un gran revuelo en el chat.
El silencio entre nosotras se hizo más intenso, y era como si el mundo exterior desapareciera. Cada pequeña sonrisa o movimiento era una especie de desafío. Alondra acercó su rostro un poco más, y la cercanía hizo que mi corazón latiera con fuerza. Sabía que no íbamos a besarnos, pero esa provocación, esa cercanía, era suficiente para volver loco al chat.
El chat estaba en llamas, con comentarios como "¡BESO" o "¡las guerreras de dios!", pero ambas seguimos jugando, conscientes de cómo mantener esa línea invisible sin cruzarla. Alondra levantó una ceja, como si me desafiara a rendirme, pero yo mantuve mi mirada fija en la suya, mordiéndome la lengua para no reír.
Finalmente, después de lo que parecieron minutos eternos, acabó la canción.
—Se quedo corta —dijo entre risas, empujándome suavemente con el hombro.
—Pero si era de 6 minutos Alondra —dije entre risas.
El resto del stream siguió en ese mismo tono ligero. Vimos la película, comentamos algunos momentos y, de vez en cuando, lanzábamos otro reto o hacíamos bromas que a la audiencia les encantaban. A pesar de que solo era un juego, había algo en esos momentos que me hacía sentir más cerca de ella, como si en esas pequeñas provocaciones compartiéramos algo que nadie más entendía.
Cuando finalmente terminamos el stream, ya era tarde. Nos despedimos de todos, agradecimos por acompañarnos y cerramos la transmisión. La casa quedó en silencio una vez que las cámaras se apagaron.
—Ha sido un buen stream —dije, mirándola mientras me levantaba del sofá—. Me divertí mucho hoy.
—Sí, estuvo genial —respondió Alondra, estirándose un poco.
Nos quedamos un momento en silencio, simplemente disfrutando de la calma que había llegado después del directo.
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Railo : Bajo nuestro eco
Romance¿Qué pasaría si alguna de las dos se animara a dar ese paso que siempre da miedo en una amistad? Su relación podría cambiar de maneras que nunca imaginaron. ¿Valdrá la pena arriesgarlo todo, o terminarán perdiendo lo que ya tienen?