Capítulo XXXXI: Parte I

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-- Perspectiva de Alondra --

El aire en la habitación era denso y tenso, pero sabía que debía armarme de valor. Había llegado el momento de enfrentar mis miedos y ser honesta con Rai. Después de lo que había pasado, no podía dejar que las cosas se quedaran así. Me dirigí hacia donde estaba, cada paso que daba parecía pesar más que el anterior. La ansiedad corría por mis venas, pero me recordé a mí misma que la honestidad era lo único que podía salvarnos.

Cuando finalmente llegué a la puerta, la encontré de pie, con la mirada perdida en el suelo. Antes de que pudiera hablar, ella giró la cabeza y, con una voz fría, me dijo:

-Déjame en paz.

Sentí un golpe en el estómago, pero no me iba a rendir.

-Rai, por favor, necesitamos hablar -insistí, tratando de que me mirara. Mi voz temblaba ligeramente, la urgencia me llenaba.

Ella, con un gesto despectivo, me respondió:

-¿Para qué quieres hablar conmigo? Mejor habla con Nick. No te preocupes, estoy a punto de irme para que él pueda venir cuando quiera.

Esa frase me hirió más de lo que esperaba, como si un puñal me atravesara el corazón. No podía dejar que se alejara sin explicarle lo que sentía.

-¡Espera! -exclamé, y sin pensar, me lancé hacia la puerta, agarrándole del brazo antes de que pudiera cerrarla. La obligué a mirarme a los ojos, sintiendo que cada latido de mi corazón resonaba en mi pecho-. Vamos a hablar, por favor.

Los ojos de Rai estaban llenos de tristeza y un destello de frustración, pero también vi algo más. Esa conexión entre nosotras, aunque rota, aún existía. Finalmente cedió.

-Está bien -dijo, rindiéndose un poco, y me dejó entrar.

Ambas nos sentamos sobre los pies de la cama, el silencio entre nosotras se hizo pesado. Era el momento de decirle todo lo que sentía; no me negaría a perderla sin luchar. Miré a Rai, su expresión reflejaba un dolor que me atravesaba como un hilo afilado.

Cuando iba a abrir la boca, Rai me interrumpió.

-No se que quieres hablar pero, deja de humillarme, ya es suficiente -dijo, su voz sonaba quebrada, como si se estuviera desmoronando. Era una herida que se abría entre nosotras-. No quiero entrometerme más entre tú y Nick.

La miré, sintiendo una punzada en el corazón. No podía permitir que se fuera así, no después de todo lo que había pasado. Sin pensarlo, le agarré del mentón y sujeté su cara con ambas manos, obligándola a mirarme directamente a los ojos.

-Rai, no me gusta Nick. Jamás me ha gustado. Él me besó y yo no quería. Seguí hablando con él para darte celos inconscientemente por lo que dijo que tenía con Angie. No me gusta él ni ningún chico, jamás pensé que tendría el valor de decir esto -le expliqué, sintiendo cómo cada palabra brotaba de mi corazón. Era la verdad desnuda, y era liberador.

Rai bajó la mirada, como si las palabras la hubieran confundido. Con delicadeza, coloqué mi pulgar en su barbilla y volví a elevar su mirada hacia mí. Su expresión de desconfianza empezaba a desvanecerse.

-Te quiero, Rai -le confesé, el peso de esas palabras me aligeró un poco-. Tenía miedo de perderte por culpa de todas estas mentiras. No quería que la confusión entre nosotras nos separara.

En ese momento, la abracé, sintiendo cómo se hundía en mi hombro. Las lágrimas comenzaron a fluir suavemente, y su cuerpo tembló levemente. La presión en mi pecho se aligeró, pero mi corazón seguía latiendo con fuerza, como si estuviera a punto de estallar. Sabía que esta era la última oportunidad para arreglar las cosas, y no iba a dejar que se escurriera entre mis dedos.

Se separó de mí y me miró con esos ojos que solían brillar como estrellas. Estaban llenos de confusión, pero también de esperanza.

-¿Entonces, de verdad sientes algo por mí? -preguntó, casi con incredulidad, como si no pudiera creer que lo que había estado sintiendo también lo sintiera yo.

La miré fijamente, y en lugar de responder con palabras, le di el beso más sincero que podía ofrecerle. Mis labios encontraron los suyos Ese beso lo llevaba deseando interiormente mucho tiempo, y sentí cómo la conexión entre nosotras se reavivaba. Fue un roce suave, lleno de promesas y arrepentimientos, de la fuerza que habíamos construido juntas y de los miedos que aún nos acechaban.

Cuando nos separamos, vi cómo sus ojos brillaban con lágrimas y emoción, como si estuviera viendo la verdad que siempre había estado oculta entre nosotras.

-Esto es lo que quiero para el resto de mi vida -pensé mientras la miraba, sintiendo que finalmente habíamos cruzado una línea que nos uniría para siempre.

Rai sonrió tímidamente, y su rostro se iluminó con una mezcla de alegría y alivio. El eco de nuestros corazones latía en un mismo ritmo, y supe que todo lo que habíamos enfrentado había valido la pena. En un mundo lleno de incertidumbre, al fin sentía que había encontrado la persona con la que quería estar.

(Bueno espero que os haya gustado muchísimo, este es la primera etapa de la historia, pero lo que a partir del siguiente capítulo será la segunda etapa, espero que os haya encantado he tratado de escribir lo mejor que he podido y en poco tiempo. Gracias por leer y para los siguientes capítulos pediré que lleguéis a los 20 votos)
(Gracias por leer la historia y gracias a rai y alondra, mis streamers favoritas que ojalá algún día lean este fanfic 💗)

Railo : Bajo nuestro ecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora