Railo : Bajo nuestro eco

Capítulo XXXV: Parte I

-- Perspectiva de Rai --

Había estado dándole vueltas en mi cabeza, pero al final, acepté la propuesta de Nick para personalizar las zapatillas. Desde que me lo mencionó por chat, me emocioné. Personalizar zapatillas era algo que siempre me apasionó, pero los materiales eran caros, y él se ofreció a usar los suyos. Lo vi como una oportunidad que no podía rechazar. Aunque me sentía un poco incómoda por no decirle nada a Rai, pensé que se lo contaría en la comida. Sabía que tal vez reaccionaría mal, pero no quería ocultarle nada... o al menos, eso era lo que me repetía a mí misma.

Sin embargo, cuando Rai decidió cambiar nuestros planes y salir con Angie, algo dentro de mí cambió. Sentí esos celos que no quería tener, esos pensamientos que siempre trataba de ignorar porque no los entendía del todo. ¿Acaso me importaba que Rai estuviera con Angie? Me decía a mí misma que no debía importarme, pero esa sensación de vacío se hacía más fuerte. Así que decidí no decirle nada sobre Nick. Después de todo, ella no iba a estar en casa.

Cuando llegó la hora de comer, me encontré sola en nuestra casa. Me senté en la mesa, frente al plato que había preparado, pero el apetito no estaba ahí. Era difícil concentrarme en la comida, porque en el fondo deseaba que Rai estuviera conmigo. Habríamos ido a nuestro restaurante de siempre, como una tradición, hablando de cualquier cosa, riéndonos como siempre. Pero esta vez, estaba sola, comiendo en silencio. Cada segundo me recordaba lo mucho que odiaba sentir esos celos irracionales que, a pesar de todo, no lograba controlar.

Terminé de comer y, poco después, escuché el timbre. Nick llegó, justo como lo habíamos planeado. Siempre fue puntual, algo que me gustaba de él. Lo primero que hizo fue dejar todo el material para personalizar en el estudio, y después me pidió que le enseñara mi colección de zapatillas. Me emocionaba la idea de compartirlo con alguien que entendía mi pasión. Le mostré mis pares favoritos en la habitación, y se veía genuinamente interesado. Eso me hacía sentir un poco más relajada, a pesar de que seguía sin decirle nada a Rai.

Cuando terminamos de ver la colección, justo antes de salir de la habitación, Nick me tomó del brazo y me puso frente a él, con una seriedad que no había visto antes en su rostro.

-Alondra, ya no puedo seguir ocultándolo -dijo de golpe, mirándome a los ojos con una intensidad que me desconcertó.

-¿Ocultando qué...? -apenas susurré, pero antes de que pudiera procesarlo, él se inclinó y me besó.

Mi mente se quedó en blanco. Sentí sus labios sobre los míos, pero mi cuerpo no reaccionó. No lo deseaba, no era lo que quería, y en esos escasos segundos, lo único en lo que pude pensar fue en Rai. Fue como un relámpago. El roce de los labios de Nick no tenía comparación con los recuerdos del tacto de Rai, y eso me golpeó como una verdad que había intentado ignorar.

Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Levanté la vista y ahí estaba Rai, parada junto a Angie, con los ojos llenos de incredulidad. Me aparté de Nick al instante, pero el daño ya estaba hecho. El silencio fue aplastante. Nadie decía nada, hasta que Angie explotó.

-¿Es en serio, Alondra? ¡¿Cómo has podido?! Sabes que jamás ha pasado nada entre Rai y yo, ¿verdad? ¡Que todo era mentira para darte celos!

-Yo... -intenté hablar, pero las palabras no salían. No sabía qué decir. Todo se había salido de control en cuestión de segundos.

Angie, sin esperar respuesta, salió de la habitación con un portazo y bajó corriendo tras Rai. Me quedé paralizada, mi mente aún procesando lo que acababa de ocurrir. Nick, que estaba a mi lado, me miró con una mezcla de culpa y resignación.

-Lo entiendo... -dijo finalmente, con una voz que sonaba más triste de lo que esperaba-. Veo que todo esto tiene más sentido de lo que pensaba.

-No, no es tu culpa... -intenté decirle, pero Nick negó con la cabeza.

-Alondra, es obvio que tienes algo con Rai. Se nota a kilómetros, aunque traté de ignorarlo, pensando que tal vez me equivocaba. Pero está claro que no. -Se detuvo por un momento y luego me miró con seriedad-. Si de verdad sientes algo por ella, lucha. No seas cobarde, porque si no lo haces, vas a perderla. Y créeme, va a ser demasiado tarde si no haces algo ya.

Antes de que pudiera responder, Nick se dio la vuelta y salió de la habitación hacia el estudio para coger sus cosas. Lo vi irse sin decir una palabra más, y me quedé sola, de pie, con la cabeza llena de pensamientos. El beso que había recibido de Nick, aunque duró solo unos segundos, solo sirvió para que una verdad se hiciera cada vez más clara: yo no quería estar con Nick. Ni con ningún chico. El único rostro que apareció en mi mente durante todo ese caos fue el de Rai.

Por fin lo acepté, algo que me había estado negando desde hacía tiempo: me gustaba Rai. No sabía cómo había llegado a este punto, pero ahora estaba claro. Hubiera preferido darme cuenta de otra manera y no de esta. Nick había sido mi manera de intentar huir de lo que sentía por ella, de intentar olvidar o reprimir lo que había pasado entre nosotras, pero me di cuenta de que no era así de simple. Lo que me atraía no eran los chicos.

Pasaron unos minutos, pero todo se sintió eterno. Con la cabeza hecha un lío y el corazón apretado por la confusión, decidí hacer lo que mejor sabía hacer para evadir mis emociones: encender el ordenador y hacer un stream. Me conecté a Deadsafio, pero desde el primer segundo, sabía que algo estaba mal. No tenía la energía de siempre, y aunque intenté actuar con normalidad, todo el chat se dio cuenta de que algo me pasaba. Todos preguntaban por Rai, y no sabía qué responder. Al final, solo dije que hoy no podría estar.

El resto del stream fue una sucesión de imágenes y sonidos que apenas percibí. Mi mente seguía atrapada en los últimos minutos, en el beso con Nick, en la reacción de Rai, y sobre todo, en esa sensación que se hacía cada vez más fuerte: me gustaba Rai, y estaba a punto de perderla.

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