-- Perspectiva de Alondra --
El almuerzo con mis padres había sido incómodo, para decir lo menos. Cada comentario que soltaron, me dolió profundamente. Pero no hice nada. No los detuve. Cada vez que mi madre o mi padre lanzaban una frase homofóbica disfrazada de "preocupación", me reía con nerviosismo y asentía. La verdad es que tenía miedo, miedo a decepcionarlos, miedo a enfrentarme a lo que sentía. Pero mientras escuchaba sus palabras, veía a Rai encogerse en su silla, su rostro endurecido, su incomodidad palpable. Sentí que la estaba traicionando.
Cuando finalmente se fueron, el peso de la culpa cayó sobre mí como una losa. Había dejado que mi miedo me controlara, y en el proceso, había dañado a Rai, la persona que más me importaba. Sentí una angustia en el pecho que me hacía difícil respirar. Sabía que no podía dejar las cosas así. Tenía que hablar con ella. Tenía que pedirle perdón.
Me acerqué a su habitación, y antes de tocar la puerta, respiré hondo. Cuando me armé de valor, la abrí lentamente. Rai estaba sentada en la cama, mirando su teléfono, aunque era obvio que no estaba prestando atención a lo que fuera que estuviera viendo. Levantó la mirada cuando entré, pero su expresión seguía siendo fría, distante.
—Rai, yo... lo siento —dije, mi voz quebrada. Sentía que las palabras se atascaban en mi garganta, pero tenía que decirlo—. Lo que pasó hoy... sé que mis padres fueron horribles, y yo... no debí quedarme callada. Te fallé.
Rai suspiró, dejando el teléfono a un lado, y me miró, su rostro endurecido por el dolor.
—¿De verdad te importa lo que piensen tus padres tanto como para dejar que te traten así? —me preguntó, su voz cortante—. Alondra, ¿cuántas veces más vas a quedarte callada solo porque te da miedo enfrentarte a ellos?
La pregunta me golpeó fuerte. Ella tenía razón, y lo sabía. Siempre me había dejado arrastrar por el miedo a decepcionarlos, a ser "la hija perfecta" que ellos querían. Pero eso había tenido un costo, y ese costo era Rai.
—Es que no lo entiendes... si supieran, si siquiera sospecharan que hay algo entre nosotras... —mi voz temblaba—. No puedo lidiar con eso, Rai. No soy tan fuerte.
—No tienes que ser fuerte todo el tiempo —respondió ella, frustrada—. Pero, ¿de verdad vale la pena permitir que te humillen a ti y a mí, solo para no tener problemas con ellos? ¿Eso es lo que quieres? ¿Seguir escondiéndote? Porque si es así, dime, Alondra. Y entonces lo dejamos de una vez. No más tonterías.
Sentí las lágrimas arremolinándose en mis ojos. Sabía que lo que decía era verdad. Pero el miedo... el miedo a perder a mis padres era inmenso.
—No quiero perderte a ti tampoco... —murmuré, aunque en mi interior sabía que ya estaba a punto de perderla.
Rai me miró directamente a los ojos, y por un segundo vi el dolor que había estado tratando de ocultar. Luego, su rostro se endureció una vez más.
—Mira, lo que pasó entre nosotras... no fue nada. Y no quiero que lo sea. No quiero complicarlo más. Fue solo un momento, ¿vale? —dijo, con frialdad—. No siento nada por ti, Alondra. Es mejor que sigamos adelante y lo olvidemos.
Me dolió más de lo que esperaba escucharla decir eso, aunque sabía que tenía razón. Asentí, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer.
—Tienes razón. Fue un impulso, un error. Yo tampoco siento nada por ti. Es mejor que lo dejemos todo como está y volvamos a la normalidad. No quiero que esto arruine lo que tenemos... lo que teníamos.
El silencio entre nosotras fue pesado, pero finalmente, algo en el ambiente pareció relajarse. Habíamos dicho lo que teníamos que decir, y aunque las palabras dolían, era necesario para seguir adelante. Ambas sabíamos que no podíamos seguir fingiendo algo que no debía ser.
Rai se levantó de la cama y se acercó a la puerta, antes de girarse para mirarme una última vez.
—Vale, lo olvidamos. Volvamos a ser las de siempre, ¿sí? —su tono fue más suave, aunque seguía cargado de tensión.
Asentí, forzando una sonrisa.
—Sí, volvamos a ser las de siempre.
Pero mientras la veía salir, supe que nada volvería a ser realmente como antes.
ESTÁS LEYENDO
Railo : Bajo nuestro eco
Romance¿Qué pasaría si alguna de las dos se animara a dar ese paso que siempre da miedo en una amistad? Su relación podría cambiar de maneras que nunca imaginaron. ¿Valdrá la pena arriesgarlo todo, o terminarán perdiendo lo que ya tienen?