Dos días después nos visitó una familia de seis miembros, los dos padres con sus dos hijos, un tío de los niños y su abuelo. Habían salido de la ciudad con los inicios de las revueltas y se iban a vivir a la granja de un familiar suyo y que era lo suficiente grande para acogerlos a todos ellos. Nosotros le habíamos propuesto quedarse aquí pero sentían que su lugar no era éste y dos días después siguieron su camino agradeciéndonos nuestra hospitalidad. Mientras se habían quedado con nosotros no pararon de hablar sobre la situación que estaba viviendo el país por las noticias que les habían llegado de oídos de otros, al parecer los disturbios no solo estaban originándose en nuestro país, según ellos alguien les contó que fuera de nuestro estado también se estaban revelando por las condiciones de precariedad en la que vivían, la gente quería un cambio y lo quería ya. Durante los siguientes días no se habló de otra cosa que de las revueltas que ocurrían en gran parte de las ciudades, veía a Kenai, Bastian y a muchos otros preocupados por la situación que estábamos viviendo, por eso cuando Bastian me habló de que estaba pensando en unirse a las revueltas no me cogió por sorpresa. En todo ese tiempo que pasé con él logré averiguar como pensaba y como era, también supe que algo le preocupaba y aunque tardó en confesármelo yo ya daba por hecho que estar con nosotros sin poder hacer nada no le hacía de todo feliz, no podía quedarse aquí mientras otros estaban luchando por un futuro mejor y aunque pensar en su marcha me entristecía sobre todo porque ahora los dos estábamos en nuestro mejor momento sabía que no podía retenerlo, aunque me hubiese gustado que me eligiese a mí por encima de sus convicciones , no quería ser egoísta, así no funcionaba el amor. No pasó mucho tiempo desde que me contase lo que tenía pensado hacer hasta el día que nos anunció su deseo de unirse a los rebeldes. Nos convocó a todos para comunicárnoslo y al parecer no sería el único que se uniría a esa causa, Kenai, Liam, Hanno y la mayoría de ellos querían participar en las revueltas, incluso Mauro también había decidido unirse a ellos y aunque éramos muy buenos amigos tenía que aceptar su decisión igual que él aceptó la mía. Sabían que no todos podrían irse, aunque la seguridad en el recinto era mucho mejor que en meses pasados no podían dejar sin protección a la gente que vivíamos allí, habíamos aprendido a luchar pero nunca seríamos tan buenos como algunos de ellos a excepción de Debra, que había aprendido desde muy temprana edad. Tuvieron que echarlo a suertes y que se decidiera así quienes partirían y quienes se quedarían con nosotros, no era mucho de rezar pero lo hice solo por el mero hecho de que Bastian e incluso Mauro se quedasen con nosotros aunque sabía que aquello no era lo que deseaban. Cuando nos comunicaron quienes eran las personas que habían sido elegidas para proteger este lugar nadie parecía mostrase contento, todos querían aportar su fuerza y valor en esas revueltas. Liam que no dejaba de manifestar su malestar era uno de los que se quedaban con nosotros, a él le hubiese gustado acompañar a Bastian aunque la situación entre él y su amigo no estuviesen de todo aclarada, le hubiese gustado luchar a su lado igual que lo había hecho en el pasado pero aceptó su destino, había sido una decisión que se tomó entre todos y por supuesto que las personas de este lugar eran igual de importantes que las revueltas que había al otro lado del muro. Otro de los chicos que le tocaba quedarse era Eider, Fernando el médico, Rodrigo que también se quedaba, y Roberto, uno de los hombres que tenía esposa en el campamento, él había decidió quedarse con su mujer después de haber perdido a su hijo el invierno pasado, también intentaron disuadir a los otros dos hombres que también tenían mujer e hijos para que se quedasen pero ellos sentían el deber de estar en esas revueltas y conseguir que el futuro de sus hijos fuese muy diferente al que se le mostraba ahora. Tobías quería irse también con ellos pero le hicieron ver que su sitio estaba ahora aquí, tenía a sus hermanos pequeños que lo necesitaban, no sabían donde se encontraban sus padres, tal vez no los volviesen a ver y no era justo para sus hermanos perder al mayor también. Debra también estaba dispuesta a unirse a ellos pero Bastian le negó un sitio en aquel grupo tan amplio y nadie discutió su decisión, ella amenazó con seguirles en cuanto dejasen el lugar, le dijo que hiciese lo que le diese la gana pero que no tomase el mismo camino que ellos porque no quería viajar a su lado. Al final eran veintiuno los chicos que se alejaban del monasterio, Hunter también se unió a ellos pero solo porque había decidido viajar hasta su ciudad y quedarse una temporada allí con su padres ya que estaba preocupado por su situación, luego los demás seguirían su camino. No fue nada fácil despedirnos de toda esa gente con la que habíamos convivido durante mucho tiempo y forjamos una amistad, sobre todo ver alejarse de allí a las personas con las que más simpatizábamos, ahora solo nos quedaba la incertidumbre de no saber que les esperaba en las próximas semanas y si volveríamos a verlos. Yo me había acercado a Bastian y luego de darnos delante de toda aquella gente el más de los apasionados besos le susurré al oído.
_ No importa lo lejos que te encuentres ni el tiempo que tardes en regresar a mí, yo siempre te estaré esperando.
Me besó, esta vez fue corto pero lleno de amor luego me abrazó fuerte y cuando me soltó me respondió
_ No sé cuánto tiempo estaré lejos de ti, pero te prometo regresar a tu lado y esta vez será para siempre.
Aquella noche todos tomamos nuestra comida en silencio y luego en el más absoluto e incómodo silencio nos fuimos a nuestras habitaciones para intentar descansar y que las emociones de ese día y sobre todo las preocupaciones que nos acosaban esa noche preguntándonos si nuestros amigos y seres queridos se encontrarían bien nos impidiese el sueño. María al igual que yo también se había despedido de su novio Miguel con la promesa de volverse a ver, Thaisa también se despidió de todos con la tristeza en el rostro pero con Mika lo hizo de una manera más personal, el beso que le dio había sido de cine, todos estábamos seguros que entre ellos dos había surgido algo más que una amistad, Melisa y Gary ya no eran pareja pero aún así le deseó buena suerte y pidió que regresase sin ningún contratiempo. Con Mauro también me despedí de una manera más personal, él era mi mejor amigo y lo sería para el resto de nuestras vidas, le pedí y casi le rogué que tuviese mucho cuidado y que no hiciese ninguna tontería y que regresase pronto o yo misma lo iría a buscar, le sonreí y le di un fuerte abrazo antes de alejarse del recinto. A Ulmer, Hanno, Kenai, Mika… e incluso a Alexis (mi enfado con él ya se había disipado), los abracé y pedí que se cuidaran los unos a los otros. Hunter no se uniría a las revueltas, (se lo hice prometer) el cuidaría y ayudaría a sus padres mientras la ciudad entraba en caos, a él también lo echaría de menos, habíamos pasado situaciones complicadas juntos y esperaba que su familia estuviese bien. Después de la marcha de los chicos los días en el monasterio transcurrían monótonos y tristes, todos intentábamos no pensar mucho en los chicos y en como les estaría yendo, por eso nos centrábamos más en el trabajo y en acondicionar algunas de las salas del monasterio que aún seguían en estado lamentable. De vez en cuando Clara nos pedía que la siguiésemos hasta la iglesia y que todos rezásemos por los que se habían ido, yo no solía participar mucho en ese tipo de actos. Siguieron pasando los días y trabajamos con más empeño, más afán que nunca, no solo porque eso nos evitaba pensar en nuestros chicos por el día, ya teníamos bastante con pasar algunas horas en vela durante la noche, también intentábamos que nuestras cosechas fuesen a mayores y buenas, la tierra en este lugar era fértil pero nos faltaban manos ahora que los chicos se habían marchado, también nos llegaban noticias de que los disturbios se habían vuelto más violentos e intensos y eso nos preocupaba ya que se hacía más difícil comprar comida, medicamentos o cualquier tipo de mercancía necesaria para sobrevivir a un nuevo y crudo invierno. Estábamos cerca del verano y las semanas pronto pasarían y de nuevo volveríamos a encontrarnos a las puertas de la más fría y blanca estación del año y debíamos estar preparados para ello. Aún podíamos recordar lo que había ocurrido con la gente de esta comunidad y sobre todo los que habíamos perdido. De nuevo era Liam el que estaba al frente de esta gran familia y yo sabía que para él no era nada fácil liderar esta comunidad, era una gran responsabilidad a la que se tenía que enfrentar. Liam y yo apenas habíamos cruzado unas cuantas palabras desde que Bastian se fue y desde luego no volvimos a hablar de cosas tan profundas como nuestros sentimientos. Uno de aquellos días en el que el calor impedía seguir con nuestro trabajo en el exterior del recinto Liam y Eider decidieron emprender un viaje a la ciudad, se tardaba al menos un par de días en llegar y estos días habían sido muy tranquilos en el monasterio, ningún visitante había venido a incordiarnos, además, les preocupaba no tener suficientes medicinas o que escaseasen para cuando llegase otra vez el virus de la gripe y no tener los suficientes medios para enfrentarse a él. Delegaron la vigilancia del lugar a algunos de los adolescentes más jóvenes que se sintieron valiosos e importantes mientras los demás se encargaban de otros quehaceres, los más menores se pasaban la tarde jugando a diversos juegos, a Panya el que más le gustaba era jugar a esconderse porque nunca la encontraban. Fue ella y otro chico dos años mayor los que descubrieron la existencia de una abertura en el sótano por la que entraron y vieron que había varios pasadizos secretos. Su secreto fue rápidamente descubierto porque eran niños y casi la mayoría de ellos no podían quedarse callados. Rodrigo y otro de los hombre fueron a ver que era aquello tan importante que habían descubierto los pequeños y después de adentrarse por aquellos túneles ocultos nos prohibió a todos acercarnos allí hasta que Liam y Eider regresasen. Ya habían pasado varias semanas de la marcha de Mauro, Bastian y los demás pero Debra aún seguía cabreada por la humillación a la que le sometió Bastian delante de todos y no dudó en culparme a mí de todo eso, porque según ella, el primo de mi amigo había cambiado desde que estaba conmigo, así que cualquier ocasión era buena para provocarme, a veces aquellas provocaciones simplemente las ignoraba, me sentía más madura desde mi regreso con Liam y Hunter, pero cuando sus comentarios eran hirientes o demasiado difíciles de dejarlos pasar las cosas entre las dos se ponían feas y acababamos discutiendo y antes de que terminásemos agarradas a trompazos siempre había alguien que nos separaba y nos alejaba la una de la otra. Nuestro grupo volvió a formarse, tanto María como Thaisa habían perdonado a Melisa y ahora en vez de cuatro chicas éramos cinco ya que Briana se había unido a nosotras. A Debra y a sus amigas les molestaba que nos llevásemos tan bien y que Briana hubiese decidido estar a nuestro grupo en vez de unirse a ellas¬ por eso nos había declarado la guerra y porque estar en este lugar ya no le motivaba. Nuestra última pelea fue al día siguiente de la marcha de Liam y Eider, una vez más el calor apretaba y las cinco nos encontrábamos hablando y riéndonos por un comentario de Thaisa cuando de pronto apareció Debra con sus amigas, empezó con sus provocaciones a las que intentamos ignorar pero cuando dijo que era cierto lo que decían de las mentirosas y las zorras que siempre se juntaban en manadas o grupos como el que habíamos formado nosotras, Thaisa no pudo aguantarse más y le respondió que tal vez fuésemos unas zorras y unas mentirosas pero Bastian me había preferido a mí antes que a ella. Aquellas palabras le cabrearon aún más y escupió por esa boca que si estaba conmigo era porque me había hecho la difícil y que pronto se cansaría de mí y me tiraría como había hecho con las demás, supongo que yo tampoco pude aguantarme y me abalancé contra ella cayendo las dos al suelo, cuando apareció Rodrigo y Roberto, nuestras respectivas amigas intentaban separarnos. Después de poner punto y final a aquella pelea en donde además de que por los orificios de mi nariz emanaba sangre y de que nos habíamos llevado unos buenos golpes, Rodrigo terminó por echarnos la bronca del siglo. Debra dijo que estaba harta de vivir aquí y que se marchaba, pensaba unirse al grupo aunque Bastian no lo quisiese, buscaría la manera de que cambiase de parecer, aquello último lo dijo con una sonrisa y mirándome. Tanto Clara como Rodrigo hablaron con ella pero al parecer estaba dispuesta a irse y nadie podía retenerla en este lugar, le pidieron que por lo menos esperase a que regresase Liam y Eider y si aún quería marcharse, ellos la acercarían a la ciudad. Yo también tuve que hablar con Clara, parecíamos niñas adolescentes echándonos la regañina nuestra profesora, me sentía un poco ridícula pero me la merecía, además como bien dijo Clara, en este lugar convivíamos con otras personas y que deberíamos ser un ejemplo para los más pequeños. Aquella misma noche aprovechando la ausencia de Liam y de Eider, Debra se fue junto con Olivia y Roberto, supongo que el resto de sus amigas no se atrevieron a seguirla, ella había prometido esperar al líder de esta comunidad pero al final cambió de idea, se llevaron con ellos algunas provisiones junto con medicamentos y dos caballos.
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TABSAVIT
Historical FictionEn un mundo de caos y de destrucción una chica lucha por sobrevivir junto a su mejor amigo Mauro y acaban en un campamento junto a otra gente que también huyen de una vida precaria, allí conoce el amor y el calor de una gran familia pero también e...