Semanas de la cuarenta y dos a la cuarenta y siete ( tercera parte)

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La dejé ahí mirándome como me marchaba apresuradamente en busca de Hunter y los demás, escuché como me llamaban y al girar mi rostro me encontré a mi amigo Mauro venir hacia mí.
_ ¡Eh!, ¿qué pasa, donde está el fuego?         
_ Hola Mauro, ¿sabes dónde está Hunter o tu primo?, he oído que se marchaban a la ciudad,
_ Sí se han marchado hace unos minutos, ¿qué ocurre?
_ ¡Cómo que se han ido! y ¿porqué se han llevado a Hunter?
_ Nadie se ha llevado a nadie, ¿qué te pasa?, fue Hunter quien pidió ir con ellos, quería saber noticias sobre la ciudad donde vive su familia, hemos escuchado que hay revueltas en muchos puntos del país, supongo que está preocupado por sus padres, ¿qué es lo que te preocupa de Hunter?, él es joven pero va bien acompañado, ¿o es que te preocupa alguien más? ¿Temes que Bastian se marche de nuevo y no regrese?
_ ¡Basta ya Mauro!, no toda mi vida gira alrededor de Bastian.   
_ ¿Entonces dime porque te preocupa que se hayan ido?, ¿por qué estás tan nerviosa?
Suspiré profundamente para calmar mis nervios, me senté en uno de los pequeños bancos de madera que había cerca de nosotros  derrotada y cansada.
_ No te lo he contado todo Mauro.
_ ¿De qué me estás hablando?
Y empecé a contarle mi encuentro con el hombre que ocupaba gran parte de mis pesadillas.
_ ¿Ese hijo de puta está aquí?, ¿y cuando pensabas decírmelo?, ¡tenías que habérmelo dicho, ahora estaría de camino a la ciudad con mi primo y los demás para hacerle comer mierda y acabar con él!
_ ¡Precisamente es por eso por lo que no te lo conté!, ¡porque sabía que reaccionarías de esa manera!, no quiero que vayas a la ciudad a enfrentarlo, no quiero que te pongas en peligro o pongas a esta gente en peligro, no quiero que tengamos que huir de nuevo, no sabemos cuantos amigos tiene en la ciudad y quienes son, tampoco quiero que sepa que vivo aquí y sobre todo no deseo volverlo a ver. Es por eso que iba en busca de Hunter, Julio me ha visto en la ciudad en compañía de Liam y Hunter, no sé si se acordará de ellos o solo se fijó en mí pero me asusta pensar que descubra que aún sigo por aquí.
_ Ahora entiendo tu nerviosismo, pero quiero que te tranquilices, estoy seguro de que ese cabrón no aparecerá aquí, no creo que sea tan estúpido para venir a buscarte en este lugar, aunque yo estaría encantado de que lo hiciese para darle su merecido, no solo por lo que te ha hecho, todavía recuerdo los golpes que me dio y pienso cobrármelos.
_ ¡Mauro!
_ Estate tranquila, no pienso poner en peligro a nuestra gente, no correré ningún riesgo, tienes razón, pasaré desapercibido para que no tengamos que mudarnos de nuevo pero quiero averiguar si sigue en la ciudad y con que gente trata.
Aquella noche apenas pude dormir, las pesadillas de mi pasado surgieron más fuertes que nunca y tuve que batallar con ellas hasta la madrugada.  Cuando me levanté me senté cerca de una ventana esperando pacientemente a que el sol saliese por el horizonte. Sabía lo encantador y  persuasivo que Julio podía ser cuando se lo proponía, más de uno y una habían caído en sus redes y mi mayor temor era que reconociese a Hunter y terminase por descubrir donde me encontraba para venir en mi busca como había dicho su amigo Saúl, aún escuchaba sus palabras en mi cabeza.  Hacía algo de frío y me envolví en mi manta, no podía decir si temblaba por la temperatura que había en el exterior del edificio o por el miedo de que Julio diera conmigo, pero nos encontrábamos en la primavera y atrás dejábamos semanas de crudo invierno, y pronto llegaría la estación más calurosa del año, a pesar de ello nadie se sentía contento de todo, todos estábamos preocupados por las noticias que nos llegaban de la gente con la que nos encontrábamos, era por eso que Bastian y Kenai se marcharon, necesitaban averiguar que había de cierto en todo ello y si tendríamos que preocuparnos y prepararnos por lo que pudiese llegar. Ese día no me fue muy bien porque no solo las horas pasaban lentas y me sentía cansada al no haber dormido en la noche, también había estado distraída y cometí varios errores con las tareas que me habían asignado por lo que las tuve que repetir y en consecuencia todos los trabajos se retrasaron así que la hora de la cena también se retrasó.  Otra de las cosas que hice mal fue ser una mala amiga con María, ella también tenía sus problemas y yo no supe escucharla por lo que se enfadó conmigo y con razón, pasé toda la hora de la cena disculpándome y cuando nos fuimos a dormir ya casi me había perdonado. Esperaba con impaciencia la llegada de Hunter y los demás, las palabras de Mauro vinieron de nuevo a mi memoria, “temes que Bastian se marche de nuevo y no regrese”, y también me acordé de lo que me dijo Clara, “tienes que arreglar las cosas entre Bastian y Liam  porque me preocupa que alguno de los se quiera marchar de nuevo”. No, Bastian no se marcharía otra vez, la gente del campamento lo necesitaba, y nosotros dos no habíamos terminado de hablar, no, tenía que regresar, o eso esperaba yo. Dos días después alguien gritó que Bastian y los demás estaban llegando, por un momento mi estómago se contrajo, ¿qué quería decir con los demás?, suspiré de alivio cuando vi entrar solo a tres personas por el frente del monasterio y el primo de mi mejor amigo era uno de ellos. En cuanto tuve la oportunidad me llevé a Hunter conmigo y empecé a hacerle un montón de preguntas que le cogieron por sorpresa, tampoco me preocupó la cara de Bastian y los demás cuando casi saqué a rastras de la habitación a Hunter. Me sentí tranquila cuando me contó que nadie se había acercado a él para preguntarle por mí. Esa noche no me encontré con Bastian, había creído que en cuanto regresase volveríamos al punto donde lo habíamos dejado y aunque no me gustaba reconocerlo me sentí un poco decepcionada de que no me hubiese buscado. Por la mañana Kenai y Bastian nos reunieron a todos para contarnos que había sucedido en la ciudad, las noticias que nos traían no eran nada esperanzadoras y estaban preocupado, según Kenai las revueltas era cada vez mayores, la gente estaba cansada de los abusos cometidos por los altos mandatarios  y eran mucha la gente que carecía de todo, la pobreza, la hambruna, las enfermedades y sobre todo la desesperación los llevaron a enfrentarse a los que más tenían.  Aunque hubo un tiempo después de la guerra en donde las masas de gente enfurecida se habían calmado gracias  a los acuerdos a los que habían llegado, todo eso quedaba atrás, ahora nadie estaba contento con los abusos que se cometían constantemente.  Se  estaba favoreciendo  enormemente al privilegiado, y a los que tenían las riquezas, la gente adinerada  y se desprestigiaba y estaban abusando de la gente sin recursos, personas humildes y en la más absoluta pobreza. Ahora encarcelaban a la gente con motivos absurdos sobre todo a las personas sanas y fuertes que pudiesen servir para trabajar y reconstruir el país sin ninguna remuneración, sin recompensa alguna,  y la gente se estaba empobreciendo y enfermaba más que antes y ahora se habían cansado. La gente pobre, con falta de recursos  somos mayoría y ahora estaban dispuestos a luchar nuevamente por sus derechos  y por una vida digna, no les importaba morir porque nada tenían que perder cuando todo lo  han perdido. Bastian estaba al lado de Kenai y su rostro se mostraba serio, apenas hablaba, en cuanto terminaron de decirnos todo aquello nos dispersamos, nadie tenía ganas de trabajar y se formaron pequeños grupos  donde hablábamos de los últimos acontecimientos. Yo me encontraba con mi grupo de siempre mientras observaba a Debra  que se había acercado a Bastian y a Kenai, después de hablar unos pocos minutos con ellos se alejó no sin antes mostrarme una de sus miradas, ellos dos  salieron de la habitación y yo me disculpé con los de mi grupo para seguirlos. En cuanto los vi hablando en el pasillo  me acerqué a ellos y le dije a Bastian que necesitaba hablar con él, se sorprendió un poco pero me cogió del brazo después de despedirse de su amigo y me llevó a una de las habitaciones que estaba vacía y una vez que estuvimos solos me  miró con curiosidad  esperando a que yo hablase. Aquello había sido un acto impulsivo por mi parte y aun no estaba segura de lo que estaba haciendo  pero lo que si tenía claro era que necesitaba estar cerca de él y decirle que yo estaba allí y que….
_ ¡A la mierda todo!
Me acerqué a él con rapidez pero también con nerviosismo y estampé mi boca contra la suya, durante unos segundos no reaccionó, yo estaba cansada, cansada de no saber muy bien si estaba haciendo lo correcto o si estaba cometiendo una gran equivocación, tenía mis dudas pero lo que sí sabía era que necesitaba a Bastian en aquel momento y quería sentir de nuevo sus besos, me gustaba el efecto que causaba en mí. Bastian me cogió de la mano  y me llevó a un lugar más íntimo, un lugar donde nadie pudiese molestarnos. Esta vez fue él quien se acercó a mí para besarme tiernamente, nuestro beso se alargó y poco a poco se volvió más apasionado, sentía su poderoso cuerpo cerca del mío, me empujó suavemente contra una de las paredes de aquella habitación y me aprisionó con su cuerpo, sentía la presión de sus muslos sobre mí y eso hizo que me asustase un poco, Bastian se dio cuenta de ello y aflojó su abrazo, yo le miré a los ojos y le hablé con dificultad.
_ Bastian necesito contarte algo.
Me miró con dulzura y con pasión y me susurró cerca de mi boca.
_ ¿Ahora?
_ Sí, es importante, tiene que ver con mi pasado.
Volvió a mirarme y se apartó un poco de mí, se quedó quieto y su rostro se había mostrado un poco serio, sus manos seguían tocando mi espalda.
_ No tienes que contarme nada Vera, lo sé todo.
Me alejé de la pared y de su abrazo y crucé mis manos sobre mi pecho, en mi rostro había confusión
_ ¿Qué es lo que sabes exactamente?
_ No importa, ya nada importa, solo abrázame y quédate conmigo esta noche, no necesito nada más ahora, deja que cuide de ti.
Volví a deshacerme de su abrazo y me alejé otra vez de él, esta vez mi voz salió más autoritaria.
_ Dime que es lo que sabes Bastian.
_ Sé el motivo de tus pesadillas, sé porque tienes miedo de la oscuridad y sé quién te las causa, Mauro me lo dijo.
Llevé mis manos a mi rostro, mi boca se abrió por la sorpresa, no tenía ni idea de que lo sabía, ni cuando ni porque mi mejor amigo se lo había contado a pesar de decirle que era un secreto que no debía contar a nadie.
_ ¡Él no tenía derecho a contártelo, yo confiaba en el!
Mi primo no te traicionó, él se pensaba que habías muerto al igual que yo, discutimos y nos pegamos y luego salió tu pasado en la conversación.
_ ¡Cuéntamelo todo!
_ ¿Ahora?
_ ¿Quieres que vaya a preguntárselo a tu primo?
_ Está bien, pero necesito que te relajes, parece que vas a saltar sobre mí en cualquier momento y no de la manera que me gustaría. Después de pedirte en el campamento que te fueses conmigo y del enfrentamiento con los gevos Mauro vino a verme, quería hablar conmigo sobre ti, me pidió que te dejase en paz y que si estaba jugando contigo lo iba a lamentar, tal vez fuésemos familia pero tú le importabas mucho más, nos gritamos, yo le dije que dejase de protegerte y de meterse en nuestros asuntos, que tal vez cuando llegasteis al campamento fueseis pareja y tú estuvieses enamorada de él y que por eso lo habías abandonado todo para seguir a su lado  pero que ya no era el caso, que  yo sabía que tú lo habías dejado de querer y que ya no necesitaba  a su caballero de brillante armadura para protegerte siempre, que eras lo suficiente fuerte e inteligente para decidir y vivir por ti  misma y que ya no necesitabas que él cuidase de ti. Me golpeó y me dijo que en eso me equivocaba, que él  había prometido protegerte siempre y que pensaba cumplirlo para que nadie te volviese hacer daño y mucho menos yo. Después de que nos hubiésemos calmado pensé en sus palabras  y comprendí que tal vez me había precipitado en proponerte que abandonases a Mauro y el campamento para estar conmigo. Pensé que tal vez debía darte tiempo para que tomases la decisión correcta, tenía la esperanza de que durante los meses en los que me alejé del campamento notases mi ausencia y me echases de menos y que así descubrieras que yo era la persona correcta para ocupar tu corazón. En mis planes no incluía a Debra, ella estaba desesperada y no me quedó otra que dejarla venir conmigo pero también creí que te había dejado claro que ella no me interesaba y tampoco me imaginé que Melisa me involucrara en su embarazo, ni siquiera sabía que había tenido una relación con Kai. Sé que pensaste lo peor de mí, yo te había decepcionado y eso me mataba pero lo que más dolor me produjo  fue escuchar en boca de mi primo que tú habías muerto, creí volverme loco, nos peleamos, acabamos a golpes y nos dijimos de todo, él me reprochó algunas cosas y yo le dije algunas otras de las que me arrepiento, le culpé de tu muerte, le dije que si no me hubiese convencido de que tú estarías mejor a su lado que en el mío y de haber dejado el campamento sin llevarte conmigo, tú no estarías muerta, que él había sido más egoísta que yo. Me gritó que solo intentaba protegerte como te había prometido y cuando yo le dije que eso era solo una excusa para no apartarse de tu lado  a pesar de que ya no estabas enamorada de él  fue cuando me habló del ese tal Julio y de su amigo, al que matamos en aquel callejón y de lo que te habían hecho. Mauro me lo contó porque estaba desesperado y creía al igual que yo que habías muerto, por eso ya no importaba que yo lo supiese. Durante días me sentí muy mal, quería abandonar el campamento, Clara intentó ayudarme a pasar esos malos momentos pero yo sentía que me merecía todo ese dolor y que aún así no era suficiente, me pasaba horas en soledad y cuando apareció tu amigo Alexis diciendo que estabas viva mi tormento fue menos. Luego nos habló de que te había dejado atrás junto con Liam porque al parecer estaba enfermo y tú te ofreciste a cuidarlo arriesgando así tu vida pero que estaba seguro que lo hacías de buena gana porque os había visto besándoos por tu cumpleaños.

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