El nerviosismo de Emily estaba completamente justificado aquel día, por fin inauguraría su Academia, había estado trabajando durante meses en aquel proyecto, y por fin sentía que tenía el completo control de la situación y que haría algo por todo el infierno.
-- Tú puedes, Emily -- Se animó en el espejo aquella mañana, poniendose la chaqueta de color morado, color representativo de la Academia.
Salió a la calle de Ciudad Imp, saludando a todos aquellos que conocía, que en verdad era bastantes, dando pequeños saltos y vueltas, mientras tarareaba una canción, hasta llegar a la Academia, su academia. Que estaba completamente decorada con morado y dorado por dentro, y lista para cuando llegaran los invitados.
Pasaron unos veinte minutos, que Emily utilizó para recolocar alguna decoración gracias a sus alas, que seguían con aquel tono blanco, cuando llamaron a la puerta.
-- ¡Llegamos! -- Anunció innecesariamente Angel junto al resto del grupo Hazbin.
-- Sentimos la tardanza, pero Alastor se puso nervioso por como colocamos los tappers con comida y lo reoranizó todo. Dos veces -- Se queja Vaggie.
-- Era necesario -- Se defiende Alastor --. ¿A qué psicópata se le ocurre llevar postre y aperitivos en la misma mano?
Emily ríe, agrecida de la ayuda, y antes de que dijera nada, todos empezaron a colocarlo, sabiendo perfectamente como lo quería ella.
-- ¿Lista? -- Preguntó Lucifer --. Es poca broma lo que vas a hacer.
-- Lo sé -- Asintió Emily, apoyando una mano en su corazón --. Y quiero hacerlo.
Lucifer fue directo a ayudar a Husk a colocar un cartel en el cielo, y Emily se quedó mirando todo lo que estaba pasando a su alrededor. Cuando se dejó caer no pensó que aquello acabaría así, fue un acto en defensa propia, por miedo a lo que pasaría si seguía en el cielo, pero en el infierno había encontrado a su gente, y se había vuelto más valiente e inteligente. Aunque se apenaba de la falta de Sera de vez en cuando.
Y, después de unos últimos preparativos, se abrieron las puertas de la Academia, dejando que muchos padres demoniacos pasaran con sus hijos a ver las instalaciones.
-- ¡Stolas! -- Saludó Charlie desde la mesa donde estaba todo el grupo Hazbin --. ¿Y Octavia?
-- Blitzy dijo que las traería a ambas, a Octavia y Loona, pero parecen estar tardando un poco... -- El tono del búho era preocupado, pero se estirpó con rápidez al ver entrar a los tres por al puerta grande.
-- Siento la tardanza Stols, pero Loona quería cambiarse de nuevo -- Se disculpó Blitzø.
Octavia llevaba una falda de color morado y una sudadera de color negro, además de unos guantes morados que combinaban con las botas también del mismo color.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras, Loona llevaba una camisa negra con una chaqueta vaquera del mismo color y una falda también morada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-- Pareciera que has puesto código de vestimenta, Em -- Sonríe Niffty.
Loona niega con la cabeza.
-- Para nada, el poder de Via es de ese color, y me gusta conjuntar con ella -- Se excusa la sahueso.
-- Aunque yo le diga que no es necesario -- Se permite sonreír Octavia, Charlie hacía años que no la veía así de feliz.
-- Y cuentame, Vi, ¿a qué sitio tenían que ir hoy? -- Pregunta con una sonrisa desagradable Joel.
-- Te va a responder tu putisima madre -- Insulta diretcamente la imp, sin mediar palabra.
Joel se cruza de brazos y mira hacia otro lado, la parte positiva de ese insulto es que no le afectaba a ninguno de sus hermanos, porque solo eran hijos de Dios. De la forma más literal que pudiera existir.
-- No tengo madre -- Rompió el hielo Joel, girándose para verla de nuevo mientras ella se encendía un cigarro.
Vi se congeló y dio una calada, disimulando lo frío que había sido aquello.
-- ¿Sabes? Siempre me pregunto, ¿cuándo era pequeño, Dios construyó todo aquel palacio, el cielo entero solo para la familia o ya tenía todo el plan del multiverso? ¿Nunca te has cuestionado así tu realidad? ¿El por qué de tu existencia?
Vi asiente, y da otra calada al cigarro.
-- Más de lo que piensas, pero no por los motivos que crees. ¿No son esos muchos traumas para que los tenga un arcángel?
Joel se encongió de hombros, sin saber que responder. Y se quedaron en un silencio incómodo por el resto de la tarde.
Cuando la fiesta de presentación de la Academia finalizó, muchos padres, entre ellos Stolas y Blitzø, fueron directos a apuntar a sus hijos a la Academia.
-- ¿Y tú no quieres ir, Loona? -- Preguntó Alastor, interesado.
-- Me encantaría, Su Majestad... Pero soy un poco más mayor que Via y no creo que les haga mucha gracia ni a Stolas ni a mi padre gastar dinero en-
-- ¡Ya estais las dos en la Academia! -- Anunció con una sonrisa en la cara Stolas.
-- ¿Qué..? ¿Cómo? -- Preguntó Loona sin entender nada mientras Octavia estaba abrazada a ella.
-- Le mencionamos a Emily tus habilidades en combate, y dice que se pueden mejorar -- Proclama Blitzø con una sonrisa.
La cara de felicidad de Lucifer se cambia por una de pánico mientras deja a todos felices y va a buscar a Emily, que parecía haber firmado la última ingresión del día.
-- No puedes hacer eso -- Empezó el rey, pero Emily sabía perfectamente a lo que se refería --. ¡No puedes educarlos como si fueran a ir a la guerra por una causa que tal vez no defiendan!
Emily suspiró.
-- Lu... No es eso... Además de querer eso, quiero que si, al final del día quieren apoyar la causa, tengan un entrenamiento previo.
-- Emily, esta no era tu idea, tú querias un lugar donde los habitantes del infierno aprendieran y... -- La voz de Lucifer parecía de histeria total.
-- Aprenderan, según sus habilidades, por favor Lu, dejame esto a mi. Podré manejarlo y sé como manejarlo. No voy a crear monstruos...
Lucifer suspiró y volvió a la fiesta, intentando no pensar en que todo parecía ir para preparar aquella guerra, su última esperanza era que los pecados se negaran, pero eso no pasaría, estaba casi seguro.