Amada mafia

Capítulo | 2

SARA

Luego de que Vanessa se haya ido, comencé de nuevo a trabajar, recibir y hacer llamadas, responder y enviar mensaje.

A eso de las seis de la tarde, me encuentro lista para irme a casa, pero no antes de enviar el último mensaje escucho el intercomunicador que me conecta con Amanda, le doy al botón y empiezo a escuchar su voz.

-Sara, alguien llamado Lucas viene a hablar con el señor Smith.

-Dame un momento, ya salgo para allá.

Dejo los papeles en el escritorio y reviso la agenda del señor Smith, pero el nombre de ningún Lucas está aquí, aprieto el botón de la línea del Señor Smith y espero a que responda.

- ¿Qué pasa, Sara?

-Señor, alguien llamado Lucas dice que ha quedado para hablar con usted.

-Sí Sara, por favor hazlo pasar.

-Bien. -Cuelgo y me levanto de la silla para ir a ver.

Camino hasta la recepción, donde puedo ver a un hombre parado de espalda, al escuchar mis pasos se voltea dejándome ver unos hermosos azules.

- ¿En qué puedo ayudarlo?-Pregunto cuando estoy cerca de él.

-Vengo a ver al señor Smith. -Dice con una sonrisa.

-Bien, sígame por favor.

Me doy la vuelta para guiarlo hasta la oficina del señor Smith. ¿Han sentido alguna vez que alguien no le quita la mirada de su cuerpo? Pues yo sí, es lo que siento en este preciso momento.

LUCAS

Es bella, tiene un cuerpo que toda mujer envidiaría, una cintura que es de muñeca y esas piernas, me perdería en ellas...

¿Pero que estoy haciendo? Parezco un violador. Me río de mis ocurrencias y dejo de lado mis pensamientos ¿macabros? ¿lascivos?

Abre las puertas de la oficina y entramos.

-Papá, no sabía que tenías una secretaria tan linda. -Me adelanto a decir. La miro y puedo ver que está sorprendida al escuchar mi comentario tan atrevido.

-Sí hijo, te presento a Sara, ella es mi secretaria en ejecutivo. -Dice mi padre con algún tipo de orgullo hacia a ella.

La verdad es que Carlos no es mi padre, es más bien mi padrastro; mi mamá, Andalucía, se casó con él. Cuando el bastardo que me engendró la dejo embarazada de mí, Carlos le dio trabajo, y desde ahí ya se imaginarán que pasó.

-Mucho gusto. -Dice extendiéndome su mano, la cual estrecho y las dejo apretadas más de lo normal, ella la suelta un poco incómoda.

-El gusto es mío, soy Lucas, Lucas Smith.

-Bueno, los dejo, ya me voy a casa, ¿necesita algo más, señor Smith?-Dice.

-Sí, toma asiento por favor. -Le dice y ella toma asiento al lado del mío. -Sara, de esto quería hablarte, mi hijo será quien maneje la empresa desde el lunes en adelante. -Hace una pausa. -Y tú serás su nueva secretaria. -Me quedo mirándola, observando su reacción.

-Ohh... -Es lo único que dice

- ¿Estás incómoda con eso, Sara?-Pregunta mi padre con un tono de preocupación.

-No, para nada, señor. -Murmura.

-Me alegra, querida. -A mí también, papá... A mí también. -Lucas, ¿podrías dejarme un momento con Sara?-Pregunta, yo asiento y salgo de la oficina.

SARA

Lucas salió de la oficina y el señor Smith comenzó a hablar.

-Sara, me retiro de los negocios empresariales pero no de los otros negocios. -Hace una pausa. -También es bueno que sepas que él no sabe nada de los negocios que tenemos, mantenlo en cuenta y si necesitas algo no dudes en llamarme. -Asiento y me levanto.

-Sí señor, no se preocupe, hasta luego.

-Dile que pase, por favor. -Dice antes de que salga.

Cuando salí de la oficina del Sr. Smith, Lucas esperaba de espalda. Debo admitir que es bastante lindo, y sexy. Carraspeé para que supiera que estaba ahí.

-Dice el Sr. Smith que pases.

-Bien, un placer Sara. -Dice con una sonrisa.

-Sí, igual.

Me despedí y salí del gran edificio donde se encontraba mi oficina, ya Jaime me esperaba a fuera, abrió la puerta del auto para mí y nos fuimos.

∞

Llegamos a casa, me desmonto del auto. Lo primero que hice fue gritarle a Doris:

- ¡Doris, llegué!-Grité desde la entrada.

- ¡En la cocina mi niña!-Gritó.

Sí, lo sé, parecemos dos locas gritando.

¿Lo crees?-

Cállate, unicornio.

-Mi niña, ¿cómo te fue?-Preguntó al verme entrar por la puerta de la cocina.

-Bien. -Digo encogiéndome de hombros. -Voy a ir a tomar un baño y luego vengo a cenar.

Me fui a la habitación donde me quité toda la ropa y me dí una ducha rápida, y de un solo movimiento me puse el pijama. Miré la hora en mi celular y éste marcaba las siete en punto de la noche.

Salí de la habitación y cené con la grata compañía de mi nana. Nos la pasamos entre risas, bromas y contando algunas anécdotas; puedo decir que cené en paz como algunas veces no acostumbraba a hacerlo.

Doris se había ido con la excusa de que estaba un poco cansada, dejándome sola en la cocina, me fui directo al mini bar para tomarme aunque sea algunas copas, a ver si con esto reconciliaba el sueño.

Cosa que definitivamente, no logré.