Capítulo | 15

13.8K 864 5
                                    

SARA

Sonreí y dejé de recordar estupideces, porque eso es para mí el pasado, una estupidez. Ahora solo me enfocaría en el presente.

Me recosté en la cama y cerré los ojos y por alguna estúpida, razón lo último que sentí fue mi sonrisa implementada en mis labios.

F l a s h B a c k

- ¿Qué haces?-Me sobresalté al escuchar la voz de Vanessa detrás de mí. Miré a los gemelos Zapatas y ellos hicieron lo mismo, nuestras vistas estaban fijas en ella.

-Yo...-Una excusa que tapara lo que estábamos haciendo no pasaba por mi mente.

-Sé lo que hacen. -Sonrió ampliamente y un suspiro de alivio salió de mis labios. - ¿Puedo ayudarles?-Negué con la cabeza.

-Creo que ya nos encargamos nosotros, además, ya tienes bastantes problemas. -Dije al recordar casi la suspensión del colegio contra ella.

-Como quiera lo haré. -Dijo agachándose a mi lado detrás de mi auto.

-Bien. -Dije ya rendida.

- ¿Cuánto falta?-Preguntó Fred.

Miré el reloj de mi muñeca y sonreí, faltan pocos segundos para que el timbre de la salida suene.

-Unos 20 segundos. -Fijé mi vista en el carro de Aarón y el de Megan. -Toma, ponte estos. -Le tendí unos lentes de sol, de color negros a Vanessa.

-Cool. -Dijo ella mientras examinaba los lentes.

Antes de que pudiera decir algo, el timbre sonó y mi corazón se aceleró. Empezaron a salir todos y cada uno de los alumnos. Mientras iban saliendo, se detenían a ver el espectáculo que estaba en frente de ellos.

Salí de mi escondite seguida de Vanessa y de los gemelos, me acomodé en mi auto, poniendo una pose chulesca con un pie apoyándome del auto y otro soportando mi peso. Fred pasó su brazo por mi cintura y me atrajo a su cuerpo, lo miré y cambiamos de posición; ahora él estaba detrás de mí y yo pegué mi espalda a su pecho.

Vanessa simplemente se quedó parada frente al auto junto a John, ella tenía el uniforme de la escuela y yo, bueno, sólo una sudadera y unos Jeans negros diseñados con rotos en ellos, ya que no había venido a la escuela, al estar ocupada con los gemelos arreglando el asunto de sus autos.

Sonreí al escuchar el grito de Megan y las maldiciones de Aarón. Solté una carcajada haciendo que todos fijaran su vista en nosotros por mi culpa.

Mi sonrisa se hizo más ancha al ver a donde iban sus direcciones, a mí, a la causante de sus problemas y a la futura causante de muchos más.

- ¿Qué pasó, Wey?-Preguntó Fred al ver a Aarón y a Megan enfrente de nosotros. Dejó su cabeza en mi hombro.

-Sí, ¿Qué pasó?-Dije con una sonrisa sádica en mis labios. Estaba extasiada, la excitación corriendo mi cuerpo.

- ¿Qué diablos hiciste, perra?-Preguntó Aarón poniéndose delante de mí. Rápidamente me ví detrás de una espalda ancha haciéndome saber que es Fred el que está delante de mí. - ¿Ahora tienes guardaespaldas? ¡Ven y hazte responsables de tus actos, maldita perra!-Ví como los brazos de Fred se movieron y luego escuche un quejido.

Salí hacia adelante para ver a Aarón agarrándose la barbilla, dándome a entender que Fred le había dado un puñetazo.

-Genial Fred, ¿Ahora le harás K.O?-Pregunté emocionada.

- ¿Qué diablos hiciste, Sara?-Esta vez preguntó Megan, vi a Aarón poniéndose de pies y quejándose del golpe.

Al instante en que mencionó mi nombre, supe que estaba asustada, porque nunca me había llamado por él, siempre me había llamado por nombres como: Perra, Estúpida, Marginada, huérfana...Entre otras.

-Sólo les hice una nueva remodelación, la cuenta corre por la casa. -Sonreí ampliamente.

- ¿Qué pasa aquí?- Preguntó el director al ver su auto.

Bueno sí, me había olvidado de ese detalle, también habíamos arruinado el auto del director, y ni hablar de cómo esta su casa. Miré a Vanessa y me miró desaprobatoriamente, pero con una sonrisa, dándome a entender que se divertía.

-Nada. -Dije muy indiferente. -Ahora si me disculpas, tengo cosas que hacer.

Sentí como mi cara ardía y no por el simple hecho de que me habían dado una cachetada, no señores, ésta vez había sido un puñetazo y nada más y nada menos que por el rey de la escuela. Aarón.

-Vaya, princesita. -Escupí sangre, John y Fred se pusieron detrás de él agarrándolo de los brazos. -Con que te gusta golpear a las mujeres. -Sonreí, por su expresión supe que mis dientes estaban manchados de sangre.

Definitivamente me estaba divirtiendo.

Con mi puño cerrado le dí uno entre los cachetes y me queje de dolor que sentí en mis nudillos, agarré mi mano y le hice una seña a Fred, ya él sabía lo que tendría que hacer.

Miré como él daba la paliza, y definitivamente, John será tímido, pero su maldita fuerza es similar a la de un toro; a pesar de ser guapo y encantador, su fuerza termina de completar todo.

-Usted. -Señalé al director. -Usted ah sido mi inspiración para todo esto. -Sus ojos marrones se abrieron descomunalmente ante mi discurso el cual no tiene ningún sentido. -Usted es mi ejemplo a seguir. -Lo ví mirar detrás de mí y supuse que estaba mirando la pela con los gemelos y Aarón.

Nadie se atrevía a acercarse, supongo que el simple hecho de ver dos personas iguales golpeando a una persona le estaba dando otra impresión.

F i n F l a s h B a c k

Un pitido no normal, empezó a interrumpir mi charla con el profesor y cada vez sonaba más alto, cada vez se me hacía más conocido.

Desperté con la frente sudada y el corazón acelerado como siempre lo hacía, a éste ritmo tendría que visitar a un cardiólogo. Apagué la alarma y me levanté de la cama, de seguro al estar recordando ayer las cosas que me hizo a Aarón, mi mente me hizo recordar en sueño.

Entré al baño y encendí la luz, me miré en el espejo y sonreí. Éste sería un día demasiado emociónate, es lo que presiento.

Amada mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora