Capítulo | 58

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SARA

— ¿Mañana quieres ir a una gala?—Le pregunté a Andrés, estábamos en la piscina vigilando a Samantha mientras bebíamos unas piñas coladas sin alcohol.

—Depende, ¿habrán muchas mujeres lindas?—Ruedo los ojos. Hombres y su falta de neuronas en el cerebro.

—Se supone que es una gala de modelos, no sé, su pongo yo que deben haber modelos ¿No crees?

—No hacía falta lo Irónico.

—Sabes que soy así. —Dije encogiéndome de hombros y tomando otro sorbo de mi bebida.

—Sara, tienes una llamada. —Jaime apareció a mi lado, tomé la toalla y me seco las manos para luego tomar el teléfono y llevármelo a la oreja.

—Gracias Jaime. —Éste tomo un poco de distancia para dejarme hablar.

—Boomer. —Dije a través del celular.

—Sara. —Es Vanessa. — ¿Cómo están tú y mi sobrina?—Pregunta con su típica voz cantarina.

—Estamos excelentes. —Respondí mirando a Sam, quien ahora estaba con Andrés. —Hoy jaló el pelo de una niña en la escuela. —Agregué.

— ¿Enserio? ¡Esa es mi sobrina!—Chilló.

—No, eso está muy mal. —Le dije en forma de reproche. —Tienes un hijo, ¿Qué le enseñas?

—Relájate mujer, además, eso no importa, ella es una niña. —Dice con desdén.

— ¿Cuando van a venir?—Cambié de tema.

—Mañana hay una gala y tengo que ir.

Me había olvidado por completo de que Vanessa dirige una sucursal de nuestra empresa de modelos.

—Genial, tengo tanto que contarte. —Tomé un trago de mi deliciosa piña colada. — ¿Cómo están Luis y el pequeño Klaus?

—Están bien, Klaus me tiene los pelos de punta. —Oí un murmullo por detrás. —Me tengo que ir, Luis llegó, hablamos mañana. Te amo, hermanita. —Tan efusiva como siempre.

—Igual yo. —Colgué el teléfono.

Mañana será un día bastante interesante.

— ¡Mamii despiertaaaa!—Me levanto por la voz de Sam, quien está en la cama con el pelo mojado y una toalla en vuelta en su cuerpo, tallo mis ojos. —Tengo que ir a la escuela. —Dice y la atraigo hacia a mí para darle un beso en los labios. —iiuuu, ¡mami, me besaste!—Solté una carcajada.

—Eres mi hija y yo tu mamá. —Ella seguía limpiándose la boca con su puñito. — ¿Qué te eh dicho de bañarte sola?

—Tengo que ir para la escuela, mamá. —Se quejó cruzada de brazos.

—Okey, pero no lo vuelvas a hacer. —Le regañé cariñosamente y ella asintió.

Entramos a su habitación y después de secarla con la toalla le puse su uniforme, regresamos a la mía y la dejé en la cama viendo televisión mientras me duchaba y me preparaba.

—Buenos días Nana. —Dije al entrar en la cocina, ella se volteó y le dí un beso en la mejilla.

— ¿Cómo está mi princesa?—Se abajó y besó su mejilla.

—Nana, mami me besó. ¡Iiuuu!—Me atraganté con el agua que me estaba tomando y ahí comenzó mi carcajada, Doris me miró con el ceño fruncido y me acerqué a Samantha, le dí otro beso en los labios. —iiuuu... —Volvió a quejarse.

Amada mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora