SARASalí de la oficina de Lucas y salude a Ángela que me dedicó una sonrisa pícara, sólo me limité a guiñarle un ojo. Una silueta bastante conocida se me paró enfrente y bufé al ver a América delante de mí.
— ¿Qué quieres?—La poca paciencia que tenía con ésta mujer se estaba yendo al garete y más allá.
Se acercó a mi de forma intimidante, como queriendo intimidarme; digo queriendo porque no lo logró en definitiva.
—Aléjate de él, es mío. —Sólo pude reír por lo patética que estaba siendo, esto no era una jodida película.
—Cariño. —Dije quedando muy cerca de ella. —No ha nacido la perra que me haga temblar, y antes de que llegaras tú, estaba yo primero, así que... —Hice una pausa y puse mi mejor cara seria. —Si no quieres salir lastimada, aléjate de mi camino.
Pasé por su lado chocando su hombro como ella había hecho conmigo antes. Toqué el botón del ascensor y éste se abrió.
— ¿Me estás amenazando?—Preguntó con su maldita voz chillona. Miré sobre mi hombro.
—Es una amenaza. —Afirmé.
Entré al ascensor y le dí al botón de cerrar dejando a América algo confundida.
Al salir fuera de las oficinas, uno de los muchachos abrió la puerta para mí, le agradecí y entré; rápidamente el auto se puso en marcha. Saque mi teléfono el cual había puesto en silencio para que no me interrumpiera y me alarmé al ver muchas llamadas perdidas de Vanessa.
—Peter, a casa de Vanessa.
Marqué rápidamente el número de Jaime, cuando Vanessa llamaba muchas veces y no respondía algo grave estaba pasando.
— ¿Dígame?
— ¿Qué paso, Jaime?
—Es mejor que venga a casa de la señorita Vanessa.
—En diez estamos allá.
Colgué el celular y lo guardé de nuevo en mi bolso, algo estaba pasando y eso no me estaba gustando para nada.
Bajé del auto cuando parqueó frente a la casa de Vanessa, miré alrededor y había muchos de nuestros muchachos. Entré a la casa y la ví sentada en un sillón con la cabeza entre las manos, mientras me estaba acercando podía escuchar sus sollozos.
—Vanessa. —La llamé, me quedé parada delante de ella.
—Sara. —Dijo cuando levantó su cabeza.
Estaba hecha polvo, su rostro estaba ligeramente hinchado y sus ojos rojos, su cabello desordenado y sus labios también estaban hinchados.
— ¿Qué pasó?—Me senté a su lado.
—Sara, es Luis, él está secuestrado.
Me pasó una Ipad que tenía al lado y le dio unos toquecitos a la pantalla antes de que un video se reprodujera.
Llevé una mano a mi boca para evitar escapar un sollozo al ver a Luis amarrado y amordazado, sangre escurría por su rostro, sus ojos estaban cerrados por lo que supe que sólo estaba cansado.
— ¿Quién te mandó esto?—Dije entregándole el Ipad, ya no quería ver más.
—Andrew.
— ¿Cómo lo sabes?
—Sale al final del video. —Maldito seas, Andrew. Maldito seas una y mil veces. Gruñí.
—Tenemos su ubicación. —Dijo Jaime entrando a la sala. —Aún tiene la cadena puesta, la que tiene el rastreador.
— ¿Ubicación?
—Esto no le gustara señora.
—Ubicación. —Volví a demandar.
—Múnich, Alemania.
—Bien, prepara los muchachos, nos vamos ésta misma noche a Alemania.
∞
— ¿Conseguiste un médico?—Le pregunté a Jaime mientras caminábamos en dirección al Jet.
—Sí, está esperando allá junto a los muchachos que quedaron de Luis.
— ¿Sabes como sucedió?
—Según me contaron, lo atraparon cuando estaba en el baño del aeropuerto, desde ahí empezaron los tiroteos y ya se imaginará lo siguiente. —Entré al Jet seguida de él.
—Bien. —Deje que algunos de los muchachos entraran hasta que escuché la puerta cerrarse. —Atentos todos. —Un silencio se hizo en el Jet y me pude permitir a hablar.
—No quiero fallas, si ven a Andrew lo matan, ¿entendido?
—Entendido. —Se escuchó a coro.
∞
Nos desmontamos cuando el Jet aterrizó en uno de los aeropuertos de Múnich, caminamos separados para que nadie sospechara nada. Afuera ya nos esperaban las camionetas, Jaime tomó el volante de una mientras los muchachos seguían en otra.
Esto se estaba volviendo más complicado de lo que pensaba, le había prometido a Lucas que saldría de esto y mira lo que llega a pasar, tendría claro de que no sería fácil, pero no pensé que no me lo pondrían tan difícil.
La camioneta se detuvo enfrente de otras dos más, al desmontarme pude ver algunos de los que andaban con Luis y a una persona vestida con una bata blanca y unos lentes, supuse que sería el doctor.
—Bien, ¿saben cuál es la estrategia?
—Sí, señora. —Respondieron todos a coro.
—Aún Jaime les dará algunas otras más instrucciones.
—Como usted mande, patrona. —Lo miré por unos instantes.
— ¿Es nuevo?—Alcé una ceja.
—Hay que innovar. —Me guiñó un ojo y sonreí levemente.
En realidad no sabía si todo saldría bien, no lo sabía. Por más que quisiera, no sabría si Luis estaría vivo a muerto.
—Estos son los puntos clave. —Habló Jaime a los hombres. —Ustedes. —Señaló a algunos cuantos. —Estarán detrás de la patrona, serán sus ojos y sus espaldas, ¿entendido?
—Entendido. —Volvieron a repetir a coro.
—Bien, ya saben que hacer niñas. ¡Que empiece la fiesta señoritas!
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Amada mafia
ActionUn negocio. Un imperio. Una mujer que lo maneja todo. - - - - #61 en Acción |15.04.2016| #59 en Acción |16.04.2016| #44 en Acción |18.04.2016| #41 en Acción |23.04.2016| #13 en Acción |27.04.2016| #02 en Acción |04.06.2016| Todos...