LUCASLa sensación de sentir sus labios luego de unos meses contra los míos, es simplemente indescriptible, es algo que con simples palabras no puedo describir.
La alcé y ella enredó sus piernas en mi cintura mientras nuestras bocas seguían comiéndose la una a la otra literalmente. La dejé encima del escritorio y recuerdos de cómo la había tenido varios meses atrás vinieron a mi mente.
Gemí en el beso cuando su lengua fue en busca de la mía, su cálida y suave lengua recorrió todo lo que había a su paso, de vez en cuando enredándose con la mía.
—Dame una oportunidad. —Dijo cuando se separó de mí. —Dame la oportunidad de hacer las cosas bien. —Con su nariz acarició mi mejilla, y ese tacto hizo que me sintiera en casa, en casa junto a ella.
— ¿Qué ganaría si te diera la oportunidad?—La pregunta salió de mis labios sin siquiera registrarla en mis pensamientos.
—Descubriríamos si de verdad somos el uno para el otro.
— ¿Y qué me dice que ya no estarás en las mismas andanzas? ¿Qué me dice a mí que un día no me llegará la noticia de que estás muerta? ¿Quién diablos me asegura eso?
Me separé de ella y por un momento se me olvido lo que estábamos a punto de hacer, volví a mirarla y ella estaba con su vista fija en un punto de la habitación. No había más nada que yo quería que estar junto a ella, pero quién me aseguraría tantas cosas.
—Lo dejaré.
Me giré para mirarla, no vaya a hacer que haya escuchado mal.
— ¿Qué dijiste?
—Lo dejare si prometes quedarte conmigo. —Ésta vez me miró a los ojos y lo dijo en un tono serio.
— ¿Prometes dejarlo?—Pregunté, se me hacía difícil creer eso, pero si ella lo decía de nuevo intentaría volver a recuperar todo lo que habíamos mandado a la basura.
— ¿Prometes quedarte conmigo?
Me acerqué a ella a grandes zancadas y tomé su rostro para luego besarla con ternura y con pasión.
— ¿Eso responde a tu pregunta?—Pregunté con la voz entrecortada cuando me separé.
—No, lo quiero escuchar de tu voz.
—Sí, prometo quedarme contigo. —Ésta vez yo acaricié su mejilla, ella cerró los ojos y puso su mano junto a la mía.
—Entonces es un trato.
—Podemos cerrarlo de una manera. –Ella ladeo la cabeza algo confundida. —Me has dejado muy caliente.
Una sonrisa se asomó en sus labios, tomó mi corbata y acercó mis labios a los suyos, un gruñido salió de mi garganta al sentir sus manos jugar con el elástico de mi bóxer.
—Preciosa... —Gemí, quería estar dentro de ella ya.
— ¿Hmm?—Preguntó mordiendo mi cuello, por lo que sensaciones se hicieron presente en mi cuerpo.
Me acercó más a su cuerpo y bajó por completo mi bóxer, dejando salir mi erecto pene. Alcé la falda de su vestido y rompí sus bragas dejándolas tiradas por algún lugar de la oficina.
Tomé mi miembro en una de mis manos y lo acerqué a su entrada, lo deslicé varias veces por toda su cavidad para luego entrar de una sola estocada, no me sorprendí lo tan mojada que estaba porque yo estaba igual, pero de prendido.
Gemí alto al sentirla de nuevo. Al estar dentro de ella, las puertas de mi paraíso personal estaban abiertas totalmente para mí dejándome entrar a recibir el placer que tanto necesitaba.
Comencé a moverme de atrás hacia adelante en un suave vaivén, disfrutando del momento que ansiaba tener luego de dos meses.
Escuchar como gemía era el detonante para empezar a aumentar el ritmo, me sentí en las nubes junto con los ángeles; sus uñas se hicieron presente a través de la tela de la chaqueta del traje y lamenté no haberme quitado la chaqueta junto a la camisa para sentir sus uñas contra mi piel.
—Lucas, me voy a correr... —Me anunció con la voz entre cortada.
—Vamos preciosa, hazlo sólo para mí. —Alcé su barbilla para luego sentir como sus paredes vaginales apretaban mi miembro dentro de ella. Se estaba corriendo y justamente mirándome a los ojos. —Así preciosa... —Dije con la voz entre encortada sintiendo mi orgasmo llegar, dí varios golpes contra su pelvis y me dejé ir en su interior.
—Dios... —Dejó reposar su cabeza en mi hombro y acaricié su cabello lentamente.
—Te extrañe, preciosa. —Ella sacó su cabeza de mi hombro y me miró para dedicarme una de sus tan bellas sonrisas.
—Yo también te extrañé. —Atraje sus labios a los míos y mordí el superior varias veces.
Salí de su interior y como siempre, sacó un Klennex de su bolso y me limpió para luego hacer lo mismo con ella. Cuando terminó de arreglarse el vestido la atraje hasta a mí y agarré su trasero en mis manos, ella escondió su rostro entre mi cuello.
Como adoro tenerla así.
— ¿Qué harás con América?—Pude notar un tono de celos en esa voz.
— ¿Eso que escucho son celos?—Pregunté antes de apretar su trasero.
—Sí, son celos. —Afirmó antes de morder mi cuello, a lo que me quejé levemente.
—Siempre siendo una fiera.
—A excepción de que sólo contigo. —Dejó un beso donde había mordido. — ¿Qué harás con América?—Volvió a preguntar.
—Cancelaré el contracto.
— ¿Perderás dinero?—Salió de donde estaba escondida y me miró.
Levanté mi mano y no le respondí, sólo me limité a acariciar su mejilla con movimientos suaves mientras la otra seguía en su trasero apretando una parte de vez en cuando.
—No perderé nada. —Mentí, ese contrato estaba asegurado cien millones a los cuales con ojos cerrados perdería por sólo estar con ella.
— ¿Por qué me mientes? ¿Olvidaste que estuve en este mundo?
—No te preocupes bonita, si te digo que no perderé nada sólo créeme. —Ella asintió y picoteó mis labios. — ¿Qué harás ahora?
Caminé con ella hasta quedar sentado en la ejecutiva con ella en mis piernas. Acaricié sus piernas levemente mientras ella dejaba su cabeza descansar en mi pecho.
Debo admitir que estamos bastantes cariñoso, supongo que es por haber estado más de dos meses separados.
—No lo sé, tengo que arreglar algunas cosas para lo que te dije que iba a hacer.
— ¿Definitivamente te retiras?
—No es fácil. —Asentí dando toda la razón.
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Amada mafia
ActionUn negocio. Un imperio. Una mujer que lo maneja todo. - - - - #61 en Acción |15.04.2016| #59 en Acción |16.04.2016| #44 en Acción |18.04.2016| #41 en Acción |23.04.2016| #13 en Acción |27.04.2016| #02 en Acción |04.06.2016| Todos...