Capítulo | 7

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SARA

Me desperté por la puta alarma que había puesto ayer, miré hacia mi lado y ví a Vanessa desparramada en la cama para darme cuenta de que yo estaba en el borde de ésta.

Me levanté, cayéndome en el proceso, me senté en el suelo y agarré mi celular que estaba en la mesita en la que tengo mi espalda apoyada. Le envié un mensaje a Jaime rápido diciéndole que viniera a buscarme.

- ¿Qué haces ahí?-Me sobresalté al escuchar la voz de Vanessa.

-No lo sé, pregúntale a tu grande trasero. -Me levanté del suelo y con la vista busqué mis zapatos. La escuché murmurar algo, pero no le puse atención.

-No me responde. -Me volteé para verla haciendo un puchero y mirando su trasero.

-Estás demente. -Me coloqué mis zapatos, los cuales había encontrado.

- ¿Quieres que uno de mis hombres te lleve?-Negué.

-Jaime viene a por mí. -Me paré de la cama.

Salí de la habitación con Vanessa detrás de mí, me paré de repente y ella lo hizo golpeándose con mi espalda.

- ¿Qué hare cuando llegue al trabajo?-Le pregunté.

-Nada. -La ví pasar por delante de mí y empezar a bajar las escaleras.

- ¿Nada?-Pregunté algo confundida.

-Exacto, nada. -Sonrió y entramos en la cocina.

- ¿Y cómo se hace nada?

- ¿Eres tonta o te haces?

-Me hago. -Me sinceré. Suspiró ruidosamente para voltearse y seguir con lo que hacía.

-Simplemente tienes que ir normal al trabajo, fuiste tú la que le pediste que se alejara de ti.

-Tienes razón

-Señorita Boomer, Jaime la espera en el puerta. -Tragabalas entró a la cocina.

-Gracias, Tragabalas. -Me acerqué a Vanessa y la abracé. - ¿Nos vemos más tarde?-Le pregunté y que ella sintió. -Hasta luego.

Salí de la casa de Vanessa y me monté al auto donde me esperaba Jaime. Cuando entré, aceleró adentrándonos al tráfico.

-Jaime. -Lo llamé.

- ¿Si?

-Necesito que busques información de bares. -Él asintió mirándome por el espejo retrovisor. -Otra cosa, ¿Luis no ha llamado?

-No señora, debe estar muy ocupado.

-Bien.

LUCAS

Miré a Kaidan mientras se quejaba de la resaca que tenía, terminé de desayunar y me levanté de la silla.

- ¿Entonces dijo que te alejaras de ella?-Asentí. - ¿No se supone que son los chicos que piden eso?

-No lo sé. -Me encogí de hombros. -Pero si algo tengo en claro, es que no lo haré.

- ¿Estás loco? Si ella te lo pidió es por algo. -Tenía razón, pero aún así.

- Supongo, pero yo descubriré que es.

-Suerte amigo. -Dijo dándome unas palmadas en el hombro antes de salir del departamento.

-Señor, es hora.

-Vamos, José.

SARA

Llegamos a la esquina donde siempre Jamie me deja, me despedí y me desmonté.

Caminé hasta el edificio y entré lo más rápido posible, estaba nerviosa y aún no sabía el por qué; mejor dicho, sí sé el por qué, pero no quiero admitirlo.

Entré al ascensor, y como si fuera obra del diablo, Lucas alcanzó a llegar en él.

-Buenos días. -Dijo marcando el número veinte y dos.

-Buenos días. -Susurré apenas audible.

El brazo empezó a picarme y disimuladamente, con mis uñas me las pasé por el brazo tratando de alivianar el ardor, pero no lo hacía, me obligué a separar mis uñas de mi brazo para que luego no tenga ronchones en el.

El camino al piso se hizo bastante largo, más de lo que acostumbra. Hoy todo el mundo llegaba al mismo horario. En una, quedé muy cerca de Lucas.

Respiré hondo y en paz cuando llegué a mi piso, salí primero que Lucas y entré a mi oficina, marqué la extensión de Amanda para pedir desayuno ya que no lo había logrado en casa.

- ¿Si?

-Por favor Amanda, necesito algo de desayunar. -Mi estómago estaba rugiendo.

- ¿Qué deseas?

-Una hamburguesa y un refresco grande.

- ¿No es muy temprano para eso, Sara?

-Tengo hambre Amanda, pero tienes razón; mejor unas cuantas donuts y un cappuccino grande.

-Está bien, cuando llegue te las mando.

-Gracias. -Dije antes de soltar el botón.

Mi celular comenzó a vibrar, y con la mano libre lo saqué. Miré la pantalla que brilla con el nombre de Jaime.

- ¿Si?-Pregunté.

-Señora, conseguí la información que me pidió. -Comencé a ponerme nerviosa.

-Bien, ¿Sabes si fue él quien lo hizo?-Pregunté temiendo la respuesta.

-Sí, Señora...fue él. -Mi corazón dio un brinco.

-Bien, hablaré con Luis. -Me levanté de la silla. -Nos vemos, Jaime.

-Hasta luego señora. -Dijo para luego cortar.

Miré a través del ventanal que me da una vista espléndida de New York. Ver a las personas corriendo de un lado a otro me da un poco de risa.

El toque de nudillos en la puerta me hizo girarme para ver a la persona que había traído mi desayuno, nada más y nada menos que Lucas.

Me acerqué al telefonillo y marqué la línea de Amanda de nuevo mientras lo ví sentarse en las sillas de enfrente del escritorio.

- ¿Si?

- ¿A quién mandaste a por mí desayuno?

-Sí, con respecto a eso...

- ¿Sabes qué? no digas más... Gracias. -Colgué.

- ¿Nerviosa, Sara?

- ¿Tengo que estarlo?-Pregunté tomando asiento en la ejecutiva.

-No, solo digo. -Dejó las cosas en la mesa.

Gracias a Dios, pensé que tendría que ir a comprar un desayuno nuevo.

- ¿Se le ofrece algo, Señor Smith?-Le pregunté.

-No, para nada.

-Pues si no le molesta, salga de mi oficina por favor.

- ¿Y si no quiero?-Se levantó de la silla y pensé que se iría, pero no fue así, al contrario, se acercó a mí.

-Debe irse. -Volví a repetir. Se acercó más a mí y yo lo rodeé para ir hasta la puerta y abrirla. -Ahora. -Dije señalando la puerta.

Él sonrió y caminó en dirección a mí, de un movimiento cerró la puerta para ponerme contra ella. Mi corazón empezó a acelerarse por tenerlo cerca de mí, muy cerca.

- ¿A qué está jugando?-Le pregunté mirando directo a sus ojos.

-No juego y me dolería que usted estuviera jugando conmigo, señorita Boomer. -Sus labios estaban muy cerca de los míos.

-No soy buena. -Con cada palabra estaba perdiendo la locura y dándole paso a la lujuria.

-Nadie es bueno. -Aseguró aun más cerca de mis labios.

-No soy un ángel, señor Smith. -Volví a hablar y en el proceso nuestros labios se rozaron.

-No eh dicho que quiero un ángel. -Dijo para luego alejarse de mí y salir por la puerta.

Me quedé parada como una idiota.

¿A qué estás jugando, Lucas?

Amada mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora