LUCAS¿Cómo explicar cómo me siento?
Intentémoslo.
¿Completo? ¿Feliz?
Bueno, al fin no sé en que sentimiento estoy en este momento, pero si de algo estoy completamente....
— ¿Qué quieres, América?
— ¡¿Cómo cancelas el contrato?!—Genial, hablando del diablo.
—Porque sí, ¿tienes algún problema con eso?
— ¡Te estás volviendo loco, son más de cien millones los que están en juego!
Me levanté de la ejecutiva y la agarré del brazo.
—Primero, no me vas a gritar. —La poca paciencia que le tenía fue directo al infierno. —Segundo, vas y recoge todo lo tuyo y te vas de MI empresa, ¿entendiste?—La solté del brazo y ella se pasó su mano por él.
—Esto no se va a quedar así. —Sentenció antes de cerrar de un portazo mi oficina.
—Como si tus amenazas me sirvieran.
Tomé mi celular y marqué el número de Sara, pero éste solamente sonaba y nadie contestaba. Dejé de intentar y dí varios golpecitos a mi palma con el teléfono.
¿Dónde estás metida, Sara?
SARA
— ¡Vamos, levántenlo!
Habíamos entrado al bunquer donde tenían a Luis amarrado, por suerte éste está completamente vivo, pero como siempre, el maldito de Andrew había desaparecido.
— ¡No puede ser! ¡Maldición!, ¡Búsquenlo hasta por una piedra!
Pasé uno de los brazos de Luis alrededor de mi cuello mientras Peter tenía otro, caminamos hasta afuera del Bunquer donde una de las camionetas estaban ahí junto al doctor.
— ¡Muévase, completo inútil!—El doctor simplemente me dedicó una mirada algo asustada para correr a ayudar a mi hermano.
—Sara... —Luis tosió varias veces.
—Estoy aquí, todo va a estar bien, ¿de acuerdo?
Él no respondió, pero me miro a los ojos antes de volver acerrarlos mientras respiraba algo forzado.
—Se lo llevan al hospital, ¡Ahora!—Señalé a Peter el cual se subió de inmediato a la camioneta. — ¿Dónde estás?—Le pregunté a Jaime por el radio de mano.
—Detrás del bun... —Escuché un disparo y luego un quejido.
— ¡Maldición!—Seguro lo habían baleado.
Miré alrededor y encontré una de las camionetas, corrí lo más rápido que pude y aparté a uno de los muchachos, luego arranqué a toda velocidad.
En menos de cinco minutos ya estaba tocando bocina detrás del bunquer, divisé como Tragabalas y otro de los hombres traían a Jaime, lo miré y su pierna estaba sangrando.
— ¡Vamos, rápido!
Toda esta situación me tenía de mal ánimo, entre no encontrar Andrew y tener a Jaime herido.
—Nos podemos ir. —Los tiroteos seguían escuchándose, pisé el acelerador y salimos directo al hospital.
—Jaime, no te duermas.
—Tengo hambre, Sara. — ¿Cómo podía pedir comida ahora?
—Para estar herido tienes un buen apetito. —Reí y doblé a la izquierda saltándome un semáforo.
— ¿Qué te digo? El hambre nunca desaparece. —Escuché su risa ronca.
Frené de golpe cuando estuve en frente de la clínica, no era para nada grande, pero sí algo cómoda para poder comprar su silencio.
Los muchachos bajaron con Jaime y yo me fui al parqueo para parquear la camioneta mejor, bajé de la camioneta y puse seguro. Entré al edificio y por el gentío de enfermeros, pude dar con Luis, pero no me permitieron verlo, así que fui a por Jaime.
Lo ví recostado en una camilla con una enfermera revisando su pierna.
— ¿Cómo está?—Le pregunté.
—Sólo es una herida superficial, dentro de una o dos semanas, estará más que bien.
—Gracias, enfermera.
—No hay de qué.
—No mentía cuando dije que tenía hambre. —Dijo Jaime cuando la enfermera salió del cubículo.
— ¿Qué quiere el señor para comer?
—Alguna hamburguesa, no se lo que comen los jóvenes hoy en día... ¿cómo es?...comida...alfara.
—Chátara. —Le corregí.
—Eso mismo.
Saqué mi celular de mi bolsillo trasero, miré la pantalla y había cinco llamadas perdidas de Lucas. Salí de ahí y marqué el número de Peter.
—Mande.
— ¿Estás ocupado?
—No, ¿qué necesita?
—Comida para Jaime.
— ¿Tipo?
—Chatarra.
—Bien, ¿y usted?
—No gracias, estoy bien.
—En diez minutos. —Dijo para luego colgar.
—Ya vendrán con tu comida.
—Bien.
Salí del cubículo dejándolo solo, en el pasillo encostré unos asientos y me senté en uno de ellos, marqué el número de Lucas y mi corazón comenzó a palpitar fuerte cada vez que el teléfono emitía el típico ¡Ring!
—Smith. —Dijo con voz algo somnolienta.
—Lucas.
— ¿Sara? —Dijo confundido.
—Hmm...Sí.
—Oh...Hola preciosa. —Sentí mi corazón dar unos cuantos vuelcos de alegría.
—Hola. —Sonreí.
— ¿Cómo estás?
—Bien, ¿tú?..Hmm... ¿Te desperté?
— ¿La verdad?
—Sí.
—Sí, estaba durmiendo.
—Discúlpame, no me acordé del cambio de horario.
—Espera, ¿dijiste horario?—Tragué saliva al no saber cuál sería su reacción, pero aún así lo hice.
—Lucas, estoy en Alemania.
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Amada mafia
ActionUn negocio. Un imperio. Una mujer que lo maneja todo. - - - - #61 en Acción |15.04.2016| #59 en Acción |16.04.2016| #44 en Acción |18.04.2016| #41 en Acción |23.04.2016| #13 en Acción |27.04.2016| #02 en Acción |04.06.2016| Todos...