Capítulo Extra

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Tres años después.

LUCAS

Entré rápidamente a mi departamento dejando las llaves encima de la mesita, me deshice del chaleco del traje tirándolo encima del mueble, luego de eso fue la corbata. Miré el reloj en mi muñeca para darme cuenta de que solo faltaba media hora para ir a recoger a Sara a su casa.

Hoy es un día perfecto, vamos a ir a celebrar mi cumpleaños a un restaurante de los que Kaidan me había recomendado, al principio desconfié de su elección. ¡Vamos! ¿Qué puedo esperar de Kaidan? Exactamente. De Kaidan puedo esperar de TODO.

Rápidamente entré a mi habitación, pero así mismo como lo hice me quedé paralizado al ver la habitación repleta de velas encendidas. ¿Quién diablos entró a mi casa a quemarla? Me acerqué a las velas algo desconfiado y empecé a apagarlas.

—No deberías hacer eso. —Me giré al escuchar la voz de Sara y verla parada en la puerta del baño, hizo una mueca. —Se supone que era un gesto romántico. —Sonreí.

—Nena, pensé que habías venido a quemar mi departamento. —Comencé acercarme a paso lento a ella.

— ¿Por qué haría eso?—Frunció el ceño.

Me acerqué por completo hasta tomar sus manos, tiré de ella hacia a mí, levantó la mirada y nuestros labios se rozaron, sonreí por eso, amo que no sea tan alta, pero tampoco tan bajita, simplemente perfecta para mí.

—Olvida eso. —Me apuré a decir antes de tomar posesión de sus labios.

Sus manos llegaron hasta mis hombros acariciándolos lentamente mientras nuestras bocas se sincronizaban a un ritmo perfecto para ambos. Gemí cuando nuestras lenguas se entrelazaron sensualmente.

Llevé mis manos hasta su cintura deslizándola hacia abajo donde tome su trasero en mis manos, lo apreté y fue su turno de gemir. Nos separamos ambos jadeando.

Miré hacia su cuerpo y mi pene saltó al ver cómo iba vestida. Maldita sea.

Sensualmente. Sexy. Mi diosa.

—Dios... —Susurré antes de morder su oreja.

—Eso somos tú y yo, cariño. —Dijo en un tono sensual mientras sus manos exploraban mi abdomen debajo de la camisa. — ¿Estás listo?

— ¿Para?

Ella se despegó de mí con una sonrisa en sus labios, pero no cualquier sonrisa, si no esa que siempre me da cuando va a hacer algo travieso. Paseé mi vista de nuevo por su cuerpo. Lencería, la más sexy que haya visto de color negra, sólo eso llevaba puesto junto a unas medias que le quedaban de muerte.

—Es tu cumpleaños. —Su melodiosa y sexy voz me atrajo a la realidad. —Éste es uno de mis regalos. —Miró algo detrás de mí. —Deberías sentarte.

Sonreí cuando mi mente cayó en cuenta de lo que iba a hacer, me apresuré a sentarme en la silla acolchonada mientras veía como ella se movía estratégicamente en la cama.

De pronto comenzó a sonar una melodía, reconocí la voz de The Weeknd en Wicked Games. Solté un gruñido al verla empezar a moverse tan sexy para mí.

SARA

Comencé a moverme al ritmo de la canción que había elegido para hacer este baile, mostrando los movimientos que había aprendido en el curso rápido que había tomado para poder complacer una de sus fantasías.

Miré su rostro mientras mis caderas se meneaban de un lado a otro, me encendía de solo verlo sentado ahí mirándome con esa mirada hambrienta que yo conozco perfectamente. Uno de sus dedos fue hasta su mentón mientras se mordía su labio inferior en un acto completamente sexy.

Amada mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora