La Traición

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PoV Anastasia

Salgo de casa apresurada, me quedé dormida más tiempo del conveniente así que voy tarde, apenas comí media rebanada de pan tostado con algunos tragos de jugo, guao, hoy será un laaargoooo día, tengo millones de cosas por hacer, tengo mucho que estudiar y para colmo debo prepararme para la boda de Josué mi hermano.

- ¿Por qué dejo toda para última hora?-. Me pregunto a mi misma.

Alcanzo mi coche y me dirijo a la universidad, mi clase comenzará en 10 minutos y la única manera de llegar a tiempo es que las calles estén totalmente despejadas para mi, cosa que sé que es imposible, así que me resigno a llegar tarde una vez más.

Reviso mi celular, Brat sigue sin comunicarse conmigo, nunca ha sido el más romántico ni el más atento  pero siempre ha estado a mi lado, aunque desde hace algún tiempo está cada vez más extraño, más distante, eso me tiene muy preocupada,  yo lo amo tanto...

Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos negativos, seguramente está igual que yo, cansado, con mucho por estudiar y buscándose un traje nuevo para la boda de mi hermano que es el sábado y considerando que hoy es jueves, tenemos realmente muy poco tiempo para prepararnos.

Llego a mi clase tratando de pasar desapercibida, me siento al fondo e intento concentrarme en la exposición del sr. Clayton y tomar algunas notas.

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Pasé todo el día en la universidad de una clase a otra, fui a la biblioteca a investigar para mi tesis, llame a mi amiga Kate para que me acompañara a comprar mi vestido pero no contestó, Brat tampoco contestó, cielos estoy tan cansada y tengo mucha hambre, con tantas cosas por hacer hasta olvidé mi almuerzo.

Miro mi reloj, las 5 menos un cuarto, debo comprar mi vestido, zapatos que le combine, algún bolso pequeño y accesorios, !ah!  y debo comer, así que busco en mi mente un lugar donde pueda encontrar todo eso, pienso, pienso, pienso, tengo que ir a un centro comercial, y ya sé a cual iré.

He llegado y busco un puesto para estacionarme, doy varias vueltas pero todos los puestos cercanos a la entrada están ocupados, no me queda de otra que bajar un nivel y revisar allí, al fin encuentro donde estacionarme y estoy recogiendo mi bolso, me miro en el retrovisor para checar mi rostro y retocarme un poco mi escaso maquillaje, veo que una pareja camina tomados de las manos, buscando su coche, ella es hermosa, su larga cabellera negra llega hasta su cintura y sonríe cuando él le susurra algo en su oído, él la toma de los hombros y la gira para quedar frente a frente, levanta su barbilla y la besa una y otra vez, la retira un poco y la mira a los ojos, la mira con adoración estoy segura, la mira como nunca me ha mirado, no lo puedo creer, Brat está allí con otra chica, otra a la que evidentemente si ama a juzgar por la forma en que la mira, mi corazón se fragmenta en miles de pequeños pedacitos y mis ojos se llenan de lágrimas, ¿por qué?, ¿por qué Brat me hizo esto?, ¿por qué si hemos estado juntos toda la vida?, tal vez deba enfrentarlo ahora mismo pero, ¿para qué?, ninguna palabra podrá borrar lo que acabo de ver, ninguna de sus palabras podrá reconstruir mi corazón, y además estoy petrificada ante esa imagen.

Las lágrimas nublan mi vista y es lo mejor, no quiero seguir viendo esa escena, cierro los ojos con fuerza y me pregunto: ¿Por qué Brat no fue sincero conmigo?, ¿por qué no confió en mi?, ¿por qué está conmigo si no me ama? y entonces miles de recuerdos golpean mi mente y creo que allí encuentro algunas respuestas, nuestros padres son vecinos y mejores amigos, desde muy pequeña me aferré a Brat y siempre ha sido mi compañero, mi amigo, mi novio, juntos al jardín de niños, juntos a la escuela, al baile, al cine, al juego, en navidad, en acción de gracias, etc. etc..., pobre Brat, realmente ni sus padres, ni los míos, ni yo le dimos opciones, todos dimos por hecho que terminaríamos juntos, tal vez se limitó a seguir la corriente para no decepcionar a nadie, y yo con mi insistencia para que vivamos juntos no se la he puesto nada fácil.

Lloro aun más, llegar a esa conclusión no disminuye el dolor que siento, un gran vacío ocupa mi estómago y tomo conciencia de que no es solo por el dolor que estoy sintiendo; de pronto recuerdo porque estoy allí, Josué no tiene la culpa de nada, es mi hermano y no puedo faltar a su boda ni menos llegar en fachas, tengo que ser fuerte, levanto la mirada y ya no están, intento contener mis lágrimas pero es inútil, tienen voluntad propia y siguen rodando libremente por mis mejillas. Suspiro y tomo respiraciones profundas tratando de calmarme, tengo que hacerlo, seré rápida, compraré el primer vestido bonito que encuentre y saldré de allí, bueno soy una chica tal vez mirar vidrieras mejore un poco mi ánimo, reúno todas mis fuerzas y salgo del coche.







Christian AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora