Christian Amor

Un día diferente

Estamos contentos y muy satisfechos luego de hacer las pases, pero tengo una espina clavada en el pecho y voy a sacarla hoy mismo. Aun estoy molesto por esos idiotas que se atreven a publicar que mi chica tiene que buscar diversión con otro porque parece que yo no soy muy divertido, les demostraré lo contrario, todos serán testigos de lo mucho que mi nena disfruta a mi lado, y por si acaso no hay "algún colaborador anónimo" que envíe las fotografías a la prensa, me encargaré de que Sawyer se ocupe de tomar las fotografías y filtrarlas a los medios de comunicación. Mi nena interrumpe mis pensamientos cuando me dice:

- Cariño, ¿en qué piensas?, estás tan callado.

- Pensaba en que hoy es domingo, hace un día precioso y quiero hacerlo especial para ti.

- ¿De verdad?, ¡si! ¡qué emoción!, yo quiero. ¿Qué haremos?.

- Bueno aún lo estoy decidiendo pero comenzaremos con un suculento desayuno, así que vamos a prepararnos.

- Claro, vamos.

Ella cruza sus piernas por detrás de mi cintura y se aferra con sus brazos a mi cuello, comienzo a caminar hacia nuestra habitación, paso al cuarto de baño y la dejo de espalda frente al espejo, la vuelvo para que pueda verse mientras tomo el bajo de su camiseta y la saco por su cabeza, acaricio sus senos con mis dedos, beso su hombro, mis manos avanzan por su cintura mientras mis labios riegan besos por su espalda, ella no pierde detalle, mira fijamente cada uno de mis movimientos mientras sigo acariciándola y acercándome a su zona intima, inserto mis dedos a cada lado de su pijama y la bajo junto con sus bragas y las deslizo por sus piernas, voy besando sus muslos y escucho como mis caricias la hacen gemir y cierra los ojos, es maravilloso mirarla mientras disfruta intensamente este momento y cada una de mis caricias. ¡Claro que soy divertido! y a mi nena le encanta mi manera de divertirla...

Nos alistamos y mientras termina de maquillarse llamo al personal de seguridad para comunicarles mis planes y la colaboración que voy necesitar de ellos, todo tiene que resultar natural, Ana no debe saberlo para que no se ponga nerviosa ni esté predispuesta, la quiero libre y relajada. Voy a mi estudio y hago la llamada necesaria para reservar en el lugar donde será nuestra cena.

Vamos en el R8, solos ella y yo, la seguridad nos sigue a distancia prudente en un Audi, su cabello vuela con la brisa y al ver su cara de alegría ya me siento recompensado. Subo el volumen para que la música nos envuelva mientras tomamos la carretera de la costa, nos detenemos en los muelles. Anastasia se detiene mirando hacia el mar y aspirando ese olor marino que invita a navegar pero hoy no lo haremos, eso lo reservaré para otro día en el que quiera pasar inadvertido, ahora quiero exhibirnos, que todos puedan vernos. Levanta sus brazos y gira sobre si misma saboreando las sensaciones, lo está disfrutando mucho, esto realmente le encanta.

- Christian esto es hermoso, me encanta el mar.

- Uhh, entonces el próximo fin de semana te llevaré a las playas de Malibú o tal vez prefieras navegar.

- Lo que tú escojas estará bien, ambas alternativas suenan deliciosas.

- Pues, dalo por hecho. Ven comeremos en el Bar-restaurant SP. Dante, su administrador, es un tipo bonachón, te agradará, allí encontraremos una cerveza exquisita y no puedes dejar de comer la sopa de mariscos, te sentirás revitalizada-. Caminamos tomados de las manos por la zona del muelle hasta que estamos frente al local, tiro de su mano para guiarla dentro. Enseguida Dante se acerca a atendernos, pedimos y mientras esperamos por el servicio le digo.

- Estás preciosa nena, me encanta verte tan relajada.

- Después de que se te pasó el enfado, volví a respirar en paz, es increíble como ciertas personas utilizan sus habilidades para perjudicar a los demás.