PoV Anastasia
La cena con los Grey hubiera sido perfecta si Elena no hubiera estado allí como una sombra desfilando su falsa sonrisa. La muy descarada no dejaba de desnudar a Christian con la mirada y para colmo se le ocurrió todo ese cuento de la cena, sé que algo trama, estoy convencida de que no deberíamos ir pero siento pena por Grace, ella no sabe nada de lo que hubo entre mi novio y esa bruja, por más que rebusco en mi cabeza no encuentro una excusa creíble para declinar esa invitación, sé que Christian trató de protegerme al invitar a Grace pero ahora la tortilla se volteó y por Grace es que no podemos plantar a Elena.
Mia se comportó tan especial, siempre es tan entusiasta, ya hizo una lista de los salones de eventos y de las iglesias del área. Comenzó a hablar de la cantidad de invitados y de la selección de comida que ella misma se encargará de preparar, la dejé divertirse con eso aunque estoy pensando en una pequeña ceremonia con los familiares más cercanos, me falta decidir si la haremos aquí o en Georgia, tengo que pensarlo bien y conversarlo con Christian. Kate me aseguró que convencerá a su madre para que diseñe mi vestido, espero que acceda, su trabajo es fantástico y sé que me haría un traje de bodas fabuloso.
Es la hora de partir a la dichosa cena y estoy deseando que ocurra un milagro de último minuto que lo impida, el solo hecho de pensar en la cercanía de esa arpía me crispa los nervios. Hacemos el recorrido en una tensa calma, ella nos recibe con su cariño fingido y mira a Christian como un animal salvaje acechando a su posible presa, sé que quiere saltar sobre él y comérselo a besos pero lo disimula besando solo su mejilla. Al saludarme su voz destila miel pero puedo sentir su veneno.
Tan pronto dice que Grace no ha llegado, siento una patada en el estómago, esto va de mal en peor, puedo sentir la tensión en Christian que no suelta mi mano ni un segundo. Elena quiere parecer la anfitriona perfecta pero somos tan incompatible que el aire se torna denso cuando estamos en el mismo espacio, el brindis aparentando felicidad por nosotros es tan patético como su falsa alegría. El timbre del móvil de mi novio me sobresalta, su cara se ensombrece mientras escucha atentamente lo que le dicen. Luego anuncia que es posible que Grace no llegue y decide que nos retiraremos, siento un alivio que no dura ni un segundo porque de inmediato Elena nos acorrala, una vez más, haciéndonos sentir miserables si la dejásemos con la mesa dispuesta.
Esta cena es un total fracaso, necesito que termine pronto, ya no soporto más escuchar a Elena, su voz empalagosa me mortifica, ¿de qué negocio está hablando?, ¿por qué le inyecta misterio y morbo a sus palabras?, la cabeza me da vueltas y no es porque esté ebria, no puedo seguir escuchando esto, necesito despejarme unos minutos, no quiero dejar a Christian a solas con esa bruja pero no soporto más, si sigo escuchándola voy a estallar y sería muy poco educado insultarla en su propia casa. Camino por el pasillo que Elena me ha indicado para ir al baño y siento la mirada de mi novio taladrando mi espalda, antes de entrar me vuelvo y veo la angustia reflejada en su rostro. Está muy arrepentido de haber venido y yo también, me tomaré unos minutos para calmarme y le pediré que nos vayamos.
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Llego al comedor y no están allí, miro alrededor y reina el silencio, me dirijo a la sala y me quedo en una pieza cuando veo a Christian acostado en el sofá y Elena sobre él, no puedo creer lo que ven mis ojos, la bilis me llega a la garganta de la amargura que me invade al ver a esa perversa besándolo sin ningún reparo y él no se resiste, le murmura al oído y se ríe, gira su ojos hacia mi un segundo y me muestra una sonrisa de burla, no puedo ver el rostro de él pero me destroza notar que no hace ningún esfuerzo por separarse de ella, esto no puede estar pasando, tiene que ser una pesadilla, no puedo seguir mirando, siento que me ahogo de la angustia y mis ojos derraman lágrimas tan dolorosas que me queman, me vuelvo, camino hacia la puerta, necesito aire fresco, tengo que tranquilizarme y reunir fuerzas para enfrentarme a esto, él tendrá que decirme en mi cara, mirándome a los ojos que quiere retomar su pasado, si es así le dejaré el camino libre, será un golpe muy duro pero no puedo obligarlo a estar a mi lado si lo que lo hace feliz es ese estilo de vida que me ha jurado mil veces que ya no le importa, avanzo por el porche y me apoyo contra el pilar al borde de la escalera para no caerme, las piernas me tiemblan, mi corazón late desbocado en mi pecho, necesito calmarme, no permitiré que las cosas terminen de esta manera. Escucho pasos y me vuelvo para ver a Grace que sube sonriendo pero al ver mi cara de dolor su rostro se transforma. Me toma por los hombros y me dice
- Ana, querida ¿Qué te ocurre?, ¿por qué lloras?, ¿dónde está mi hijo?-. Son muchas preguntas y una sola respuesta.
- Elena y él, están juntos, me engañan-. Le digo entre sollozos.
- ¡No!, ¡no!, estás equivocada querida, Elena es mi amiga desde hace años, ha visto crecer a mis hijos, son como sus sobrinos. Además Christian jamás te haría eso, sé bien que te adora.
- Tienes razón, ¡él me ama!. Entonces, no entiendo, ¿por qué está permitiendo que ella lo bese?-. Algo no encaja, Grace me toma la mano y me arrastra al interior. Sus ojos se abren como platos cuando ve la escena, Elena besa frenéticamente a Christian, pasa sus manos con desespero por su cuerpo y ya le ha quitado la corbata, él permanece impasible. ¿ehh?. ¿por qué no se mueve?, ahora que veo las cosas desde otra perspectiva noto que esto está mal. Quiero arrancarle los ojos a Elena cuando comprendo lo que ocurre pero Grace se me adelanta y grita.
- Elena, ¿qué significa esto?, ¿qué le haces a mi hijo?, ¿cómo te atreves a destruir su felicidad?-. Elena se sobresalta y se separa de un tirón.
– Grace yo...yo-. Grace no la deja hablar y continúa.
- ¡Creías que no iba a venir pero aquí estoy!, las constantes advertencias de Mia sonaban en mi cabeza, siempre sospechó de ti, siempre me insinuaba que tú intentabas seducir a mi hijo, pero yo creía en ti y pensaba que eran divagaciones de mi hija, celos de hermana, sin embargo hoy no quise correr el riesgo y, aunque estaba muy liada, me esforcé por llegar, ahora veo que Mia tenía razón, eres una retorcida, ¡como has podido hacerme esto! -. Se para frente a ella y le cruza el rostro de un manotazo, Elena se lleva la mano a la mejilla y se aleja sin decir palabra. El asombro me ha dejado muda. Se nota que Grace está muy dolida, se inclina sobre Christian que ni se inmuta, apenas tiene un lentísimo movimiento de sus dedos. Grace revisa sus ojos y levanta sus brazos que caen sin ninguna resistencia, declara.
- ¡Has drogado a mi hijo!, tu maldad no tiene límites, espero no volver a verte el resto de mi vida-. Se vuelve hacia mí. – Ana, por favor, ve por Taylor para que nos ayude a sacar a Christian de esta casa-. La obedezco de inmediato. En minutos regreso con Taylor y Sawyer quienes se encargan de mi novio. Todos salimos de allí y me vuelvo solo para dedicarle a Elena mi última mirada de odio. A pesar de sus esfuerzos no ha logrado salirse con la suya, aunque estuvo muy cerca. Y ahora sé que no volverá a estar cerca de nosotros, se le ha caído la careta frente a Grace, su amistad ha terminado para siempre.
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Christian Amor
RomanceAnastasia se considera una estudiante excelente, felizmente comprometida aunque su novio nunca le ha propuesto compromiso, ¿qué pasará cuando ella descubra que su novio la engaña y otro hombre aparezca en su vida. Nota: esta es una historia...