Descubrimiento

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Las manos me tiemblan y mi corazón bombea con fuerza en mi pecho, quiero echarme a llorar porque no puedo comprender como puede existir tanta maldad, ¿ahora quien quiere hacernos daños?, ¿Elena?, ¿cuántos enemigos más tendremos sin saberlo?, ¿por qué no nos dejan en paz?. Tomo el sobre con intención de abrirlo pero me falta valor, lo regreso a la mesa, lo observo como si pudiera darme respuestas y al mismo tiempo como si fuera una granada a punto de estallarme en la cara. Finalmente comprendo que no puedo enfrentar esto sola, no puedo con esto otra vez, esperaré a llegar a casa, le contaré a Christian y lo abriremos juntos. Leila está muerta, no puede ser ella, ¿habrá dejado sobres preparados e instrucciones para seguir enviándolos, o Christian tenia razón y hay cómplices que pretenden continuar torturándonos?.

He pasado todo el día deseando que las horas se estirarán lo suficiente para permitirme terminar mi trabajo, ahora quiero que se acelere para reunirme con mi novio y mostrarle este horror que sigue sobre nosotros.

Al fin se hace la hora y salgo con mi seguridad directamente al Escala pero Christian aún no ha llegado, debo armarme de paciencia, no quiero llamarlo para decirle esto, sólo lograré preocuparlo. Me paseo por el salón de un lado a otro, con el sobre en la mano, la tensión sigue creciendo en mi interior. Cuando son las siete y aún no ha llegado me decido a llamarlo. Atiende enseguida.

- Hola mi amor, ¿estás bien?-.

- Si-. Miento. - ¿Cuándo llegarás a casa?.

- Me compliqué un poco pero creo que más o menor en una hora-. Suena fatigado y yo no puedo esperar tanto, voy a estallar.

- ¿No puedes llegar antes?-. Le digo con voz trémula.

- Ana, ¿qué ocurre?-. Me dice preocupado.

- Christian amor, no quiero preocuparte pero la verdad es que estoy muy nerviosa, hoy recibí otro sobre misterioso y no me atrevo a abrirlo.

- Tranquilízate nena, salgo para allá enseguida-. Y cuelga.

Los minutos se me hacen eternos, me dirijo a su estudio y allí lo espero, no quiero que el personal escuche nuestra conversación, dejo descansar el sobre en el escritorio, lo miro con incertidumbre, tamborileo mis dedos a su alrededor en un intento por drenar mi angustia, necesito hacer algo para distraer mi mente, comienzo a revisar sus gavetas y entonces encuentro algunas de las pruebas que le entregué para su conversación con el detective Meyer, allí está la foto que Leila me envió, esa donde Christian está con una sumisa, ¿Quién es ella?, ¿cuántas fotos más existen?, recuerdo que en uno de sus correos Leila me amenazaba con publicar en los periódicos las fotos de él con las sumisas, eso significa que existen otras fotos, ¿por qué Leila las tenía?, ¿quién las tiene ahora?. Mis reflexiones se cortan cuando escucho el sonido del ascensor, guardo la foto y me apresuro a la puerta, él me ve y enseguida viene y me abraza con fuerza. Me besa con vehemencia, como si sus besos pudieran borrar los restos de esta pesadilla o evitar que vuelva a surgir.

- Nadie va a lastimarte nunca más, nena, te lo juro por mi vida-. No le digo nada, solo me aprieto a él tratando de fundir nuestros cuerpos, sé que realmente quiere protegerme pero estoy consciente de que el futuro es impredecible. – Vamos muéstrame ese sobre-. Dice mientras pasa su brazo por mis hombros y nos internamos en su estudio. Me invita a sentarme y se inclina sobre mí con el ceño fruncido,  lo tomo y saco su contenido, mis manos tiemblan mientras desdoblo la nota, comenzamos a leer.

<< Desde que te conocí me enloqueciste con tu aroma, con tu mirada cristalina y tu sonrisa ingenua, todos estos años ha sido una tortura mirarte desde la distancia, me he conformado con tu saludo cordial y alguna conversación casual porque desde un principio comprendí que no debía acercarme. Brat había llegado a tu vida primero que yo y parecías feliz con él, creí que lo amabas y así lo acepté, desde entonces te he amado en silencio. Cuándo descubrí que él andaba con Angie creí que al fin tendría mi oportunidad, solo debía esperar a que te recuperaras de esa decepción pero alguien se me adelantó, aún no puedo comprender que estés con Grey.

Christian AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora