¿Y ahora qué?

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Llegamos a su apartamento y Christian enciende el equipo de sonido, abre sus brazos y me dice:

- Ven querida Anastasia, quiero sentir nuevamente la dulzura de tus labios.

- Christian sobre eso, quiero disculparme por lo que pasó, debí controlar mis impulsos y no besarte públicamente. Lo lamento tanto.

- ¿Pero qué dices Anastasia?, ¿por qué te disculpas?, ese beso fue lo mejor que me ha pasado en las últimas tres semanas. Nena ya deja de darle tantas vueltas y acepta ser mi novia.

- No puedo, tengo miedo, miedo de equivocarme nuevamente, miedo de no ser la mujer adecuada para ti, hay tantas dudas y temores rondando en mi cabeza.

- Pero nena ¿qué voy a hacer contigo?. Mírame, yo estoy aquí para ti, quiero sacar lo mejor de mí para hacerte feliz. Por favor acéptame. Te prometo que te cuidaré y te protegeré con mi propia vida si es necesario. Ana, yo también tengo miedo, también tengo temores porque nunca había sentido algo como esto por nadie, nunca había necesitado a alguien como te necesito a ti. Esto que siento no lo comprendo, es algo tan especial y a la vez tan distinto a cualquier cosa que yo haya sentido, nunca antes había dejado entrar a nadie en mi corazón y en mi vida, tú llegaste como un vendaval sin pedir permiso y te quedaste allí y quiero que sigas allí, estoy dispuesto a tomar el riesgo, por ti, contigo, si tú quieres, solo tienes que decir que sí. Por favor di que sí, déjame entrar en tu corazón.

Me quedo en silencio y me acerco, él me aprieta contra si y me besa con una mezcla de pasión y ternura, luego acaricia mi rostro y giramos por el salón al son de la tonada, al terminar, pasa su brazo por mis hombros y me lleva al sofá. Dibuja una sonrisa en sus labios y dice.

- No puedes negarte a ser mi novia, ¿no crees que se verá muy raro que aparezcas en todos los periódicos besándote con un hombre que no es tu novio?

¡Uhh!, es cierto, no había pensado en eso ¿qué voy a hacer?. Pone una rodilla en el piso y sostiene mi mano. Continua.

- Entonces para hacerlo correctamente: Anastasia ¿aceptas ser mi novia?-. Besa mi mano con ternura, levanta la vista y me mira a los ojos. Y sé en mi corazón que no puedo negarme.

- ¡Si!, Christian acepto ser tu novia, pero vamos con calma,  no pretendas acelerar las cosas, aún es muy pronto-. Se levanta con una gran sonrisa y me  besa.

- Como digas, pero debes saber que tu vida va a cambiar un poco, ser mi novia tiene sus privilegios pero también sus consecuencias,  seguramente algunos periodistas querrán saber de ti y serás un blanco de los fotógrafos, Vas a tener que aceptar que te asigne un guardaespaldas para tu protección y seguridad, para mantener a los indeseables lejos de ti.

- ¿En verdad todo eso es necesario?, yo estoy acostumbrada a pasar inadvertida, además nadie sabe quien soy.

- Nena, nadie sabía quien eras, pero te aseguro que en estos momentos más de un periodista está activando sus fuentes para investigarte y tener la primicia sobre mi novia. Tranquila yo me encargaré de todo. Pero tendrás que atender mis instrucciones, por favor no lo interpretes como que quiero controlarte porque yo solo quiero protegerte y garantizar tu seguridad, ¿aceptarás?.

- No Christian, quiero seguir mi vida como siempre, no me gusta la idea de andar con un vigilante a todas partes.

- Compréndelo Ana, tu vida ya no será la misma.

- Parece que no tengo opciones-. Hace una mueca.

- Lo siento nena pero es así. Ahora dime ¿qué es lo que querías saber?-. Pregunta divertido-. Estoy insegura, ¿le cuento todo?, ¿me contestará con la verdad?. Voy a intentar obtener información. Veamos que consigo.

Christian AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora