Christian Amor

Epílogo - Parte 2

Christian

Ya han pasado más de dos años desde el día que Isabella me reveló la verdad sobre mi origen y desde hace algún tiempo he pensado ir a Valdosta a visitar la tumba de mi madre, lo he pensado mil veces pero mil veces he desistido, tengo miedo de la impotencia que siento cada vez que recuerdo su sufrimiento y es tan duro saber que nada puedo hacer pero últimamente he comprendido que el mejor honor a su memoria es recordarla con cariño, recordar el amor que me han dicho que sentía por mi y demostrar mi amor hacia ella visitándola en el lugar de su último descanso.

Isabella me ha contado tanto de ella, me ha mostrado tantas fotografías que siento como si la hubiera conocido toda mi vida, también me ha mostrado fotos donde está junto a mi padre, parecían realmente enamorados y por momentos me pregunto ¿qué será de su vida?.

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Aquí estoy frente a su tumba, le he pedido a Ana que me acompañe y lo ha hecho junto con mi tía quien nos muestra el camino:

- Es aquella-. Señaló Isabella. – Seguramente quieras estar solo un rato-. Asentí y miré a mi esposa, deposité un casto beso en sus labios y comencé a caminar hasta posarme frente a su lápida y deposité el ramillete de flores que había traído. Leí la inscripción:

"En recuerdo a la memoria de mi hermana Isabellie Marie Johnson, quien me dejó demasiado pronto llevándose consigo la mitad de mi corazón"

No puede evitar que las lágrimas rodaran por mis mejillas, también me había dejado demasiado pronto y desde que tuve conciencia comprendí que mi madre se había llevado con ella todo mi corazón. Comencé a recuperarlo cuando encontré a Anastasia y me enamoré de ella y ahora que conocía toda la historia y tenía la posibilidad de visitar la tumba de mi madre, contarle de mi vida y saber cuánto me amaba, mi corazón ha vuelto a completarse y ahora siento que ella no se ha ido sino que está dentro de mi.

Me quedo allí por minutos, tal vez horas y comienzo a imaginar como sería mi vida si hubiera crecido a su lado y las imágenes comienzan a formarse en mi mente, me imagino en un parque jugando y corriendo mientras mi padres me miran con orgullo desde una banca y cada tanto me sonríen y me saludan, mamá me lanza besos desde la distancia y yo los recojo y los llevo a mi corazón. 

Entonces yo lanzo besos al viento y pido en mi corazón que lleguen hasta donde ella esté.

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En dos semanas será el tercer cumpleaños de mi hijo, Ana, Mia y sus abuelas están como locas con los preparativos de la fiesta, hoy ha sido un día bastante pesado, de una reunión a otra y por fin he tenido un rato a solas para terminar con unos correos y largarme a casa, ya quiero estar con mi familia. Suena el intercomunicador.

- Dime Andrea.

- Señor Grey un caballero ha venido a verlo, dice que es muy importante.

- ¿Tiene cita?.

- No, señor pero dice que es muy importante y que no sé irá hasta que lo escuche y que es algo personal-.

No debería aceptar hablar con ningún desconocido pero ya quiero terminar con lo que sea. – De acuerdo hazlo pasar.

Entonces un caballero de unos 50 años se planta frente a mí, apenas lo miro.

- Siéntese por favor y dígame en que puedo servirle. ¿Qué es eso tan importante y tan personal que tiene que decirme?-. El no me contesta sino que me tiende la mano, solo me dice

- Soy Christian Mars, soy tu padre-. Entonces por fin tiene toda mi atención, estoy mudo y paralizado y por acto reflejo estrecho su mano.

- Siéntese por favor, no comprendo nada ¿qué hace aquí?, ¿cómo supo de mi?, ¿desde cuando lo sabe?.

- Vengo de hablar con Isabella, un investigador privado me visitó y me dijo que ella me buscaba desde hace tiempo, así que vine a verla y me lo ha contado todo. Por favor solo te pido que me escuches, yo no sabía nada de toda esta tétrica historia. Acabo de enterarme de tu existencia, acabo de enterarme de todo lo que pasó con Ellie, no sabes cuánto lo siento-. 

Veo la tristeza en sus ojos. No sé como reaccionar, no sé que sentir, esto es tan inesperado, entonces solo logro asentir y él comienza a contarme su historia:

- Apenas tenía un mes de haberme ido a la marina cuando recibí una carta de mis padres, en ella me decían que lo mejor que había hecho era haberme ido porque apenas partí Ellie se había comprometido con un chico de mucho dinero, heredero de un imperio hotelero y los comentarios que corrían era que la boda se realizaría muy pronto. En la siguiente carta me confirmaban que la boda se había realizado y que se habían mudado a Los Ángeles, estaba destrozado, no podía creer que el amor que nos habíamos jurado duró apenas un suspiro. Decidí que ya no tenía caso regresar a Valdosta, eso era lo que me recomendaban mis padres y convine en que tenían razón. En los permisos acordaba con ellos para encontrarnos en algún sitio. Todo parecía ser cierto porque Ellie nunca me escribió, tiempo después mis padres se mudaron a Texas.

Por mucho tiempo sufrí en silencio, enterrando mis sentimiento muy hondo dentro de mi, con los años el dolor se mitigó, conocí a una buena mujer con la que comencé una bonita relación y tuvimos una hija Hilary, lamentablemente mi esposa enfermó y murió hace un par de años, mi hija acaba de comenzar la universidad en Oklahoma, se ha mudado. Cuando ese investigador se presentó en mi casa y me dijo que Isabella me buscaba no lo podía creer y en un principio pensé que después de todos estos años ya no tenía caso, pero me ganó la curiosidad y las ganas de saber que había sido de Ellie. No lo podía creer cuando me contó todo su sufrimiento y la oscura suerte que te tocó al nacer, no sabes cuánto lo siento, no puedo comprender por qué mis padres no me dijeron nada, !nunca! ni siquiera en su lecho de muerte, ninguno mencionó tu existencia. Sé que estoy llegando tarde, muy tarde a tu vida pero por favor te pido, te ruego que me des una oportunidad-.

Sus palabras sonaban sinceras y no pude hacer más que asentir. Yo había cambiado, ya en mi corazón no hay rencor, ni odio, tengo una familia que amo y que me ama, he recuperado mi corazón y estoy seguro que podré hacer un espacio para este hombre que también es sólo una víctima del destino.

- ¿Aceptarías cenar en mi casa y conocer a mi esposa y a mi hijo?-. El sonrió y las lágrimas que estaban contenidas en sus ojos cayeron.

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El correteo de los niños jugando durante la fiesta de Teddy es abrumador, aunque por sus risas y sus caritas radiantes vale la pena. Todo a marchado muy bien, mi familia está presente al igual que la de Ana, incluso mi padre biológico y mi hermana, a la que conocí hace unos días, han aceptado compartir esta felicidad con nosotros. Aun recuerdo la cara de Ana cuando llegué a casa con mi padre y le dije:

- Hola nena, mira te traje una sorpresa quiero que conozcas a mi padre-. Y él esbozó una gran sonrisa mientras que Ana se puso pálida y por poco se desmaya pero pudo recuperarse. La cena fue tranquila y pudimos relajarnos y conocernos mejor, entonces Ana le dijo.

- El 18 de mayo es el cumpleaños numero 3 de nuestro Teddy, nos encantaría que pudiera acompañarnos y su hija también por supuesto.

- Estaré encantado. No saben como les agradezco que me den la oportunidad de estar en sus vidas-. Entonces Ted se bajo de su sillita y se paró frente a mi padre y le dijo:

- ¿Entonces tu también eres mi abuelo?-. El lo miró sonriendo y asintió-. Luego mi hijo rió, le echó los brazos y dijo. – No olvides traerme mi regalo-. Todos reímos.

Ana me saca de mis recuerdos.

- ¿En qué piensas mi amor?.

- En que soy muy feliz, como nunca creí que lo sería, en qué no puedo dejar de agradecer el tenerte en mi vida y que me hayas devuelto las ganas de vivir, en que mi corazón estalla de dicha cada vez que mi hijo me dice "Papi" y en que estoy deseando que tenga un hermanito o hermanita para que tenga una familia cada vez más grande-. Ella me miró y me dio una gran sonrisa.

- Bueno eso podemos solucionarlo, podemos comenzar a cumplir tus deseos esta misma noche por que te amo con toda mi alma señor Grey.

- Yo te amo más mucho más señora Grey.