Keep me safely | Larry Stylinson

Capítulo 8

Harry

—¿Louis? ¿Qué haces?— pregunto observando la situación. Él sostiene mi celular y habla con no sé quién carajo. En cuanto termino de hablar, Louis me mira nervioso y cuelga la llamada.

—Na-nada es que sonó y no sabía si era tuyo o si era de un paciente o, yo... Simplemente me dejé llevar, perdón, por favor perdóname— dice tartamudeando mientras deja el celular sobre la camilla que está a su derecha y luego junta sus dos palmas en forma de ruego.

—No está bien hacer eso. No puedes ir por la vida tocando cosas ajenas. ¿No podías esperar dos minutos hasta que vuelva a entrar y lo atienda?—hablo enojado, sinceramente me molesta que la gente haga eso, el hecho de que sea Louis no hace que me resulte menos irrespetuoso.

—Fue un impulso. Ni siquiera hablé o algo, solo dije dos palabras y llegaste. No hice nada malo, no fue a propósito— contesta Louis mientras comienza a ponerse su bufanda rápidamente, con las mejillas sonrojadas y las cejas fruncidas.

—No importa si hablaste o no, no está bien y punto— digo frustrado. —Se hace tarde, pídele a Alexia que llame un taxi. Debo atender a otro paciente. Hasta el viernes Louis.

—¿En serio vas a tratarme así? Hace diez minutos te retaron por haber perdido un turno. Escuché tu tono de arrepentimiento al final, te volviste pequeño, no te gustó que te hablen así. Entonces... ¿Por qué eres así conmigo? Está todo bien, me caes bien. Yo estuve mal, lo admito. Pero puedes decir las cosas bien. No hagas lo que no te gusta que te hagan— dice ofendido y comienza a moverse en su silla, girando y encaminándose hacia la puerta.

—Espera Louis, espera— hablo mientras corro detrás suyo y tomo las manijas de la silla, haciendo que gire sobre su eje y pueda mirarme.

—¿Qué quieres?— contesta ofendido.

—¿Escuchaste todo lo que hablé con Alexia? Creí que estabas dormido— si Louis escuchó lo que hablé...

—Sí, escuché todo. Sé que si vuelves a hacer algo así, Alexia hablará con el doctor Robinson para tomar medidas. Pero también sé que lo harías por cualquier paciente, no entiendo cual es el problema de que lo haya escuchado— contesta mirándome a los ojos. No puedo dejar de estar obsesionado con su hermoso color celeste cielo.

No sé qué responder. No, no lo haría por cualquier paciente. No me importaría perder el puto trabajo solo por quedarme acostado con él en mis brazos durante horas. Pero él no puede saberlo, no debe.

—Sí lo haría por cualquier paciente— contesto y él mira hacia el piso, comenzando a dar marcha atrás sobre su silla.

Y se va. Yo me quedo parado observando como se aleja y simplemente no sé qué decirle. Me encantaría contarle cuánto sufrí el día del accidente. Cómo me carcomía la culpa. Cómo estaba muriendo de ganas de poder decirle que él me gustaba y nunca lo había aceptado hasta ese día. Quisiera ahora mismo correr y decirle que él se olvidó de mí, pero yo nunca de él. Que jamás me quiso en el pasado, pero no importaba si lo hiciera ahora, podría darme una oportunidad. Quisiera decirle que él va a dar sus primeros pasos tomando mis manos, porque jamás lo dejaré ir hasta que pueda caminar y ser feliz. Pero no hago nada. Me quedo parado en mi lugar.

Cuando decido caminar por la sala para salir hacia mi consultorio, observo sobre la camilla un gorro gris. El gorro de Louis.

Lo tomo rápidamente y corro hacia la calle. Cuando paso por enfrente de Alexia escucho que me grita algo, pero no logro entender qué. Atravieso la puerta principal y lo veo. Está por subir al taxi. El conductor está abriendo la puerta para poder ayudarlo.