Capítulo 9

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Harry


2 meses después...


Si no patalea se ahogará. El muy vago no pretende hacer un mínimo movimiento. Cada sesión hace lo mismo. Cuando pasa una hora se queda colgando de la escalera mirándome con cara de "ya terminamos, ¿me puedo ir?". Pero yo no lo dejo irse, no hasta que yo decido que terminamos.

—¡Patalea!—grito y Louis hace un suspiro de cansancio.

—Harry, no quiero. Estoy cansado—dice haciendo puchero.

—Siempre estás cansado, ¿no? Vamos Louis, ven a mí, ¡patalea!— hablo fuerte mientras estiro los brazos hacia delante y él comienza a soltarse.

Mueve sus piernas lentamente y sumerge su cabeza en el agua. Usando sus brazos y pataleando lentamente, comienza a acercase hacia mí. Cuando está lo suficientemente cerca deja de nadar y se sostiene de mi cuello, a la vez que lo tomo por la cintura.

—Muy bien, lo has hecho muy bien. Tendrás una recompensa— digo mientras él me regala una sonrisa radiante.

—¿Cuál? Espero que sea buena...

—¿Quieres escucharme cantar este domingo? Estaré en un bar y me gustaría que vengas a verme—pregunto esperanzado y espero su respuesta.

En los últimos meses con Louis nos hemos hecho muy unidos. Tiene pequeños avances y son muy importantes. Los dos estamos de acuerdo en que muy pronto caminará. Somos una especie de amigos ahora, aunque al salir del consultorio, nos convertimos en completos desconocidos.

Mi atracción hacia él la fui rechazando cada día más. No es que haya perdido el interés, es que entiendo que no hay una mínima chance, ni por parte de él, ni por la mía.

—¿En serio? Me encantaría Harry, en serio. Siempre he querido escucharte cantar—contesta abrazando mi cuello. Cada vez que me da pequeños abrazos, mi cuerpo grita. Normalmente me olvido de mis sentimientos hacia él hasta que me abraza o me mira fijamente. Nunca pasará nada entre nosotros, pero aún sigo muerto por sus ojos, por su voz y por su tacto.

—Ven con Liam, la pasaremos bien. Iré con Niall, pueden quedarse con él mientras canto, es un gran chico.

—Perfecto, espero que cantes bien doctor, no me desilusiones— dice guiñándome un ojo. Lo agarro más fuerte de su cintura y empiezo a caminar por la piscina hacia la escalera.

—Si lo hago dímelo, no tengas vergüenza. Y en ese caso... Tendré que dedicarme solo a la kinesiología.

—No importa, por lo menos eso si se te da bien— dice mientras ríe. Me encanta verlo reír. Cada día lo hace más, estoy muy feliz al respecto.

Comenzamos a salir de la piscina, yo ayudándolo a que mantenga el equilibrio. Nos dirigimos hacia los vestuarios, él entra primero saludándome con un movimiento de mano. Igualmente lo veré en unos minutos, pero me despido también.

Entro al vestuario de los médicos y voy hacia mi locker. Me saco el short amarillo que uso cada viernes en hidroterapia y comienzo a secarme con una toalla. Luego me pongo mis boxers, mi pantalón negro de todos los días y una simple remera blanca. Arriba de mi ropa, me pongo el delantal de médico. Hidroterapia al principio eran los lunes, pero después Louis me vino con la excusa de que "los lunes está muy cansado para nadar" y lo dejamos para los viernes. Cuando termino de cambiarme, me dirijo hacia el vestuario en donde se encuentra Louis y espero a que salga.

—Ya estoy... ¿me acompañas a la entrada?— dice Louis apareciendo por la puerta del vestuario.

—Sí, vamos... Entonces, ¿te veo el domingo?— le pregunto mientras lo empujo con la silla por la sala, yendo hacia la entrada. —Es en un bar llamado "Freedom" y queda a tres calles de aquí. Te mandaré la dirección por mensaje de texto.

Keep me safely | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora