Capítulo 56

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Harry


Mareado pero feliz, sigo cada una de las indicaciones de Louis. La tarde está fría y las calles blancas, pero todo es muy especial. "Castle on the Hill" de Ed Sheeran suena en la radio y mi marido tararea cada estrofa.

Las sorpresas no son lo mío, ya que todo el trayecto hasta estas mismas y la espera que conllevan, hacen que mi estómago duela horriblemente. Y para colmo Louis no colabora en lo absoluto. No contesta mis preguntas ni brinda pistas, simplemente me dice qué camino seguir.

—En la próxima gira a la derecha— señala y hago lo que me pide por enésima vez. —¡Espera! Frena ahí, detrás del auto rojo.

Estaciono detrás de dicho coche y contemplo el barrio de Notting Hill. Nunca he visitado este lugar, a pesar de que es uno de los barrios más famosos de Londres. Me siento un ignorante ante esto, pero supongo que siempre hay una primera vez para todo, y esta es otra de mis primeras veces con Louis.

—¿Qué hacemos aquí?

—Bueno, no sé por dónde empezar— murmura mientras se quita el cinturón de seguridad. —Me amas, ¿no?

—Claro, ¿por qué haces esa pregunta absurda?

—Porque no quiero que dejes de hacerlo por más que pienses que he hecho una estupidez. 

—Amor, me estás asustando.

Se mueve sobre su asiento acercándose a mí y estira sus manos hacia mi rostro. Toca mi nariz despacio y luego desliza el pulgar hasta mis labios, tocando las quebraduras ubicadas en ellos debido al frío. Saco la lengua lentamente y lamo despacio su dedo, él sonríe ante la acción y mueve su mano hacia mi pelo, ubicando un mechón detrás de mi oreja.

—Somos esposos, por lo tanto lo lógico es que vivamos juntos. No hemos hablado sobre este tema, así que me adelanté— suspira y cierra los ojos. —Nos compré una casa. Pero esa no es la estupidez, sino que he gastado toda mi paga por la película en ella.

—¡¿Qué?!— ahogo un grito y él pone su palma sobre mi boca.

—Tranquilo, sé que me contratarán para otras películas y también recibiré más dinero cuando me hagan entrevistas. No me arrepiento de haberla comprado, es preciosa y gigante. ¿Recuerdas que cuando aterrizamos te dije que iría a la casa de Alec para hablar sobre negocios? Bueno, en realidad vine a firmar los papeles y traer algunas cosas.

Me quedo mudo y la realidad tarda en caer sobre mí. Muevo mi vista por la casa que está junto a nuestro auto y espero que sea esa, ya que es completamente perfecta. Hay más ventanas que personas en mi vida.

Es rústica a su manera pero también se ve moderna y sofisticada. Sus paredes blancas y con ladrillos dándole color, hacen que todo sea simplemente perfecto. Los árboles me hacen sonreír y de pronto tengo una imagen mental de nosotros dos plantando nuestro primer árbol y cuidándolo con dedicación, enfocándonos en que crezca fuerte y sano.

—Es...

—Sí, es esa— gira su rostro hacia la casi mansión y siento que mi pecho se infla por la emoción. —¿Te gusta?

—Yo no... No tengo palabras.

Su sonrisa es tan amplia que no sé que amo más, si sus dientes, el brillo de sus ojos o las arrugas a los costados de ellos. Quiero verlo así siempre, en cada momento de nuestra vida. 

—Guárdalas para cuando veas el interior de nuestro hogar— y dicho eso, sale del auto prácticamente corriendo.

No lo dudo, sigo sus pasos con rapidez y tomo su mano en cuanto me acerco a él. La aprieta con fuerza y, con su mano libre, abre la puerta de la casa.

Keep me safely | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora