Capítulo 49

1.7K 201 117
                                    

Harry


Anhelaba el sentimiento de felicidad extrema desde hace ya mucho tiempo. Creí, por algún motivo lejano, que jamás volvería a sentir dolor en el estómago por reírme sin parar. También pensé que nuestro grupo de amigos se había quebrado para siempre. Sin Liam nada va a ser lo mismo, pero justamente por él es que tenemos que vivir al máximo y unidos. 

Cuando recuerdas con una sonrisa aquellos seres queridos que tomaron el tren hacia el cielo, es porque estás aceptando que lo físico no es lo más importante. Basta con mantener calientes cada uno de los recuerdos de esa persona. Y algún día, quizás pronto o quizás dentro de muchísimos años, vamos a volver a estar a su lado. Pero esta vez el tiempo dejará de existir y no habrán barreras que puedan separarnos.

Entre cerveza y cerveza, Niall emitió frases exactas que salían de la boca de Liam cada vez que comenzaba a estar ebrio. "Debo dejar de tomar, estoy viendo a dos Louis" dijo una vez mientras dejaba dramáticamente el vino sobre la mesa. Mágicamente, Niall hace unas muy buenas imitaciones y nos impresionó con su tono tan acertado.

—¿Crees que estará bien?— digo recordando los sucesos de hace unos minutos.

Todo parecía marchar a la perfección, exceptuando que Alec vomitó tres veces, siendo la última exactamente sobre los zapatos de Niall. Primero todo fueron risas, pero finalmente cuando llegamos al hotel, Zayn se despidió de nosotros y le dijo a Niall que necesitaba bañarse con urgencia. No fue ofensivo, pero por una extraña razón la respuesta del rubio fue un llanto increíble. Mi borrachera ya casi había desaparecido, pero aún perduraba la alegría en mi interior y opté por largar una eterna carcajada, lo cual lastimó aún más a su frágil corazón.

Al final, luego de el gran berrinche que viajó hasta la habitación de Alec, Niall confesó que estaba triste porque extrañaba mucho a Lydia. Nos resultó demasiado tierno y Louis lo consoló con un abrazo, el cual mi mejor amigo no rechazó. 

En definitiva, la noche se puede resumir en: mucho alcohol, besos mal dados, vómitos, risas, anécdotas, llantos y reconciliación. 

—Sí, probablemente ya esté dormido— responde Louis intentando abrir torpemente la puerta de mi habitación. 

Pongo mis manos sobre su cintura y dirijo mi boca hacia su cuello. Comienzo a succionarlo y siento como Louis se estremece bajo mi acción.

—Déjame abrir a mí, estás tardando mucho— susurro contra su piel.

Mis palabras son retrucadas con el ruido de la puerta destrabándose. Lo empujo dentro y casi cae de rodillas. Gira hacia mí e intenta hacerse el enojado, pero le sale una estúpida mueca que me resulta demasiado tierna.

—¿Qué te dije que quería?

Mi voz sale ronca y cargada de deseo. Sonríe de manera pervertida y comienzo a caminar hacia él lentamente. Por cada paso que doy, Louis retrocede uno y se acerca de espaldas a la cama.

—Date vuelta— exige y frunzo en ceño.

—¿Por qué?

—Hazlo.

Estoy a punto de negarme pero algo en su mirada hace que lo obedezca. Su voz y sus ojos me hipnotizan de alguna manera. Giro sobre mi cuerpo y observo la blanca puerta y las paredes a sus costados haciendo juego. 

Presto mi total atención hacia los pequeños ruidos que produce Louis. Sus pies contra el suelo, alejándose de mi cuerpo. Luego, sus zapatos cayendo al piso.

El momento se hace eterno, hasta que siento el ruido de la cama y, seguido de eso, su dulce voz.

—Ya puedes verme.

Keep me safely | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora