Keep me safely | Larry Stylinson

Capítulo 24

Louis

Amor. Una de las palabras más simples, pero a la vez más complejas. Esas cuatro letras generan demasiadas emociones incontrolables. Muchos tienen miedo de sentirlo por alguien, y lo entiendo. Porque cuando el amor se inserta en tu vida, todo pasa a un segundo plano. Ya no te levantas y piensas en lo que harás ese día, no, sólo piensas en esa persona. Su rostro está presente en tu mente desde que te despiertas hasta que te duermes, y no puedes evitarlo. El miedo de perder a ese alguien. El miedo de que no sienta el mismo amor por ti, es de lo más doloroso. Pero eso no lo es todo.

Cuando encuentras a ese alguien, todo se multiplica. Te sientes más seguro y tienes un respaldo, un soporte. Sabes que pase lo que pase, nunca te dejará. Aunque en realidad no lo sabes, quieres creer que es así. Y aprendes que un día sin siquiera esperarlo, esa persona que ilumina tu vida puede estar por aparecer frente a tus ojos.  Buscas una explicación para ese dolor de estómago que va en aumento cada día que lo ves, pero no la encuentras. Porque no existe explicación, puedes enamorarte en un día, un mes, o quizás un año. No puedes manejar al amor, él te maneja a ti.

Cada vez que miro sus ojos verdes y brillantes, mi corazón está a punto de explotar. Cuando toco sus preciosos rulos de color chocolate, mi amor por él crece un poco más. Escucharlo hablar es poesía. Pasaría horas observando el lento movimiento de sus labios. Amo cuando habla de algo serio y su ceño se frunce, y también cuando después de terminar de contar un pésimo chiste, sus hoyuelos se marcan y su radiante sonrisa me ilumina.

No entiendo que he hecho en mi vida para merecer semejante cariño. Se desvive por mí y no lo merezco. Y aunque ahora estemos viviendo en una burbuja, sé que explotará. Porque es mi primer amor de mi nueva vida y, aunque quisiera que fuese el último también, la vida no será tan perfecta. Harry se cansará de mí y toda felicidad se esfumará. O quizás simplemente sea una decisión mutua y cada uno hará su vida por separado. Realmente deseo que no sea así, pero la suerte nunca estuvo de mi lado.

Mientras tanto aprendo a disfrutar de cada momento, de cada detalle. Como por ejemplo, cuando el domingo amanecí en su cama, verlo dormido a mi lado fue una escena que jamás olvidaré. La tranquilidad se había apoderado de él y sus facciones se veían aún más perfectas de lo que en realidad son. Al despertarse, me apretó entre sus brazos y no quería irme más de allí. Me siento un puto cursi, pero no ando gritando por el mundo que estoy enamorado, así que tan sólo soy un cursi en mis pensamientos.

Porque sí, estoy enamorado. Completa y profundamente enamorado. Estupidizado, obnubilado y perdido. Me siento anestesiado. ¿Y quién no podría enamorarse de Harry Styles? Hermoso por fuera y aún más por dentro. Bondadoso, humilde, tierno, sincero y divertido, muy pero muy divertido. El noventa por ciento de mis sonrisas son debidas a él.

La puerta de mi habitación se abre y el rostro sonriente de Liam se asoma.

—Llamó Harry, dijo que no atiendes tu celular y que viene luego de almorzar.

—¿Por qué no vendrá ahora?— pregunto extrañado.

—No lo sé, no me lo ha dicho. ¿Tienes hambre?

—Si, un poco.

—Perfecto, enseguida cocino— desaparece y cierra la puerta. Tomo mi teléfono de la mesa de luz y observo la hora. Las doce del mediodía. Abro la bandeja de mensajes y encuentro uno de Harry.

"Buen día Lou. Iré después de almorzar, ponte lindo"

Sonrío como estúpido y comienzo a escribir una respuesta.

"Siempre estoy lindo"

Lo envío y espero mirando fijamente la pantalla. Unos minutos después suena y mi estómago se pone duro.