Capítulo 48

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Harry






La cama se hace pequeña cuando intento refugiarme sobre ella, queriendo alejarme de mis pensamientos. Mil situaciones se reproducen en mi cabeza y ruego por que nada se vuelva lo suficientemente violento. Me da pánico pensar en que el teléfono puede sonar, dándole la bienvenida a un llamado de la policía. Ellos deben contenerse, no pueden terminar perjudicados.

Abrazo mis piernas con más fuerza y hundo mi rostro sobre las rodillas. Mi pecho se contrae y trato de seguir disimulando tanto dolor. Si me quiebro ahora, probablemente no sea capaz de reponerme.

Con mucha práctica, intenté demostrar que toda la situación con Derek no me había afectado tanto como debería. Me miento a mí y miento al resto. Aún puedo sentir sus manos recorrer mi cuerpo. Su mirada repleta de indignación y odio, pasa a través de mi mente como una maldita película.

Dentro mío él rompió algo. No sé bien qué, es difícil de explicar con exactitud. Sólo siento que algo cambió, como si ese día estaría marcado en el calendario para siempre, con tinta negra y un garabato insulso.

Quiero, realmente deseo, que obtenga lo que merece. Pero detesto pensar en que ellos pagarán las consecuencias de sus sucios actos. Es por eso que escondí mis sentimientos y demostré piedad ante Derek, una piedad completamente inexistente.

Louis no podría haberse perdonado a sí mismo el no defenderme o vengarse, así que simplemente tuve que dejarlo ir. Y aquí me encuentro, sintiendo mis latidos cada vez más potenciados y deseando gritar con todas mis fuerzas.

Cientos de palabras se quedan atascadas en la punta de mi lengua y cada vez me siento más frustrado. Necesito tomar el teléfono y llamar a mi madre, decirle con palabras que extraño sus abrazos. Quiero contarle que Louis y yo estamos bien, que encontré la manera de alejar mis malos pensamientos. También decirle que la operación salió bien y que el doctor me dijo que podré hablar dentro de...

Salto de mi posición y frunzo en ceño observando hacia un punto fijo en la pared. El doctor no me dijo por cuánto tiempo debía permanecer en silencio, simplemente dijo que intentara no emitir sonidos.

Tomo mi teléfono móvil con rapidez e ingreso al bendito Google. A veces consultar en internet es la peor decisión, pero prefiero arriesgarme a tener que esperar a la siguiente consulta con el médico.

"Reconstrucción de las cuerdas vocales" tipeo con entusiasmo y nervios. Miles de resultados se hacen presentes, pero ingreso en la primera opción, la cuál señala lo que hay que hacer luego de la cirugía.

Distintas personas cuentan sus experiencias y me causa ternura como todos se comentan entre sí, ayudándose de alguna manera.

"Si logras hablar horas después de la cirugía, es una buena señal. Pero ten cuidado, no debes esforzar la voz. Apenas sientas que tu tono cambia o disminuye, permanece en silencio y visita a tu médico." escribe un usuario y decido quedarme con su opinión.

—Probando, probando— hablo y me sorprendo ante mi voz, que sale intacta y sin esfuerzo.

Sonrío y estiro mis piernas sobre la cama. Comienzo a marcar el número de mi madre, pero tres suaves golpes en la puerta llaman mi atención. Dejo el teléfono sobre la mesa de luz y, con torpes pasos, me acerco hacia el sonido.

Abro la puerta y me encuentro con su sonrisa.

Louis se lanza sobre mí y me abraza por el cuello. Me toma desprevenido y me tambaleo sobre mis piernas. Mi espalda golpea contra la pared y su boca cae sobre mi cuello, mientras cierra la puerta con su pie y hace un ruido estruendoso.

Keep me safely | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora