Keep me safely | Larry Stylinson

Capítulo 37

Harry

—Es muy importante que no emita sonido alguno. A pesar de que ha salido todo perfecto, sus cuerdas vocales están muy frágiles. Si sigue todo al pie de la letra no va a tener ningún problema. Pero en el caso contrario, deberá someterse a una reconstrucción de las cuerdas vocales.

Escucho las palabras y con mucha fuerza intento analizar la situación. Trato abrir los ojos pero me mareo al instante, por lo tanto vuelvo a cerrarlos.

—¿Cuánto tendrá que estar sin hablar?— pregunta mi madre y en su tono se puede sentir una clara emoción.

—Digamos que mínimo un mes. Vendrá a hacerse chequeos semanales y yo le diré como va avanzando. Si todo sale bien, su hijo pronto estará feliz cantando de nuevo.

¿Un mes? Mierda, eso es mucho tiempo. Si me costo hacer silencio por pocos días, no sé como voy a lograrlo esta vez.

Nuevamente abro los ojos y me acomodo a la luz. Siento un pequeño grito de emoción y frente a mis ojos aparece Niall con su pelo despeinado y mejillas rosadas.

—¡Harry está despierto!— grita exaltado.

—En cuanto se sienta cómodo pueden irse. La anestesia fue local, está un poco adormilado por los calmantes— explica el doctor.

—Hijo mío— se abalanza mi madre sobre mí y me besa la mejilla con cariño. —¡Todo ha salido de maravilla!

Les regalo una pequeña sonrisa y asiento.

Creí que todo sería más complicado, convengamos que en este último tiempo las cosas me han salido mal. No puedo creer que esta vez la suerte estuvo de mi lado.

Levanto un poco la cabeza y observo alrededor de la habitación. Liam no está y me resulta extraño. 

Intento decir que estoy bien y que deseo irme a casa, pero no tengo manera. Observo a ambos y señalo con mi mano hacia la puerta.

—¿Qué pasa, quieres que nos vayamos?— pregunta Niall.

Niego y pongo los ojos en blanco. Vuelvo a señalar con más ímpetu y ellos fruncen sus ceños.

—¿Quieres ir al baño?— dice mi madre.

Renuncio. No sé como mierda podré comunicarme en este tiempo, carajo. Coloco mis palmas sobre mi rostro y suspiro resignado.

—Avísanos cuando te sientas bien y nos iremos.

Los observo con rapidez, asintiendo con los ojos abiertos, intentando reflejar en mi rostro que es obvio que quiero y necesito irme.

—¿Sí? ¿Sí que? ¿Que sí quieres ir al baño?

Oh por Dios, esto será un verdadero infierno.

. . . 

—Tomemos un taxi— sale Anne del hospital y Niall toma su brazo. Los sigo detrás lentamente.

—No, esperemos a Liam un rato más, ya debe estar por llegar.

Respiro el aire fresco y me apoyo sobre la pared, a unos metro de la puerta de salida. Observo su charla y dirijo mi vista hacia el cielo. Está gris y no hay rastros del sol. Pequeñas luces recorren las nubes y cada relámpago viene acompañado de un fuerte trueno.