Capítulo 29

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Harry




Inseguro y con piernas temblorosas, Louis se levanta de la silla y sigue al hombre elegante hasta el medio de la pista. Espero que esa propuesta sea buena y por fin mi bebé empiece a recorrer su camino.

Tomo la botella de vino por décima vez y sirvo lo que queda de ella en mi copa. La acerco a mi nariz y huelo su dulce aroma. Me siento observado, y cuando decido levantar la vista, me encuentro con los ojos de Alec mirándome fijo.

—¿Qué?— pregunto dentro de la copa. La palabra se ahoga en ella, pero no del todo, ya que logra escucharme.

—Todos dicen que eres muy amable y simpático, pero a mí me parece todo lo contrario.

Levanto las cejas mientras doy un largo trago. Bueno, hasta que se dio cuenta de lo mal que me cae...

—Soy muy amable y muy simpático, pero con quienes lo merecen.

—Mira, detesto a la gente y no suelo tener amigos. Pero a Louis le tengo un enorme cariño, por lo tanto me gustaría llevarme bien con los de su entorno. ¿Qué hice para que seas así conmigo? ¿O acaso no lo dejas tener amigos?

Golpea sus dedos sobre la mesa mientras me mira con el ceño fruncido.

—Claro que puede tener amigos, pero no si tienen segundas intenciones— contesto al mismo tiempo en que me levanto de la silla. El alcohol baja de golpe y siento un leve mareo. Alec me observa sentado y habla.

—No tengo segundas intenciones.

—Y aunque las tuvieras e intentaras algo, no tendrías chances. Él me ama a mí.

—Debes controlar tus celos, si yo fuese Louis te mandaría a la mierda.

—Nunca me mandará a la mierda, estoy seguro de eso.

El idiota pone los ojos en blanco y no dejo que me conteste. Camino hacia el centro del salón y me acerco a Niall y Lydia, quienes bailan muy entretenidos. La colorada mueve sus caderas al ritmo de la música y su pelo vuela de un lado hacia el otro. Niall la observa encantado meneándose a su alrededor.

—Estoy rifando una patada y Alec tiene todos los números.

—¿Qué están rifando? A mi no me dieron ningún número— contesta girando hacia mí cuando escucha mi voz. Lydia me observa sonriente sin dejar de bailar.

—¿Tienes una pija en la oreja?

—¿Qué?— pregunta mi amigo completamente sordo. Ni que la música estuviera tan alta...

—Olvídalo.

Giro sobre mis pies tratando de captar todo el panorama del enorme y lujoso salón. Mi mirada se posa en Louis, quien está parado muy derecho y con sus manos juntas. Sé, por la manera en que está endurecido pero sus manos se aprietan una a la otra, que está nervioso como la mierda.

El viejo, no tan viejo, le habla muy de cerca y Louis asiente con la cabeza muchas veces. Decido hacer presencia y doy unos pasos largos hacia ellos. Me ubico a la izquierda de mi novio y paso el brazo derecho por encima de sus hombros. Louis me observa rápidamente y sonríe de una manera hermosa. El tal Christian me observa y decido darle la mano de forma educada.

—Creo que no nos hemos presentado. Soy Harry, su novio— toma mi mano y la sacude con fuerza, asintiendo.

—Es un gusto, ya me ha hablado un poco de ti. No voy a robarles un minuto más de su tiempo— dice y cambia su mirada hacia Louis. —Ya tienes mi tarjeta. Necesito que me confirmes mañana, ya que el lunes me voy de Londres y desearía tener tu respuesta. Espero que ambos sepan disfrutar esta propuesta.

Keep me safely | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora