Capítulo 46

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Harry

Mi respiración agitada llama la atención de los médicos a mi alrededor. Una enfermera me observa con clara lástima en sus ojos. Moviéndome de manera torpe, siento como la pequeña manguera incrustada en mi muñeca se desprende un poco. Provoca un pequeño dolor seguido de una mueca de molestia que el doctor detecta al instante.

—No estés nervioso, Harry. Todo saldrá bien.

Asiento rápidamente ante sus palabras y cierro los ojos con fuerza.

Mierda, mierda, mierda.

Tengo miedo.

Escucho un murmullo entre el anestesista, la enfermera y el doctor. Abro los ojos y observo como la señora corta de estatura me regala una pequeña sonrisa antes de empujar ambas puertas del quirófano con esfuerzo.

Segundos después, un Louis muy agitado con sus mejillas rosas, corre hacia mi mano con rapidez. Sonrío ampliamente y antes de que él pueda emitir algún sonido, el doctor nos mira a ambos y habla.

—Tu novio estaba más histérico que tú allá afuera. Deben saber que no corres ningún tipo de peligro, si todo sale como esperamos, en poco tiempo estarás hablando de nuevo.

—¿También podrá cantar?— pregunta Louis encimando sus palabras. Se acerca a mí y deposita un beso sobre mi frente. Sus labios cálidos calman los pálpitos en mi pecho

—Claro que sí. Es más, quiero que vuelvas aquí y nos cantes a todos una canción.

Me río y Louis lo mira con una espléndida sonrisa.

—Sí, sí. Vendrá. Canta hermoso, todo el mundo debería escucharlo.

—No lo dudo

El doctor se pone una bata azul y luego un gorro a juego. Louis acaricia mis nudillos mientras mira fijamente mis ojos. Noto en él un miedo atroz. En momentos voy a dormirme, pero él estará horas en la sala de espera comiéndose sus uñas. Desearía que esté a mi lado y se duerma sobre mi pecho, así el tiempo pasa más rápido para los dos.

—Despídete Louis, dile que no tenga miedo.

—No tengas miedo bebé— acerca su rostro hacia el mío y junta nuestros labios. Sonrío sobre su boca con vergüenza por la exposición, pero disfruto de la suavidad de su piel. —Te amo.

Y se despega de mí, caminando hacia la puerta con lentitud y la cabeza gacha.

Apenas desaparece de la sala, una mascarilla se hace presente frente a mis ojos y se ubica sobre mi nariz y boca.

—Cuenta las luces del techo.

Mi mirada comienza a viajar por los pequeños faroles blancos que yacen sobre mí. Uno, dos, otros dos a la derecha, dos a la izquierda y... Las luces se mueven, mi vista se torna borrosa y finalmente mis ojos se cierran en contra de su voluntad.

. . .

—¡Mierda!— escupe un pedazo de banana con madurez extrema, junto con otras frutas que parecen sabrosas a la vista.

—¿Está rica?— pregunto señalando el pote con ensalada de frutas hecha con todo mi amor.

—En serio, ¿ni en tus sueños puedes hacer algo rico?

Liam frunce el ceño completamente asqueado y se levanta de la silla corriendo hacia la heladera. Saca de ella una botella de agua y ni se molesta en utilizar un vaso, simplemente comienza a tomar del orificio superior.

—Es la venganza por no querer mostrarme lo último que has escrito— estiro mi mano hacia su pequeña libreta de cuero y él automática se acerca a mí y golpea mi brazo con su palma.

Keep me safely | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora